RAQUEL SAEZ | La Vanguardia | 02/10/2020
Varios
especialistas nos dan las claves para afrontar las nuevas restricciones y ponen
en valor la figura del psicólogo durante esta crisis sanitaria.
Hace meses que salimos del confinamiento general, pero la alta incidencia del coronavirus amenaza a muchos territorios con volver a esa situación. La Comarca del Segrià (Lleida), A Mariña (Lugo) o Lorca (Murcia) son solo algunos de las zonas que han tenido que dar marcha atrás. La ciudad de Madrid podría unirse a ese grupo de territorios que han sufrido un nuevo confinamiento, si finalmente se siguen las recomendaciones del Ministerio de Sanidad.
Claves para afrontar el
confinamiento
Pero, ¿estamos preparados para
enfrentarnos a otro confinamiento? “Lo más importante es procurar mantener
el equilibrio psicológico y recordar la importancia de asumir y
aceptar nuestras emociones. Es decir, si estamos mal lo aceptamos, pero no nos
quedamos ahí, sino que vamos a buscar la solución, un plan para evitar las
emociones negativas”, explica la tutora del Máster Internacional en Psicología de Catástrofes, crisis y emergencias del Instituto HES, Irene Solano.
La experta da algunas claves
para afrontar esta situación: encontrar distracciones y ocupaciones, evitar la
sobreinformación para reducir la ansiedad, mantenerse activo realizando
ejercicio físico y practicando aquellas actividades que más nos gusten,
establecer una rutina para mantener la máxima normalidad posible frente a la
situación y reforzar las relaciones sociales con nuestros seres queridos.
Nadie nos preparó para afrontar
una crisis sanitaria. Por eso, nuestra reacción puede ser desigual, según
cada persona. “Reacciones como el estrés postraumático, la ansiedad,
desgana o impotencia son habituales en estas circunstancias. Estos
desequilibrios del estado de ánimo vienen acompañados de alteraciones
relacionadas con el sueño, la alimentación y otros hábitos. Situaciones como la
actual alteran el ritmo de vida y producen una mayor inestabilidad emocional
por el miedo, la incertidumbre y la falta de control que desencadenan sobre
nuestra vida”, apunta Solano.
No solo los adultos sufren las
consecuencias de un nuevo confinamiento. También hay que vigilar
la reacción de los más pequ eños de la casa, los niños. Según el
estudio Seis semanas de confinamiento: Efectos psicológicos en una
muestra de niños de Educación Infantil y Primaria, desarrollado por
académicos de la Universidad Complutense de Madrid y la UNED, las consecuencias
del primer encierro no han sido tan duras como cabría esperar.
Entre las conclusiones, los niños
entre 8 y 10 años han desarrollado un mayor bienestar emocional durante el
confinamiento, debido especialmente a una menor presión por la rutina
diaria. El 30% de los menores encuestados han comentado sentirse a gusto en sus
casas con su familia durante en confinamiento. Paradójicamente, es en los niños
de hasta 6 años dónde sí que se han encontrado casos más ansiosos e
hiperactivos. La alimentación, el rendimiento académico o la falta de
descanso han sido motivos de estrés y ansiedad en algunas ocasiones para
los más pequeños de la casa.
“La afectación dependerá
de diferentes factores como puede ser la edad, la situación
socio-económica, los trastornos mentales o del desarrollo previos, la violencia
de género o situación de maltrato infantil, etc. Todavía no hay estudios
concluyentes puesto que es una situación que aún estamos experimentando, pero
se sabe que el confinamiento puede causar trastornos de ansiedad,
problemas de aprendizaje, exclusión social, disminución de autoestima,
dificultades en las relaciones sociales, así como problemas en el desarrollo
psicomotor, entre otros”, sostiene la profesora del Máster en Psicología infantil y juvenil y Máster en Coaching e
Inteligencia Emocional de ISEB, Sara Matarredona .
Ante un confinamiento, la
comunicación con los niños es clave. “Tenemos que dar la información
contrastada y adaptada a cada grupo de edad, transmitiendo seguridad y
mostrando tranquilidad. Además, es esencial dejar a los niños y
adolescentes expresar sus sentimientos y emociones, escuchar su opinión, y
resolver sus inquietudes siempre que se disponga la de la información válida y
fiable. Acompañarlos en su estado emocional, ayuda al afrontamiento de
cualquier situación”, recuerda Matarredona .
Apostar por el
asesoramiento
En este contexto,
el asesoramiento por parte de un especialista es esencial. El papel
de los psicólogos es clave para afrontar esta crisis sanitaria. Además, se
trata de un perfil profesional reforzado por la pandemia del coronavirus. El
interés por este sector crece y es determinante elegir un buen programa
formativo, que refuerce los conocimientos del usuario. En el caso de CEAC, apuestan por potenciar “cursos cada vez más necesarios en
los tiempos que vivimos”, aseguran desde el centro. Ante un posible
desbordamiento emocional de los menores, argumentan que cursos como el de Técnico en Psicología Infantil y Juvenil son más
necesarios que nunca.
“El papel del psicólogo tiene una
especial repercusión en situaciones de crisis de cualquier índole. Este
profesional puede ayudar a las familias en particular, y a la sociedad en
general a reforzar y potenciar las estrategias de afrontamiento que todo ser
humano posee, y crear nuevas en caso que sea necesario”, explica Matarredona.
“El rol principal es conocer,
comprender y regular las emociones negativas en situaciones de crisis, para
poder guiar al paciente en la mejora de su estado emocional. Para ello, es
indispensable que los profesionales en Psicología se informen correctamente
sobre la situación actual para evitar estados de ansiedad y ayudar a las
personas afectadas”, termina Solano.
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