OSCAR CASTILLERO MIMENZA | Psicología y Mente
Este
famoso psicólogo estadounidense investigó sobre cómo aparecen los recuerdos
vívidos.
¿Qué hacías cuando el hombre llegó a la Luna? ¿Y
cuando cayó el muro de Berlín? ¿Y en el momento en que cayeron las Torres
Gemelas? Si hemos vivido todos estos sucesos, es posible que tengamos una
respuesta exacta y precisa.
Recordamos
con gran exactitud esos momentos. ¿Por qué? Eso es lo que explora la
teoría de la memoria de Roger Brown.
Una breve introducción: Roger Brown
Roger
Brown fue un reconocido psicólogo de origen estadounidense famoso por sus múltiples estudios y
contribuciones a diversos ámbitos de la psicología, destacando especialmente
sus estudios respecto al lenguaje humano y su desarrollo.
Brown
tuvo también un importante papel en el estudio de la memoria, resultando
remarcable la investigación realizada junto a James Kulik respecto al recuerdo
vívido de lo que las personas estaban haciendo en momentos de gran importancia
histórica, acuñando el término flashbulb memory.
La memoria vívida o las “flashbulb memories”
Las
flashbulb memories o memorias vívidas hacen
referencia al recuerdo preciso, intenso y persistente de las circunstancias que
rodean una situación de gran importancia en nuestra vida. Se recuerda el hecho
en sí y qué estábamos haciendo en el preciso momento en el que ocurría o en el
que nos enteramos de ello.
La
sensación de la persona que tiene estos recuerdos es equivalente a la impresión
de tener algo semejante a una fotografía o un trozo de película siempre
disponible en la memoria, totalmente clara y sin posibilidad de error.
Generalmente
se trata de eventos con gran importancia a nivel histórico. Ejemplos de ello se dan por ejemplo en personas
que recuerdan exactamente el momento en que el hombre llegó a la Luna, el
asesinato de Kennedy o Martin Luther King, la caída del muro de Berlín o los
más recientes atentados contra las Torres Gemelas.
¿Por qué lo recordamos con tanta exactitud?
Generalmente,
cuando queremos recordar algo es necesario que la misma información sea
repetida una y otra vez o que quede vinculada a otros conocimientos
para que generen una huella de memoria que permita recordarlas
posteriormente. Las conexiones nerviosas que se ven estimuladas por el
aprendizaje realizado necesitan fortalecerse. De no utilizarse nunca ni encontrarle
una utilidad, nuestro organismo considerará que la información no es pertinente
ni útil y terminará por olvidarla.
Pero
muchos recuerdos se mantienen de manera mucho más permanente sin precisar que
se repitan una y otra vez. Ello se debe al papel de las emociones.
Resulta conocido que cuando un acontecimiento nos despierta una emoción intensa
genera una huella de memoria mucho más poderosa y permanente que sucesos sin
significación emocional. Por ejemplo, el primero beso o el nacimiento de un
hijo.
Es
el caso de los sucesos que generan las flashbulb memories, el motivo principal
por el cual estos momentos y las circunstancias que las rodean son recordados
de una manera tan vívida es semejante a la de la activación emocional: estamos
ante un suceso inesperado que nos sorprende en gran medida. Posteriormente
a la sorpresa, procesamos la importancia de dicho suceso y ello, junto
a la reacción emocional que genera constatar dicha relevancia, acaba por
provocar que aparezca un fuerte recuerdo de lo que ocurrió y as circunstancias
que lo rodeaban.
Pero
se ha de tener en cuenta que los sucesos en sí solo se registran si son
importantes para la persona que las recuerda o sienten alguna identificación
con lo sucedido o los implicados. Por ejemplo, el recuerdo de lo que se estaba
haciendo en el momento del asesinato de Martin Luther King es más potente por
lo general para los sujetos afroamericanos que vivieron los efectos de la
segregación racial en Estados Unidos que para la población caucásica.
¿Son dichas memorias totalmente fiables?
Sin
embargo, a pesar de que una gran parte de las personas que dicen recordar lo
que pasó con gran precisión y el alto impacto emocional que tuvo en sus vidas,
la fiabilidad total de dichos recuerdos es cuestionable.
A
grandes rasgos sí se recuerda la información más esencial del acontecimiento, pero debemos de tener en cuenta que nuestra
memoria suele centrarse en captar la información más pertinente y que cada vez
que recordamos algo en realidad la mente realiza una reconstrucción de los
hechos.
Si
nuestra mente no encuentra la información pertinente, inconscientemente
tendemos a rellenar los huecos mediante la confabulación. Dicho de
otro modo, en general combinamos e incluso creamos material que parece
pertinente y encaja en nuestra reelaboración.
Así,
es común que falseemos de manera inconsciente nuestros recuerdos. Se ha
comprobado que el número de detalles recordados correctamente disminuye a lo
largo del tiempo, a pesar de que la persona sigue creyendo que todos los detalles
permanecen frescos. Y es que poco a poco vamos sobreescribiendo la información
más periférica. Todo ello estando el propio sujeto completamente convencido de
que el recuerdo es real y tal y como lo cuenta.
Referencias bibliográficas:
·
Brown, R. & Kulik, J. (1977). Flashbulb memories. Cognition, 5, 73-99. Harvard University.
·
Tamayo,
W. (2012). Memorias flashbulb y representaciones sociales. Propuesta para un
estudio conjunto. Revista Psicoespacios, 6 (7); pp. 183-199.
No hay comentarios:
Publicar un comentario