LUCÍA
MOLINA | Vanitatis-El
Confidencial | 30/01/2024
El castigo ha sido
objeto de un profundo escrutinio en la psicología infantil en los últimos años,
debido a su notable influencia en el desarrollo mental de los niños
Frecuentemente, la educación
convencional se ha caracterizado por su inflexibilidad, la imposición del
respeto, el uso de
coerción y la aplicación de sanciones. No obstante, en la
actualidad, es cada vez más habitual observar un enfoque educativo
distinto, que se fundamenta
en el respeto mutuo y la comunicación.
Precisamente, este enfoque educativo
facilita el desarrollo de habilidades de empatía en los niños, ya que mantener una relación sólida con sus padres es
esencial para que tengan confianza en su entorno y en sí mismos.
De esta forma, el psicólogo Rafa
Guerrero, explica que los
castigos son sustituidos por las consecuencias. Un tipo de
enseñanza, que consigue muy buenos resultados en un medio-largo plazo y
que tiene en cuenta el desarrollo
y las necesidades del menor.
Las consecuencias que se apliquen pueden ser de tipo natural, es
decir, aquellas que se dan sin que los padres o maestros intervengan de ninguna
manera, o bien pueden
ser lógicas, en donde sí interviene el adulto. Sin embargo,
para que una consecuencia sea efectiva, el psicólogo afirma que deben de seguir cuatro requisitos, que
te describimos a continuación.
Respetuosa
La consecuencia debe de respetar al
menor y tenerle presente en todo momento. El objetivo de este tipo de
reprimenda es que aprenda, no que
sienta miedo. Además, mostrar
respeto hacia tu hijo es
primordial para que estos confíen en ti y se sientan más
seguros conforme pasen los años.
Razonable
Todas las consecuencias que
apliques deben de ser
sensatas y razonables, evitando la exageración en todos
los casos. Si tu hijo no comprende la reprimenda, no aprenderá de ella. Si como
padre le dices algo que no tiene sentido, los menores sentirán impotencia y
frustración, que llevará a
rabietas.
Revelada con anterioridad
La anticipación es uno de los recursos fundamentales, que
los padres pueden usar con sus hijos en su crianza. Explicarles qué es lo que va a ocurrir si
no hacen una determinada tarea o función es una herramienta muy útil de
aprendizaje, pues ayuda a los niños a anticiparse sobre las
consecuencias que pueden tener
sus actos.
Relacionada
Por último, este punto tiene que ver
con la segunda R mencionada, la de razonable. La consecuencia debe de tener una relación con el acto que
se ha llevado a cabo. Es decir, si no existe una continuidad entre la acción y
la consecuencia, es
posible que lo que se esté aplicando sea un castigo.
Siguiendo estas cuatro claves
podrás ayudar a tu hijo a vivir
una vida más plena, no
solo consigo mismo, sino también con todo aquello que lo rodea. Los castigos
pueden hacer sentir a los niños emociones
de defensa como la rabia, el miedo o la tristeza.
Si se aplican consecuencias basadas en el respeto y la
comunicación, los menores podrán aprender a comprender sus
emociones y las de su entorno, logrando tener esa cualidad tan necesaria en la
vida, la empatía.
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