Web consultas – Revista de
Salud y Bienestar | Agosto
2017
Los
principales afectados por la drunkorexia son
jóvenes preocupados por mantenerse delgados que no quieren renunciar al consumo
de bebidas alcohólicas para
divertirse, la solución: no comer.
Querer
tener las medidas perfectas unido a la supuesta aceptación social que tiene
para los adolescentes tomar
una copa son las bases sobre las que se sustenta este nuevo desorden
alimentario. Conocido también como alcohorexia o ebriorexia, aunque lo de menos
es el nombre, drunkorexia es un término no oficial que deriva de la palabra
inglesa drunk (bebido o ebrio) y del sufijo griego –orexia (apetencia).
Con la
llegada de los fines de semana, las vacaciones o los periodos de fiesta, los
jóvenes aprovechan para salir y beber alcohol como una forma más de diversión.
En este punto, algunos de ellos (principalmente las chicas) empiezan a
preocuparse por su físico y las consecuencias que les deja el alcohol en su
figura. El dilema que se plantean entonces es ¿renuncio a beber? o ¿bebo a
pesar de que engorda?
Fruto de
la inconsciencia y del capricho de la edad, los jóvenes se decantan por algo
mucho peor: ni una cosa ni la otra, es mejor dejar de comer para poder seguir
bebiendo. Esto que parece tan raro no lo es si lo extrapolamos a otro contexto.
Seguro que has oído a alguien que prefiere comer lo mínimo para permitirse ese
postre que tanto le gusta o decide saltarse alguna comida para compensar una
comida anterior. Es el mismo discurso, aunque mucho más preocupante: en este
caso lo que se ha consumido en exceso no es comida, sino alcohol. Según los
expertos, podríamos estar ante un caso más grave que la anorexia, ya que
se hace un consumo desmedido de alcohol en un cuerpo que prácticamente está
desnutrido y esto conlleva negativas consecuencias para la salud.
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