Redacción BBC News Mundo |
31/07/2021
¡Eres una pila de nervios!
Seguramente hayas escuchado esta
frase o incluso te hayas sentido identificado.
¿Pero qué significa realmente?
¿Una pila literal de fibras nerviosas en nuestro cuerpo? ¿O es una frase
conectada a nuestras emociones?
Tal vez ambas.
Existe un nervio, el más largo
que tenemos, que recorre gran parte de nuestro cuerpo y que los científicos
aseguran que está fuertemente conectado a nuestras emociones.
Nos referimos al nervio
vago. Y no, no es porque sea un holgazán.
¿Qué es el nervio vago?
El nombre del nervio vago viene
del latín nervus vagus.
"Su raíz significa
deambular, y realmente describe la forma en que deambula por el cuerpo,
así como un vagabundo", detalló la psicóloga Kimberley Wilson en el
programa Made of Stronger Stuff ("Hecho de material más
fuerte") de Radio 4 de la BBC.
El nervio vago se divide en dos:
uno que se extiende por el lado derecho y otro por el izquierdo del cuerpo
humano.
Se origina en el tronco cerebral
aproximadamente detrás de las orejas y se extienda por cada lado del cuello,
cruza el pecho y llega hasta el abdomen.
El nervio vago conecta el tronco
cerebral con casi todos los órganos del cuerpo, con el corazón, pulmones,
estómago, intestinos, páncreas, hígado, riñones, bazo y vesícula. Se
mueve a través de casi todos los órganos esenciales.
Es como una gran y crítica autopista o
un cable de teléfono trasatlántico con miles y miles de fibras dentro, comparan
los especialistas.
"El 80% de esos cables son
sensores, lo que significa que el nervio vago en toda su extensión está
reportando lo que pasa en todos los órganos del cuerpo al cerebro",
describió a la BBC Kevin Tracey, presidente del Instituto Feinstein de Nueva
York y un pionero en el estudio de este nervio.
AGES
En términos científicos, el
nervio vago es el componente principal del sistema nervioso
parasimpático, que controla las funciones y actos involuntarios de nuestro
cuerpo.
"Tú tienes tu sistema
nervioso simpático, la parte del sistema nervioso que te prepara para la
acción, mientras que el sistema nervioso parasimpático puedes considerarlo como
el interruptor de apagado para eso", explicó la psicóloga Wilson.
"Entonces, el nervio vago
del sistema nervioso parasimpático ayuda a cambiar el modo corporal para el
descanso, la relajación, la recuperación, la regulación de tu frecuencia
cardíaca y la respiración, básicamente todas las cosas divertidas que necesitas
para vivir", enumeró.
Por lo tanto, si el nervio vago
es esta vía de comunicación con sensores que envían señales desde el cuerpo
hacia el cerebro, esto puede tener un impacto directo en nuestra mente,
nuestros pensamientos y tal vez incluso en nuestros sentimientos, señalaron los
especialistas.
Eres lo que comes…
La evidencia dice que una dieta
balanceada hace bien a la salud.
Pero ¿cómo se traduce esto en el
funcionamiento concreto de nuestro cuerpo? ¿Y qué tiene que ver el nervio vago
en esto?
Para tratar de entender este
complejo y encadenado proceso hay que empezar con el microbioma.
IMAGES
Se trata de una colección de
microorganismos, principalmente bacterias que viven en todo el cuerpo, pero
particularmente en el intestino y que se encargan de defender el organismo de
patógenos y bacterias invasoras.
Pero también asumen parte del
trabajo de la digestión de alimentos y extraen determinadas sustancias químicas
que son buenas para el cerebro.
Y para que estas sustancias
lleguen al cerebro necesitan una ruta: el nervio vago.
"Hay muchas vías de
comunicación entre el intestino y el cerebro, pero quizás la más estudiada y
que nos ha interesado mucho es el nervio vago. Y me gusta recordarle a la gente
que lo que sucede en 'el vago' no solo se queda en 'el vago', sino que
en realidad afectará nuestras emociones", afirmó John Cryan, profesor
de Anatomía y Neurociencia de la University College Cork, de Irlanda.
A diferencia del genoma, el
microbioma es potencialmente modificable y eso se logra a través de la
alimentación.
El neurocientífico enumeró una
serie de alimentos que se obtienen a partir de la fermentación como el kimchi,
la kombucha, el kéfir, el chucrut y el yogurt que son buenos en fibra.
"También se ha demostrado
que hay muchas verduras ricas en probióticos que tienen
efectos beneficiosos sobre la señalización intestinal-cerebral", explicó.
En resumen, comer verduras es
bueno, como diría cualquier médico.
"El componente fibroso de
los vegetales, en particular los químicos como la insulina, alimentan el
microbioma que permite sintetizar químicos que (a su vez) estimulan el nervio
vago para activar partes del cerebro que te harán sentir de una manera
particular", detalló el doctor Xand van Tulleken, del programa Made
of Stronger Stuff de la BBC.
Estimulación del nervio vago
Existen tratamientos médicos que
estimulan el nervio vago por razones terapéuticas, mediante un pequeño
dispositivo similar a un marcapasos que da un impulso eléctrico.
Actualmente, tiene un uso médico
limitado para afecciones como la depresión y la epilepsia que son difíciles de
tratar.
"El aparato envía una
estimulación eléctrica suave y regular a lo largo del nervio (vago) hacia el
cerebro. De alguna manera esto calma la actividad cerebral irregular que conduce
a convulsiones. Por lo tanto, puede ser que la activación del nervio vago haga
que el cerebro libere sustancias químicas, neurotransmisores, que reducen la
actividad convulsiva", explicó el doctor van Tulleken.
Pero su efectividad varía mucho
dependiendo del paciente.
También existen investigaciones
sobre la estimulación del nervio vago que puede aplicarse a tratamientos para
enfermedades que producen inflamación en el cuerpo, como la artritis
reumatoide.
"Si entiendes que el nervio
vago tiene la capacidad de ser como los frenos de un auto para detener la
inflamación, está la posibilidad de piratearlo con dispositivos o medicamentos
para apagar la inflamación", opinó el investigador Kevin Tracey.
Si dejamos de lado las
enfermedades y los tratamientos, a nivel personal podemos también estimular el
nervio vago para bajar los niveles de ansiedad y estrés.
Entre las técnicas están cantar,
tararear o repetir mantras.
Un estudio de 2013 con coristas
mostró que estas actividades ayudan a mantener el compás del ritmo del corazón.
Y esto se logra a través del nervio vago.
"Esto me hace pensar en el
yoga, que de forma muy natural es parte de la práctica (de estimulación).
Actividades como cantar y recitar una canción hacen vibrar la garganta y la
respiración diafragmática profunda, que sabemos que estimula el nervio
vago", añade la psicóloga Wilson.
En un futuro, tal vez la fusión
de las nuevas tecnologías con viejas y conocidas prácticas ayuden a obtener un
beneficio para nuestra salud corporal, mental y emocional.
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