VALENTÍN ELORZA | Psicología y Mente |
11/08/2022
Así es como la ventilación emocional
contribuye a nuestra calidad de vida.
Las emociones son la forma en
la que los seres humanos damos sentido y forma a nuestros sentimientos, sin
ellas actuaríamos como una especie de autómatas. Las emociones son reacciones
de nuestro organismo en respuesta a las cosas que vemos o experimentamos.
La causa de las emociones
suele ser identificable para nosotros mismos y normalmente esta sensación se
presenta durante un periodo de tiempo limitado. Al principio la emoción puede
manifestarse de forma intensa, pero a medida que continuamos experimentándola,
su fuerza disminuye.
Algunas personas reprimen sus
emociones de forma habitual esperando a que desaparezcan. Pero lejos de ser una
buena práctica, contener nuestras emociones de manera sistemática no disminuye
su intensidad; más bien, puede ponernos en riesgo, ya que nuestras emociones y
la forma en que las expresamos son cruciales para mantener nuestra salud física
y mental.
Existen diferentes técnicas en
el ámbito de la psicología cognitivo conductual que ayudan con la gestión de
las emociones. En este artículo concretamente hablamos de la ventilación emocional, una nueva técnica
psicoterapéutica que ayuda a expresar nuestros sentimientos y también de cómo
aplicarla.
¿Qué es la ventilación emocional?
La ventilación emocional
es una técnica psicoterapéutica que permite dar una vía de salida a las
emociones que tratamos de ignorar. A través de la ventilación emocional
podemos expresar nuestros estados de ánimo y sentimientos, para evitar enfermar
física o mentalmente.
El estrés, la ansiedad y otros
problemas de salud mental, aparecen cuando no somos capaces de expresar lo que
sentimos. El objetivo principal de la ventilación emocional es reducir los
efectos nocivos que la represión emocional tiene sobre la salud. Esta técnica
psicoterapéutica se sirve de diferentes procesos tanto físicos como mentales
para ayudar a la aceptación y la expresión de los sentimientos. También hace
uso de las afirmaciones positivas.
Si de niños crecimos en un
ambiente donde las emociones no se expresaban con frecuencia, o donde
mostrarlas se consideraba una debilidad, es muy probable que de adultos optemos
por reprimirlas de forma habitual.
Además, también desde
muy pequeños aprendemos cómo nuestras emociones afectan a nuestro entorno.
Vemos que las personas que nos rodean responden de manera diferente cuando
estamos felices o enojados, tristes o alegres. Las reacciones de nuestro
entorno a nuestras emociones nos hacen clasificarlas como positivas o
negativas, y así es como empezamos a ocultar, ya de niños, ciertos sentimientos
que consideramos no válidos o defectuosos.
Pero a medida que
crecemos, debemos entender que no existen las malas emociones. La
naturaleza humana implica pasar por distintas emociones y aceptarlas, incluso
las que consideramos negativas o están mal vistas según nuestra interpretación
del mundo.
Disfrutar de una buena
ventilación emocional significa aceptar todas nuestras emociones y ser capaz de
expresarlas.
¿Por qué reprimimos nuestros sentimientos?
Todos los seres humanos, sin
excepción, pasamos por momentos malos a lo largo de nuestra vida. La pérdida,
el fracaso, la frustración forman parte de la experiencia humana, estos
momentos se acompañan de dolor, tristeza, ira, entre otros sentimientos
considerados negativos. Algunas personas recurren de forma habitual a la
represión como estrategia de afrontamiento para superar los momentos difíciles.
Estas personas a menudo ocultan y se evaden del dolor que experimentan, ya sea fingiendo que todo
está bien o distrayendo sus mentes con otros pensamientos. Hacen lo posible por
tratar de evitar las sensaciones desagradables que conllevan las experiencias
negativas.
Sin embargo, ignorar u ocultar
las emociones no las hace desaparecer, estas siguen en el interior. Las
emociones que se ocultan o reprimen suelen encontrar la manera de manifestarse,
a veces como síntomas físicos o incluso como episodio de ansiedad o depresión.
Si reprimimos nuestros sentimientos en nuestro interior, estos acabarán por
salir de la peor forma posible. Al ser capaces de expresarlos, somos capaces de
liberarnos de ellos. Esto no solo contribuirá a mejorar nuestro estado de
ánimo, sino que está demostrado que hablar de los que nos pasa tiene beneficios
en la salud general, tanto física como mental, además de mejorar la relación
con el resto del mundo.
¿Cómo podemos aplicar la Ventilación Emocional?
Existen muchas formas
distintas de aplicar la ventilación emocional, la idea principal es que las personas
sean capaces de expresar sus sentimientos y emociones a cualquier persona de su
círculo íntimo que consideren que les puede entender. Esto no quiere decir que
tengamos que compartir nuestro dolor con todo el mundo, sino que podemos elegir
a alguien con quien tengamos una conexión y que sepamos que nos va a entender
para liberarnos.
Sin embargo, algunas personas
tienen miedo de dejar ir sus emociones porque temen ser juzgadas o porque no
tienen un amigo disponible todo el tiempo. Si no hay nadie en nuestro entorno
con el que nos sintamos cómodos compartiendo nuestras emociones, la
autoexpresión también puede funcionar como ventana emocional.
Dedicar tiempo a validar
nuestras emociones, entender de dónde vienen y escuchar lo que sentimos con
calma y sin juicios puede también permitirnos descargar. En algunos casos,
escribir puede resultar útil para liberar emociones, especialmente cuando
estamos pasando por momentos difíciles.
Un psicólogo o terapeuta especializado puede ayudarnos a procesar nuestros
sentimientos y aceptarlos. Este especialista no solo practicará la escucha
activa, sino que puede enseñarnos técnicas para realizar una mejor ventilación
emocional, ayudándonos a comprender lo que sentimos y también por qué lo
sentimos.
Como vemos, existen diferentes
formas de liberarnos de nuestras emociones. La ventilación emocional puede
realizarse oralmente, mediante el diálogo con un amigo o un terapeuta
especializado, o de forma escrita, donde también puede intervenir una
tercera persona o hacerse de manera individual mediante la autoexpresión,
por ejemplo gracias a un diario.
Lo importante es que escojamos
la opción que escojamos para expresarnos, no hay que olvidar que todas las
emociones cumplen con una función específica, y el objetivo de la ventilación
es darles espacio para poder liberarnos.
Técnicas de ventilación emocional
Hay muchas formas de liberar
emociones, y algunas son más beneficiosas que otras dependiendo de lo que se
necesite. A continuación, veremos algunos ejercicios que pueden ser muy útiles
para utilizar la ventilación emocional.
1. Identificar las propias emociones
La mayoría del tiempo las
personas somos capaces de identificar lo que sentimos y las causas concretas de
nuestras emociones. Pero frente a algunas situaciones complejas parece que
perdemos esta capacidad perceptiva, por ejemplo podemos mostrar ira frente a
una pérdida. En estos casos es importante tomarse un tiempo para identificar
los verdaderos sentimientos, y explorar la situación para poder
afrontarla de forma adecuada y recuperar nuestro bienestar.
2. Aceptar las emociones
Aceptar y abrazar las emociones
es una de las técnicas más efectivas de ventilación emocional. Permitirse
sentir diferentes emociones, aunque estas sean negativas, es natural y
necesario en la vida. Solo al aceptar que se tiene derecho a sentir cada
emoción, es posible conseguir el equilibrio emocional.
Las personas que no se permiten sentir suelen ser bastantes autoexigentes
consigo mismas. Por eso también es importante bajar el nivel de exigencia con uno mismo y
permitirse ser un ser humano con todos sus sentimientos, incluidos los
negativos.
3. Hablar con los demás
Una forma de liberarnos de
nuestras emociones es hablando con los demás sobre lo que nos pasa. Pero
esto solamente funcionará si nos sentimos escuchados y comprendidos.
La escucha activa implica prepararse para escuchar, observar los mensajes no
verbales y luego responder adecuadamente. Cuando esto ocurre, demuestra que
nuestro interlocutor está prestando atención a lo que le decimos. Esta forma de
escuchar demuestra una conexión mutua entre el hablante y el oyente.
4. Sacar las emociones
La ventilación emocional
permite dar salida a las emociones que tratamos de ignorar. Algunas personas
presentan más dificultades que otras para abrirse a los demás o mostrar sus
emociones. En este caso, se pueden encontrar formas de liberar las emociones
que no impliquen a terceras personas, por ejemplo, practicando algún
deporte o encontrando una forma de expresión artística.
Para gestionar mejor las
emociones, también se pueden utilizar distintas técnicas de relajación, como el
yoga o la meditación mindfulness. Además, estas prácticas reportan grandes
beneficios para la salud física y mental. Otra técnica para liberar emociones
es mantener un diario personal. Los diarios ayudan a desahogar las emociones
más profundas, permitiéndonos conocernos mejor y ayudándonos a ser más
asertivos con nosotros mismos.
Por último, cada experiencia y
cada emoción pueden ampliar la comprensión de las situaciones y de nosotros
mismos. Apreciar lo que sentimos, e incluso la razón por la que nos sentimos así,
aunque al principio no sea agradable, puede ayudarnos a comprendernos mejor, e
incluso permitirnos superar los momentos difíciles con más facilidad. Expresar
lo que nos pasa es necesario para nuestro bienestar emocional.
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