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Echávarri
se encarga de recibir llamadas de personas en crisis emocionales
KATHERINE PENNACCHIO* | Madrid | El Mundo | 10/09/2014
Suena
el teléfono en la sede del Teléfono de la Esperanza en Navarra. El número que
ha llamado aparece oculto, no hay manera de saber dónde se encuentra la persona
que marcó el 902
500 002 buscando
ayuda. A Alfonso Echávarri los años de experiencia le permiten actuar de
forma eficaz en este tipo de situaciones. Al otro lado del teléfono estaba
ella, afectada por trastorno límite de la personalidad y recién abandonada por
su pareja, pensando que la única solución posible era ponerle fin a su vida
tirándose por la ventana. "Recuerdo que en este caso no le pregunte por
qué, sino que para qué. Su respuesta fue clara y automática: para dejar
de sufrir", explica Echávarri recordando aquella llamada. Como ella,
miles de personas solicitan ayuda telefónica cada año cuando la idea de
quitarse la vida les ronda por la cabeza, porque concede el anonimato y la
posibilidad de hablar con alguien desconocido.
¿Es
beneficioso el anonimato?
Sí, allí puedes profundizar
muchísimo en su intimidad y es un arma que permite a la persona abrirse.
Por ejemplo, en el caso de la persona que comentábamos anteriormente, a mí me
fue posible del otro lado del teléfono acceder a lo que, en ese momento estaba
sintiendo.
¿Se lleva a cabo alguna metodología
durante las llamadas?
Vamos
dirigiendo la conversación. Son personas con mucha ambivalencia, dudan entre
vivir y morir, y por lo tanto necesitan seguridad y autoridad al otro
lado del teléfono. Con esa dirección vamos explorando algunos aspectos de su
vida y elementos que le permitirían engancharse;
explorar algún recurso que le permita querer seguir con vida.
Normalmente en este tipo de llamadas, si tenemos la ubicación de la persona se
activa un protocolo. También si se consigue controlar la crisis, se le dice a
la persona que puede venir presencialmente para evitar que un futuro vuelva a
recaer en este pensamiento.
En el caso que comentábamos
anteriormente, ¿se activó un protocolo?
Era
una persona que llevaba un número oculto y no era posible localizarla para
movilizar a algún equipo de emergencia. Si tenemos los datos suficientes para
movilizar un servicio de emergencia, lo hacemos. Lo más importante en
ese momento es salvar la vida de quien llama.
¿Qué sucedió con esta persona?
No
sé qué pasó con ella. Era un número oculto. Yo intenté sacarle más información
pero ella no estaba dispuesta. Después del rato que hablamos, la angustia había
desaparecido, esto le permitió tener opciones en su cabeza diferentes a
poner fin a su vida. Lamentablemente, muchas de las llamadas que recibimos
no sabemos cómo terminan.
¿Cuál es el perfil de las llamadas
que reciben con intención de suicidio?
Hombre,
de unos 35 a 44 años. Pero realmente en la etapa de pensamiento suicida las que
más llaman son las mujeres. ¿Quiere decir eso que ellas son más vulnerables?
No, todo lo contrario. Las mujeres son más capaces de pedir
ayuda. No debemos olvidar que el suicidio en la gente mayor es un gran
problema, muchísima gente de la tercera edad se suicida. Quizás por la soledad,
por la incomunicación. Son tantos los factores que influyen...
¿Por qué cree que han aumentado los
suicidios en el último año en España?
La crisis económica que estamos
viviendo tiene mucho que ver. No como la causa principal, pero sí quizás como
desencadenante de otras crisis. Me explico. Una persona que tiene
problemas con su pareja, se divorcia, queda en una situación económica precaria
y, encima, es despedida del trabajo tiene más factores desencadenantes. Y estas
situaciones son muy comunes últimamente.
¿Es necesario un plan estatal de
prevención de suicidios?
Sería
fenomenal que existiera un plan estatal de prevención de suicidios. La conducta
suicida es un fenómeno universal. Sin embargo, poner de acuerdo a todas
las autonomías puede ser complicado. Queda mucho trabajo por hacer.
¿Han recibido el apoyo económico que
necesitan?
Necesitamos
muchísimo más apoyo tanto de instituciones públicas como privadas. Mantener una
estructura como ésta es costoso. El Teléfono de la Esperanza es un servicio de
calidad y profesionalizado. Requiere dinero para que sea realidad constante.
El
Teléfono de la Esperanza lleva 43 años de andadura. Se dedican a trabajar con
personas en crisis y a promover la salud emocional. Su ámbito de trabajo abarca
tanto la atención telefónica como personalizada. Está presente en 27 sedes
físicas en España, pero también en Europa, Sudamérica y, recientemente, EEUU.
En su memoria de 2013 indica que en España recibieron en ese año 1.567 llamadas
con intención suicida, lo que representa un 3,2% del total de las llamadas que
reciben. "Hablando de conducta suicida, 1.567 llamadas son muchas.
De ellas, unas 50 ya estaban llevando a cabo su intento",
indica Echávarri. En España no hay datos oficiales del número de intentos
de suicidio en la población. Ni siquiera el Instituto Nacional de Estadística
(INE) dispone de esos datos. El jefe del servicio de Psiquiatría de la
Fundación Jiménez Díaz en Madrid, Enrique Baca, lleva algunas estimaciones sobre
intentos suicidas: "Aproximadamente un hospital que tenga un área entre
300.000 y 400.000 habitantes, como son la mayoría de los de Madrid, presentan
de uno a dos suicidios diarios." Sin embargo, el doctor Baca asegura que
no hay datos oficiales porque las estadísticas de intentos de suicidio son muy
complejas de analizar ya que necesitan un sistema de vigilancia intensivo, y
eso significaría inversión de tiempo y dinero.
*La edición de este reportaje corrió a cargo de Antonio Rubio Campaña, director del Máster en Periodismo de Investigación, Datos y Visualización.
Cuánto bien se ha hecho con estos teléfonos de la esperanza, pues lo que necesitan las personas que llaman es desahogarse, y al ver que son acogidas y aconsejadas con tanto sentido común y cariño al mismo tiempo, les reconforta, y por eso en muchos casos cambian su idea y su actitud.
ResponderEliminarEl que sea anónima la llamada puede facilitar mucho abrirse, si se hace con tacto y no en plan paternalista, sino de ayuda, de consejo, de hacer reflexionar.
Ojalá haya siempre personas bien dispuestas y preparadas como el caso que contáis.