CANADÁ
| Iniciativa para dejarlas
MARIA VALERIO | Madrid |El Mundo | 15/04/2014
Alivian el
insomnio, sí, pero también aumentan el deterioro cognitivo, provocan pérdidas
de memoria y pueden estar detrás de algunas caídas. Los problemas de las
benzodiacepinas -uno de los tratamientos más populares para
conciliar el sueño- son bien conocidos, sin embargo, se calcula que entre
el 5% y el 32% de las personas mayores de 65 años recurre a estas pastillas.
Una innovadora iniciativa canadiense acaba de demostrar que cuando los
pacientes conocen bien el perfil de seguridad de estos medicamentos son capaces
de desengancharse.
Se calcula que
las benzodiacepinas (fármacos como el zolpidem, comercializado en España como
Stilnox) son responsables de casi el 25% de las prescripciones innecesarias en
la tercera edad, según datos de una iniciativa denominada Choosing
Wisely que apuesta por desmedicalizar a la población. Y a pesar de que
los riesgos de estos fármacos (desde caídas a declive cognitivo o adicción e
inclusomayor mortalidad) son bien conocidos en la literatura médica, un 50%
de los médicos sigue recetándoselos a sus pacientes mayores.
Un sencillo
experimento realizado en Canadá por la Universidad de Montreal con más de 300
personas de 65 a 95 años ha demostrado que los pacientes son capaces de desengancharse de
las pastillas para dormir cuando están bien informados. El perfil de los
participantes era el de muchas personas mayores habituales en la farmacia,
polimedicados (más de 10 pastillas diarias para diversas patologías) y enganchados a
los somníferos desde hacía una década. El trabajo se acaba de publicar en la
revista JAMA Internal Medicine.
La mitad de
ellos recibió información en su farmacia habitual (con varias páginas de
material didáctico en el que se abordaban los riesgos de estos medicamentos). Pasados
sólo seis meses, un 27% de ellos había dejado las pastillas para
dormir, frente a sólo el 5% en los ancianos que no había participado en las
charlas informativas con el farmacéutico. Además, otro 11% de las personas
en el grupo donde se llevó a cabo la intervención redujeron la dosis diaria de
benzodiacepinas.
Según la
Sociedad Americana de Geriatría, los somníferos se encuentran en una lista de
53 medicamentos que deberían evitarse en las personas mayores. Además, ya el
año pasado, la Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA) recomendó que se
redujese a la mitad la dosis de zolpidem en mujeres, porque el fármaco tiene en ellas un efecto
mucho más potente debido a su inferior peso corporal.
"Los
resultados son increíbles", asegura la doctora Cara Tannerbaum, una de las
autoras del estudio. "Muchos ancianos están enganchados a los somníferos
durante años, pero hemos demostrado que empoderando al paciente se
puede poner la seguridad de su medicación en sus propias manos. Sólo porque
tomes unas pastillas durante mucho tiempo no significa que no puedas
dejarlas".
Tannerbaum
reconoce que en el futuro habrá que seguir indagando en algunas de las
cuestiones que surgieron al analizar los datos de los participantes. Algunos de
ellos, admite, relataron que fueron sus propios médicos quienes les desanimaron
a dejar las pastillas ("muchos especialistas siguen valorando los
beneficios de estos fármacos por encima de sus beneficios"). "En
otros casos, las benzodiacepinas fueron sustituidas por otro tipo de hipnóticos
igualmente peligrosos", añaden.
A su juicio, es
importante destacar que no se puede infravalorar la capacidad de los pacientes
para tomar decisiones informadas en lo que respecta a su propia salud. "Y
en una época de pacientes polimedicados, con terapias cada vez más caras, la
información directa al consumidor se está demostrando una buena estrategia para
subrayar el riesgo del sobretratamiento y reducir los riesgos de
algunos fármacos", concluyen.
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