MARITXU SEITÚN | Argentina | La Nación | 22/07/2024
Detrás de la
película Intensamente 2, que
explora las emociones en conflicto de una chica de 13 años atravesando la
pubertad, están Dacher Keltner y Lisa Damour. Ellos son los
asesores psicológicos que aportaron sus conocimientos sobre las
transformaciones a nivel mental que se producen durante la adolescencia, para
mostrar, desde la ficción de la animación, un acercamiento a las mentes de
chicos reales.
Keltner es uno de los más
famosos científicos estudiosos de las emociones. Es profesor de psicología en la Universidad de
California, Berkeley y director del Greater Good Science Center. Escribió
numerosos libros y artículos, fue el asesor científico en la película Intensamente.
Damour es psicóloga clínica,
recibida en Yale e hizo un master en psicología clínica en la Universidad de
Michigan. Es consejera senior del Schubert Center for Child Studies en Case
Western University, escribió numerosos artículos científicos y libros de educación
y desarrollo infantil. Trabaja como psicóloga clínica, da charlas en colegios y
otras instituciones y empresas.
–En primer lugar quiero
felicitarlos por esta película maravillosa que con imágenes increíbles hace
comprensible para padres e hijos esta etapa del comienzo de la adolescencia.
¿Qué les gustaría sugerir a los adolescentes para que presten atención especial
durante la película?
–Lisa Damour: Los adolescentes van a sentirse vistos y entendidos, en primer lugar
por el reconocimiento y apreciación de lo intensamente sintonizados que están
con las cosas que les ocurren, que les impactan y resuenan con mayor
intensidad. Desde su hipersensibilidad ellos ven pistas sutiles, como la escena del auto en que Riley registra
que sus amigas están callando algo. En
esta etapa las emociones se ponen de golpe muy poderosas, las preocupaciones y
la ansiedad por lo que se les viene se apoderan de ellos y
alivia ver que no son los únicos a los que les pasa. Lo que me gusta de la
forma en que lo plantea la película es que los temas no se ven como defectos de los adolescentes sino como
una celebración de los rasgos que los hacen únicos y las
fortalezas que eso les acarrea. Los adolescentes van a percibir que la pantalla
grande comparte con ellos experiencias de situaciones muy privadas, que viven
con mucha intensidad e incomodidad y sus tremendas preocupaciones de lo que se
les viene. Al verlo se van a sentir menos solos y que no necesitan ser
perfectos, que son humanos, que todos tienen defectos y que de todos modos son
buena gente y valiosos.
–Y
eso les permite aceptar todo lo que sienten y piensan, recuperar lo suprimido o
no reprimir tantas ideas, emociones sentimientos…
–Dacher
Keltner: El sistema de creencias está tan preciosamente presentado
con sus complejidades y al final les permite a los adolescentes abrazar las
contradicciones y ver que la mayoría de los seres humanos son amables,
considerados, también extraordinariamente egoístas, temerosos, valientes,
enjuiciadores… Es parte de la condición humana y es tan saludable reconocerlo y
aceptarlo. Es tan importante que vean cómo todas las emociones se abrazan y
trabajan juntas, sin rechazar ninguna. Necesitamos todas
nuestras emociones para navegar nuestras vidas sociales complejas. Hay señales
que indican que tener registro de la riqueza de las emociones propias en un
nivel adecuado permite alcanzar una vida con sentido.
–¿Y qué sería bueno que miraran los padres y
otros adultos? Porque seguramente vean juntos la película, o no, pero de todos
modos recomiendo a padres de adolescentes que la vean.
–LD: Me gustaría que los padres sepan que van a enfrentar
muchas incomodidades y situaciones inesperadas. Ellos suelen sentirse
rechazados cuando sus hijos empiezan a preferir pasar tiempo con sus amigos y no con ellos, se enojan ante el estallido de
emociones tan intensas, se sienten solos, creen que hay algo que está realmente
mal y no saben con quién hablarlo. Si hay algo realmente mal en sus hijos, o en
ellos, o en la familia. Lo que me gustaría que vean es cómo es el curso normal de la
adolescencia, de por sí desafiante y disruptiva y que no necesitan preocuparse por lo que está
sucediendo en la vida de sus hijos, que lo que encuentran en casa es normal y
forma parte de la compleja etapa de la adolescencia.
–DK: Me preocupa
el perfeccionismo de las chicas en muchos países, que muchas veces viene de los
mismos padres, con sus propias creencias de cómo deberían ser sus hijos e hijas
y es bueno que los padres reflexionen sobre la forma en que
los presionan. Riley expone sus distintos aspectos y los integra.
–Pero
necesita tiempo para hacerlo, no retos, desilusión o lecciones de vida de sus
padres. Es que los adultos tenemos nuestro sistema de creencias y con la mejor
de las intenciones queremos “aplicarlo” a nuestros adolescentes, sin darles
tiempo a hacer sus propios procesos. ¿Alguna otra emoción que les hubiera
gustado que aparezca en la película?
–DK: Había
alrededor de veinte para seleccionar, a mí me
habría gustado que queden la compasión o el asombro, emociones
más éticas del ser humano, me parecen fundamentales y ojalá aparezcan en una
secuela de la película.
–LD: Creo
que quedaron las correctas para esa historia. Me hubiera gustado que quede
alguna otra emoción “incómoda”. A la gente le cuesta integrar esas emociones,
pero todas son importantes para aceptar e integrar. Los adultos y chicos están
mucho más molestos y preocupados de lo que podrían estar ante ellas. La salud emocional no significa sentirse bien
sino tener acceso a una enorme variedad de emociones y adquirir los recursos
para manejarlas.
–En
la película se habla de no suprimir emociones sino integrarlas.
–DK: El
suprimir las emociones afecta a la persona entera, afecta fisiológicamente,
estresa, estamos menos felices, influye en nuestras interacciones. Lo que hace
bien es estar atentos a las emociones, nombrarlas, ver de dónde vienen y contar
su historia. Ver cómo se aplican en esta situación y permitirles guiarnos de
forma sabia e integrar. Esto es para todas las emociones y estas son buenas
noticias para las salud física y mental. Tal como dice Lisa abracemos
las emociones incómodas, aprendamos de ellas en lugar de suprimirlas o
medicarlas.
–Es
todo un tema en la adolescencia, la necesidad de encajar dentro del grupo, lo
que no les permite pertenecerse a sí mismos y buscar grupos donde puedan
mostrar cómo son sin necesidad de “disfrazarse”.
–LD: Es
difícil porque la tarea de los adolescentes es aflojar el vínculo con la
familia y fortalecerlo con sus pares. Pasan muchos momentos de ansiedad
buscando encontrar su lugar. A los 15 ya van a tener una imagen de sí mismos
más clara, los adultos no podemos resolverlo por ellos, podemos darles tiempo,
quererlos, ofrecerles nuestra perspectiva haciéndoles saber que se les va a
pasar. No creo que haya una “cura” para la etapa de 12 a 14 años.
–¿El
cuartel general está ante una demolición (como dice la película) o ante una
reconstrucción para hacer más lugar para nuevas emociones?
–LD: Tenéis
razón, es una renovación, que va a permitir que la “consola de control” crezca,
pero ellos lo perciben como un embrollo, sucio, desprolijo, ampliamente
disruptivo. Es bueno que tanto padres como hijos vean que ese lío es normal,
aunque sea incómodo, aunque los chicos estén desregulados por momentos, y que
todo eso está al servicio del desarrollo y crecimiento.
–DK: La crisis adolescente es una reconstrucción, pero vemos que en las crisis o ante los traumas, primero viene la demolición, para hacer lugar a nuevos sentidos de identidad. Es desafiante y a la vez reconfortante para los padres saber que su hijo de 13 años puede hacerles sentir que la vida familiar se detuvo y todo estalló, pero que todo eso dará paso a cosas nuevas y maravillosas.
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