Uno
de cada diez españoles sufre problemas mentales de salud
Cada día se suicidan 10 personas en España. Una cifra
que suena gruesa y que podría crecer en el futuro, según sea la deriva social y
económica de la quiebra que se anuncia una vez pasen estos tiempos de angustia
por el coronavirus. Este es el pronóstico que anticipa la Fundación Española
para la Prevención del Suicidio (FEPS) a modo de alerta global. «No nos
preocupan tanto las consecuencias directas del confinamiento (enojo, ansiedad, insomnio),
sino el paisaje desolador que se nos viene si no activamos ya la economía y el
tejido industrial y laboral», comenta a ABC el presidente de la fundación,
Andoni Anseán.
Este psicólogo que ha dirigido hospitales
psiquiátricos en Valladolid y Mérida se apoya en los datos que maneja su
institución. Un estudio de la Universidad de Baleares dedujo que en el comienzo
de la última crisis económica en España, 2008, aumentó la incidencia de
trastornos mentales por el efecto laboral sobre la población: un 19% más de depresiones, un 8% más de trastornos
de ansiedad y un 8% más de conductas alteradas por el
alcohol.
«Las medidas tan drásticas que se han tomado pueden
tener sus consecuencias en la salud mental –dice Anseán–. La fractura de las
empresas, el cese de actividad, el riesgo de quiebra y el aumento del desempleo
son variables relacionadas con la intención suicida. Se necesita producir, no solo
subvencionar. Con ayudas públicas no se genera riqueza».
En 2007, con la crisis económica a las puertas, ya
hubo 1.036 suicidios en la población entre 40 y 60 años, mientras que en 2014,
en pleno pico de suicidios en España (3.910) se registraron 1.611 en la franja
de esas edades. Un aumento de casi el 60%. «Si este confinamiento se
prolonga, preparemos el sistema sanitario
para problemas de salud mental. Los habrá y muy duros»,
concluye el psicólogo.
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