MANUAL |
Enfermedades mentales
· Críticas de
los investigadores al rigor de la quinta edición del DSM
· A dos semanas, los Institutos de Salud de EE UU se han desvinculado
· Uno de los objetivos frustrados del manual era hallar biomarcadores
Agencia SINC | Núria Jar | Barcelona | El Mundo | 08/05/2013
- El próximo 18 de mayo a las
siete de la mañana, hora de la costa este de los EEUU., se descubrirán los
detalles de la última y quinta edición del gran 'best-seller' de la Psiquiatría, el manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM, por sus siglas en
inglés). El DSM, que llevaba casi dos
decenios sin renovarse, es el libro en el que los psiquiatras encuentran
las claves para diagnosticar trastornos y tratar a sus pacientes.
- Ese día, en San Francisco, el
cabeza de cartel del encuentro anual de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) será la
presentación de la polémica nueva versión del DSM. Más de 400 especialistas en
13 grupos de trabajo han colaborado en el documento durante un proceso oficial
de seis años que ha costado 25 millones de dólares.
- El precio de cada
ejemplar se ha fijado en 199 dólares y el retorno de la inversión está
asegurado. Psiquiatras, médicos de cabecera, trabajadores sociales, jueces y
periodistas necesitarán la nueva versión para decodificar las enfermedades
mentales en el contexto académico, clínico y social. Pero en el reino de la
salud mental, no siempre se trabaja a gusto de
todos.
- A menos de un mes de su
presentación, el 29 de abril el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de
EEUU anunció que se desvincula de los criterios del nuevo DSM. "Los
pacientes con enfermedades mentales se merecen algo mejor", escribía
Thomas Insel, director del NIMH, en su blog.
- A partir de ahora, el centro
estadounidense se regirá por sus propios estándares para clasificar las
psicopatologías. A través del proyecto Research Domain Criteria, el NIMH está
creando otro sistema, que basarán, según ellos, en observaciones y medidas
neurobiológicas. "La decisión es sorprendente y marca una
separación clara entre la esfera clínica y la investigación de los
trastornos mentales -comenta a la agencia SINC Miquel Bernardo, presidente de
la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica-. La crítica estaba implícita en
el lanzamiento del DSM-5, pero no de una forma tan radical".
Sin declaraciones
- La actitud del NIMH ha desconcertado a
la comunidad científica y nadie entiende el porqué del 'divorcio'. El 3 de
mayo, la APA difundió su reacción oficial, en la que David J. Kupfer,
responsable de la nueva edición, valoró el esfuerzo del NIMH en la contribución
del avance del conocimiento científico, pero dejó claro que su clasificación
"no puede suplantar al DSM-5, sólo es complementaria".
- Aunque la Asociación Americana de
Psiquiatría no responda a las peticiones de los periodistas hasta el 18 de mayo,
SINC ha hablado en exclusiva con Francisco Xavier Castellanos, uno de los dos
únicos científicos españoles que ha formado parte de la redacción de la
nueva edición, y vicepresidente del grupo de trabajo sobre trastorno por
déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y trastornos de comportamiento.
-"No puedo hablar de todo el
documento porque no lo he leído entero, ni puedo comentar los detalles hasta
que no se publique el manual, pero creo que una vez los científicos y los
clínicos se acostumbren a los cambios verán que muchos significan mejoras, como
el diagnóstico del autismo", responde desde la Universidad de Nueva York.
-Bernardo asegura que "el progreso
del DSM-5 respecto al anterior es incuestionable", mientras que Miquel
Roca, miembro de la junta de la World Psychiatric Association, opina que
"la nueva guía tendría que ser más rupturista de lo que realmente es".
'Donde caben dos,
caben tres'
- Dice un chiste de médicos que 'donde
hay dos psiquiatras, hay tres opiniones'. Bernardo lo justifica: "La
variabilidad de la práctica psiquiátrica es muy alta porque la actividad
psíquica del cerebro es muy compleja". Uno de los objetivos frustrados del
nuevo manual era hallar biomarcadores para el diagnóstico de trastornos
mentales. "Hemos estado diciendo a los pacientes durante varias décadas
que estamos a la espera de biomarcadores. Todavía estamos esperando",
reconoce Kupfer. De momento, el médico seguirá reconociendo la enfermedad sólo
por sus síntomas.
- Pero la reedición del DSM trae
novedades como la inclusión de la edad, el género y la cultura en el
diagnóstico y la presentación de los trastornos mentales. Además, el manual
pretende acercarse a la clasificación internacional de enfermedades (CIE-10)
publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Los síndromes dejarán de
clasificarse por categorías que hasta ahora respondían a preguntas
cerradas para diferenciar la ausencia y la presencia de una
enfermedad. Los facultativos se encontraban con que un individuo con
esquizofrenia, por ejemplo, presentaba otros síntomas como insomnio o depresión
que no se ajustaban a su diagnóstico.
- El nuevo DSM propone abordar los
trastornos con evaluaciones dimensionales para calcular la severidad de la
patología. Entre otros, el autismo y el síndrome de Asperger -junto con dos
trastornos más-pasarán a englobarse dentro del mismo espectro del trastorno
autista. La introducción de un continuo entre la normalidad y la disfunción
ofrece matices para el seguimiento de los pacientes.
No hay adicción ni
al sexo ni a internet
- A pesar del revuelo mediático, los
expertos de la APA consideran que la adicción a internet no es un
trastorno mental. Esta condición aparece en el 'purgatorio' del
manual. La sección III acoge aquellos trastornos que requieren más
investigación antes de ser considerados una enfermedad mental.
-"Se trata de un trastorno de
conducta, no hace falta medicalizar los problemas de la vida cotidiana y
caer en la sobrediagnosis", explica Bernardo a SINC en su consulta del
Hospital Clínic de Barcelona. Lo mismo le pasa a la adicción al sexo
(hipersexualidad), que también ha sido relegada como trastorno.
- En cambio, hay otros que entran por la
puerta grande, como el trastorno por atracón de comida. La psiquiatría infantil
presenta otra de las novedades más importantes. A partir de mayo, los niños con
un mínimo de 'tres episodios semanales de irritabilidad, arrebatos y berrinches
durante más de un año' serán diagnosticados con el trastorno de desregulación
disruptiva del estado de ánimo.
-"El motivo principal ha sido
introducir un diagnóstico más apropiado para captar niños con
comportamientos fuertes y disruptivos que ahora son diagnosticados de
trastorno bipolar.
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