El fentanilo es
un medicamento para el dolor que se ha transformado en un riesgo para la salud
pública. Su producción y distribución ilegal como droga está causando
verdaderos estragos en el mundo.
El consumo de fentanilo en Estados Unidos y en Europa no
para de crecer. El fentanilo, recetado para el
dolor por médicos, no tardó en extenderse. Por otra parte, traficantes de heroína vieron la
oportunidad de cortar su droga con una sustancia 50 o 100 veces más fuerte que
la morfina.
Además de la propia adicción, muchos consumidores de
heroína o fármacos opioides comprados en el mercado ilegal desconocen las dosis
de fentalino que se ha añadido a su composición. Podríamos hablar no solo de un problema de adicción, sino de un envenenamiento masivo de la población.
¿Qué es el fentanilo?
El fentanilo es un analgésico opioide sintético. Es mucho más potente que otros opioides y está aprobado para tratar
el dolor intenso, generalmente causado por cáncer en estado avanzado.
Los médicos pueden recetar
opioides para tratar el dolor moderado o intenso. Pero, ¿qué tienen en común
todos los opioides?, ¿dónde reside su potencial adictivo?
Los opioides más conocidos incluyen
la heroína ilegal, los opioides sintéticos como el fentanilo y los analgésicos
disponibles legalmente con receta médica, tales como oxicodona, hidrocodona,
codeína o morfina.
Todos los opioides tienen una estructura química común e
interactúan con receptores de la misma gama en las células nerviosas de cuerpo
y cerebro. Los analgésicos opioides son
generalmente seguros cuando se toman durante un período corto y según lo
prescrito por un médico, pero debido a que producen euforia además del alivio del dolor, pueden
usarse indebidamente.
Es decir, lo que en principio estaba destinado a paliar el dolor físico pasa a
usarse para obtener sensación de bienestar; se trasforma en un recurso demasiado fácil.
Puede empezar a tomarse de una
manera diferente en una cantidad mayor que la recetada o tomarse sin receta
médica. El uso regular, incluso según lo prescrito por un médico puede provocar
dependencia, adicción, incidentes de sobredosis y muerte.
Fentanilo: un problema sin control
El fentanilo no se parece a ningún otro problema
relacionado con las drogas en la historia moderna. Es más útil pensar en ello como una intoxicación masiva que como una
epidemia tradicional de adicción a sustancias.
El fentanilo y otros opioides
sintéticos se han extendido por algunas partes de Estados Unidos y Europa,
mientras que otras zonas están libres de consumo ilegal.
Bryce Pardo, uno de los
principales responsables de políticas de drogas en Estados Unidos, declaró: “No
hemos visto nada como esto desde que la heroína salió a la calle por primera
vez hace más de 100 años”. Enfrentar la crisis del fentanilo va a requerir
mucho más que interrumpir el suministro y hacer que las personas reciban
tratamiento.
¿Cómo se extendió el uso inadecuado de
opioides?
Entre 1999 y 2019, casi 500 000 personas murieron por
sobredosis de cualquier opioide, incluidos los opioides ilícitos y los
recetados. Este aumento en las muertes por
sobredosis de opioides se puede resumir en tres oleadas distintas.
·
La primera ola comenzó con una
mayor prescripción de opioides en la década de 1990, con un aumento de las muertes por sobredosis de opioides recetados
(opioides naturales, semisintéticos y metadona) desde al menos 1993.
·
La segunda ola comenzó en 2010,
con un rápido aumento de las muertes por sobredosis de heroína.
·
La tercera ola comenzó en 2013,
con un aumento significativo en las muertes por sobredosis que involucran
opioides sintéticos, particularmente aquellas
relacionadas con fentanilo fabricado ilícitamente. El mercado del fentanilo
fabricado ilegal sigue cambiando y se puede encontrar en combinación con
heroína, píldoras falsificadas y cocaína.
Fentanilo: más fácil de obtener
El fentanilo no es un fármaco nuevo. Se ha utilizado
durante décadas como analgésico y anestésico. Los cirujanos aprendieron a observar de cerca a sus
pacientes después de administrarles fentanilo debido a la forma en que endurece
los músculos que controlan la respiración. Fue difícil de hacer y difícil de
encontrar en las calles, hasta que no lo fue.
Hoy en día, el fentanilo es un producto de pedido por
correo que se comercializa en Internet y se envía directamente a los consumidores y
distribuidores. Parte de ella llega a través de la frontera de México, pero
otra gran parte proviene de laboratorios mal regulados en China.
Los traficantes de drogas no necesitaban de mucha imaginación para darse cuenta de que podían cortar una bolsa de heroína con fentanilo barato y embolsarse la diferencia. Sin embargo, el fentanilo no solo es más barato que la heroína; también es hasta 30 veces más potente. Un error de dosificación de pocos gramos de sal puede matar a una persona.
Perspectivas de cambio
Este problema se ha convertido en una epidemia de salud
pública con consecuencias devastadoras. Efectos que van desde el aumento del abuso de opioides y muertes
relacionadas hasta la creciente incidencia del síndrome de abstinencia neonatal o mayor propagación de enfermedades infecciosas.
Investigaciones recientes
también han registrado un aumento significativo de la mortalidad en personas de
mediana edad, de manera marcada entre los estadounidenses blancos con menor
nivel de estudios. Por otro lado, los investigadores de la organización RAND
entrevistaron a expertos, funcionarios de salud pública y agentes de control de
drogas en media docena de países.
Los resultados encontrados desvelaron que no se ha dado el fenómeno de que el fentanilo se
hubiera “atrincherado” en un país y luego fuera dejado de lado. Por ejemplo, en Estonia ha existido un mercado ilícito
de fentanilo durante casi 20 años. Este país está superando la epidemia a
partir de un fuerte programa de distribución de naxolona que comenzó en 2013,
tras un año dramático en sobredosis y muertes.
La solución pasa en invertir más
en prevención, además de reforzar las intervenciones en consumidores activos,
de manera que las personas con trastornos por uso de sustancias reciban el
tratamiento que necesitan.
Es necesario encontrar formas de interrumpir el flujo de opioides sintéticos a través del correo postal o hacer que la naloxona esté mucho más disponible para quienes la necesiten. Una parte de la solución que implica la acción estatal y una concienciación por parte de los profesionales sanitarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario