MARTA SIERRA | infobae.com | 04/12/2025
La experta
señala que hay ciertos pensamientos que son simplemente “ruido”, por lo que hay
que desmontarlos y no darles espacio
Uno de los
máximos objetivos a los que aspira mucha gente es a la paz mental: ese estado de tranquilidad, de bienestar emocional y de conexión con el propio interior
y con el entorno que aleja las preocupaciones infundadas o los miedos
inexplicables. Sin embargo, alcanzarlo es muy complicado.
En las últimas
décadas han surgido diversos discursos sobre las técnicas que deben seguirse
para alcanzar la paz mental. Sin embargo, la neuropsicóloga Marta Jiménez (@martajimenezpsicologia) explica que a veces el
trabajo pasa más por el entendimiento de la manera en la que funciona nuestra
mente que por dedicar horas a algunas de estas estrategias. La experta destaca
que la forma en la que ella consiguió vivir con paz mental “no fue meditando tres horas al día ni haciendo yoga en
Bali”. Estas herramientas, aunque pueden ser útiles, no son imprescindibles ni
constituyen un camino universal hacia el bienestar.
Para muchas
personas, la paz mental se percibe como una meta difusa, casi idealizada, que
parece reservada únicamente a quienes practican meditación avanzada o llevan un
estilo de vida completamente equilibrado. Sin embargo, en realidad, cualquier
individuo puede comenzar a construirla si entiende mejor su
funcionamiento interno y las dinámicas que rigen la mente humana.
Su proceso “fue
algo mucho más simple”, según señala. No simple en el sentido de que sea rápido
y fácil, sino que no requiere de grandes estrategias para comenzar a trabajar
internamente en el aumento del bienestar emocional. Marta Jiménez explica que
la clave se encuentra en entender que los “pensamientos no son
la realidad”. Esta distinción resulta esencial para dejar de vivir en
piloto automático y empezar a diferenciar entre lo que ocurre fuera y lo que
formula nuestra mente como interpretación, hipótesis o temor anticipado
Los
pensamientos intrusivos
Según explica
la médica neuróloga y epileptóloga Vanessa Benjumea en su libro Mente calma. Primeros auxilios
para aliviar los bucles del pensamiento (Vergara, 2025), el ser humano tiene cada día
alrededor de 60.000 pensamientos funcionales y disfuncionales. Es un diálogo
interno que nunca cesa y que tiene un componente mayoritariamente negativo,
puesto que estamos predispuestos a detectar errores y peligros.
En este sentido,
nuestra rutina se enmarca en un conglomerado de pensamientos
intrusivos que pueden desestabilizarnos: preocupaciones,
recordatorios de las tareas que deben realizarse, escenarios catastróficos,
sentimientos incapacitantes... Y una forma de comenzar a tener paz mental es
comprender que muchos de estos mensajes no son reales.
“No
tengo que creerme todo lo que mi mente me dice y mucho menos los pensamientos
intrusos”, explica Jiménez, ya que estos son “palabras en el aire, simple
lenguaje, ruido”. Aunque el diálogo interno es útil para avanzar en ciertos
conflictos, buscando soluciones o entendiendo situaciones, cuando se convierte
en un bucle mental, deja de ser productivo.
Así, la clave no se encuentra en intentar luchar contra la cabeza, sino en entender que no siempre lo que dice es real: “Es solo un pensamiento y yo decido qué hago con él”. La neuropsicóloga explica que “no necesitas callar la mente, solo aprender a escuchar sin obedecer y a dialogar de forma diferente con tus pensamientos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario