SARA
CASTELLANOS | elconfidencial.com |
17/01/2024
Conoce a qué se refiere este nuevo término, que aún no aparece en muchos diccionarios y que se ha hecho viral en internet. En mayor o menor medida, muchos lo sufren
La nitofilia hace referencia al “placer
por crear escenas irreales en la cabeza”, aunque no la encontrarás en
muchos diccionarios. ¿El motivo? Se trata de un neologismo que apareció
a principios de 2021 en una imagen de redes sociales, en una serie con
más palabras. Sí se encuentra registrada su entrada en DiccET, el diccionario
de español total en el que se recogen todo tipo de palabras que, en ocasiones, no tienen cabida ni en la RAE
ni en otro tipo de diccionarios oficiales.
Aclaran en este diccionario, donde son muchas
veces los usuarios quienes añaden los términos, que no hay que
confundir esta palabra con la de nictofilia, que significa
atracción hacia la oscuridad y la noche. Pero, más allá de su confusa etimología, hace
referencia a algo que todos conocemos, como es soñar despiertos.
Para ello también
existen otros términos, como nefelibata, relativo a
una persona soñadora, que no se apercibe de la realidad, con ensoñación
excesiva o fantasía compulsiva. Nombres que hacen referencia
todos ellos al fenómeno de fantasear estando despiertos, algo que puede ser
estimulante para nuestro cerebro, siempre que no se nos vaya de las manos.
En inglés se
utiliza el término Maladaptive Daydreaming para
hablar de quienes fantasean en exceso y fue utilizado por el profesor
Eli Sómer, de Psicología Clínica de la Universidad de Haifa, en Israel, por
primeva vez en 2002. Un trastorno que podría interferir en la salud
mental de quienes lo padecen, si la ensoñación es tan
excesiva que impide llevar una vida considerada “normal”.
Un síndrome que
quienes padecen son capaces, a diferencia de personas con
esquizofrenia, de discernir entre fantasía y realidad, pero que puede
acabar convirtiéndose en una adicción como escape al día a día.
Pues no solo afectan a nuestra
capacidad de atención, sino que interfiere en la vida cotidiana, de
forma que quienes la sufren prefieren vivir en sus fantasías que vivir la
realidad, salir con sus amigos o pasear, por ejemplo. El profesor Sómer se dio
cuenta de que quienes lo sufrían habitualmente habían padecido algún
episodio de trauma o abuso y trataban de evadirse mediante
la ensoñación.
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