miércoles, 24 de diciembre de 2025

Marta Jiménez, neuropsicóloga, sobre la paz mental: “No tengo que creerme todo lo que mi mente me dice”

MARTA SIERRA     |     infobae.com     |    04/12/2025

La experta señala que hay ciertos pensamientos que son simplemente “ruido”, por lo que hay que desmontarlos y no darles espacio

Uno de los máximos objetivos a los que aspira mucha gente es a la paz mental: ese estado de tranquilidad, de bienestar emocional y de conexión con el propio interior y con el entorno que aleja las preocupaciones infundadas o los miedos inexplicables. Sin embargo, alcanzarlo es muy complicado.

En las últimas décadas han surgido diversos discursos sobre las técnicas que deben seguirse para alcanzar la paz mental. Sin embargo, la neuropsicóloga Marta Jiménez (@martajimenezpsicologia) explica que a veces el trabajo pasa más por el entendimiento de la manera en la que funciona nuestra mente que por dedicar horas a algunas de estas estrategias. La experta destaca que la forma en la que ella consiguió vivir con paz mental “no fue meditando tres horas al día ni haciendo yoga en Bali”. Estas herramientas, aunque pueden ser útiles, no son imprescindibles ni constituyen un camino universal hacia el bienestar.

Para muchas personas, la paz mental se percibe como una meta difusa, casi idealizada, que parece reservada únicamente a quienes practican meditación avanzada o llevan un estilo de vida completamente equilibrado. Sin embargo, en realidad, cualquier individuo puede comenzar a construirla si entiende mejor su funcionamiento interno y las dinámicas que rigen la mente humana.

Su proceso “fue algo mucho más simple”, según señala. No simple en el sentido de que sea rápido y fácil, sino que no requiere de grandes estrategias para comenzar a trabajar internamente en el aumento del bienestar emocional. Marta Jiménez explica que la clave se encuentra en entender que los “pensamientos no son la realidad”. Esta distinción resulta esencial para dejar de vivir en piloto automático y empezar a diferenciar entre lo que ocurre fuera y lo que formula nuestra mente como interpretación, hipótesis o temor anticipado

Los pensamientos intrusivos

Según explica la médica neuróloga y epileptóloga Vanessa Benjumea en su libro Mente calma. Primeros auxilios para aliviar los bucles del pensamiento (Vergara, 2025), el ser humano tiene cada día alrededor de 60.000 pensamientos funcionales y disfuncionales. Es un diálogo interno que nunca cesa y que tiene un componente mayoritariamente negativo, puesto que estamos predispuestos a detectar errores y peligros.

En este sentido, nuestra rutina se enmarca en un conglomerado de pensamientos intrusivos que pueden desestabilizarnos: preocupaciones, recordatorios de las tareas que deben realizarse, escenarios catastróficos, sentimientos incapacitantes... Y una forma de comenzar a tener paz mental es comprender que muchos de estos mensajes no son reales.

“No tengo que creerme todo lo que mi mente me dice y mucho menos los pensamientos intrusos”, explica Jiménez, ya que estos son “palabras en el aire, simple lenguaje, ruido”. Aunque el diálogo interno es útil para avanzar en ciertos conflictos, buscando soluciones o entendiendo situaciones, cuando se convierte en un bucle mental, deja de ser productivo.

Así, la clave no se encuentra en intentar luchar contra la cabeza, sino en entender que no siempre lo que dice es real: “Es solo un pensamiento y yo decido qué hago con él”. La neuropsicóloga explica que “no necesitas callar la mente, solo aprender a escuchar sin obedecer y a dialogar de forma diferente con tus pensamientos”. 

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