MARIANA ALVEZ | Centro de Psicología Positiva | Uruguay |
31/03/2020
¿Qué
podemos hacer para calmarnos?
En esta época de cambios
vertiginosos y de cuidados, más que nunca debemos atender a nuestra salud
mental, ya que será nuestra aliada a la hora de
sobrellevar esta situación de la mejor forma posible, además de permitirnos
activar nuestra creatividad para reinventarnos. Es un momento de reflexión, de
introspección y de renacimiento. Poder hacer esto de la manera más optimista
posible, le brindará un nuevo significado a nuestra existencia y poco a poco,
recuperaremos la paz.
Nuestra psiquis es muy suceptible a
los cambios, a lo novedoso, a cosas a las cuales no estamos demasiado
acostumbrados. El miedo a lo desconocido es ancestral, lo
que está fuera de nuestro control afecta de manera negativa nuestra
capacidad de razonar y actuar con claridad. El miedo desmedido, más que nunca
en este momento, es por completo contraproducente, ya que será el responsable
de elevar en nosotros el cortisol, lo que conocemos como la hormona del estrés.
Y lamentablemente, a mayor preocupación, más debilidad.
Por primera vez en la historia
estamos viviendo una epidemia a tiempo real, todos los medios de
comunicación, varias veces al día, todos los días, en todo el planeta, hablan
del coronavirus. El uso inconsciente de las redes acrecienta
el pánico.
Es muy posible que nos venza el si
no hacemos algo al respecto. Recuerda que nuestro cerebro tiene una
focalización pesimista por naturaleza, en este momento
prestarás más atención a la información alarmante que a la tranquilizadora. Se
distorsiona la percepción de la realidad y solamente se ve la cara negativa de
la moneda.
Biológicamente estamos programados
para focalizarnos en aquello que constituye una amenaza o que percibimos como
tal. Es una cuestión de mera supervivencia, si no detectamos un peligro mortal,
nos exponemos a morir. Pero esta condición es algo que debemos contrarrestar
con pensamientos positivos y optimistas, porque no siempre refleja la realidad
de la situación.
La controversia no
ayuda, ya que provoca que percibamos todo con mayor peligrosidad y evaluamos
los riesgos de una forma muy pesimista. Nuestra percepción del presente se verá
peor de lo que en realidad es si alimentamos la paranoia.
¿Qué
podemos hacer para calmarnos?
Evitar la
sobreinformación: no
leer ni escuchar sobre el tema todo el tiempo, no reenviar audios, videos,
imágenes de las cuales no tenemos certeza y en especial si son alarmistas.
La sobrecarga de información jamás es buena para el cerebro y mucho menos
en una situación así. Hay tanta información a cada minuto y en algunos casos
contradictoria, que eleva la ansiedad y nos agota emocionalmente por intentar
estar al día de todas las noticias que surgen y este exceso de información nos
daña.
Seamos
realistas: debemos protegernos, el virus es
altamente contagioso, pero no quiere decir que necesariamente la humanidad se
exterminará. Seamos cuidadosos y utilicemos en la medida de lo posible las
infinitas posibilidades online. Ser precavidos no es ser paranoico ni
torturarse con pensamientos catastróficos todo el tiempo.
Trabaja
desde tu casa como si estuvieras yendo a la oficina: Establece horarios aunque sean menos horas,
vístete como si fueras a salir, intenta armar un espacio para trabajar.
Crea
rutinas: Las rutinas le brindan coherencia y estructura a
nuestro cerebro, intenta levantarte temprano, cocinar, descansar, tener tiempo
para actividades productivas y no solamente ocio vacío. Ojo, tampoco te
sobreexijas, no quiere decir que cada hora de tu tiempo se tiene que convertir en
algo productivo.
Preocuparse
no es hacer: No alimentes pensamientos repetitivos y
adversos, alimenta la esperanza, la sensación de control que puedas tener en tu
casa con tus actividades y elecciones.
Confía: Los profesionales de la salud están trabajando
arduamente por nosotros, todo el tiempo. Cuidémoslos a ellos también, llamando
antes de saturar los centros de salud, no confundiéndonos con una gripe común,
respetando la cuarentena en nuestro caso en la medida de lo posible.
Apoyarnos
en nuestros vínculos: ya sea presencial o virtualmente, no
te aísles emocionalmente. Hay que cuidar tu corazón y tu mente en este momento
y la soledad absoluta no será buena compañía.
Busca
ayuda psicológica: No
descuides tu salud mental, el mundo de la mente y las emociones tienen un
impacto gigante en tu estado de ánimo, tu salud física se puede ver afectada
por la preocupación excesiva. Si bien en nuestro país no estamos demasiado
acostumbrados a hacer terapia por video llamada, la misma es una herramienta
super valiosa y podemos encontrar sentido y calma en este momento
emocionalmente revolucionado.
Practica
mindfulness: Conciencia plena, momento
presente, focalizar tu atención para no dejar escapar tus pensamientos hacia la
preocupación excesiva tanto por el pasado como por el futuro.
Recuerda
que esta crisis es un despertar a la solidaridad, al
cuidado entre todos, a ayudarnos desde todos los aspectos, un momento para
poner nuestros talentos al servicio de la humanidad. Todos somos familia en
este planeta, unámonos desde al amor y la empatía, dejemos el terror de lado y
construyamos juntos un nuevo despertar. Lo malo siempre termina.
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