PATRICIA
RAMÍREZ | Abc.es (El lunes empiezo – Blog) |
05/09/2021
Esto es lo que te sugiero para
empezar el mes con buen pie tras las vacaciones
Septiembre puede parecer un mes complicado. Es el adiós a
las vacaciones y al tiempo de ocio y descanso y la bienvenida a la rutina, las
responsabilidades y a veces, al ritmo frenético de vida.
Así que aquí te dejo algunas propuestas para que septiembre no
se convierta en un mes miserable.
1. Busca tu ikigai, tu razón
para levantarte por las mañanas
Ikigai es una
palabra japonesa que significa “razón de ser”. Algo así como tu sentido, tu misión, aquello por lo que te
levantas cada mañana de la cama. Para encontrar tu ikigai piensa en algo que te
guste, para lo que tengas talento y que aporte algo a los demás.
Muchas personas no se sienten
talentosas y tampoco creen que puedan aportar nada valioso. Pero el problema
radica en que se nos ha
educado para dar valor a una serie de disciplinas y a otras no.
¿Mari Kondo tiene valor con su capacidad para ordenar?
Seguro que sí, ¿verdad? Tiene valor porque ordena de maravilla y
sencillamente, porque es persona. Pero si en cualquier hogar hace veinte años
le hubieras dicho a tus padres que tu talento era ordenar y doblar calcetines,
te hubiera mirado con cara de “niña, hazme el favor y ponte a estudiar”. Ojo, existen
cientos de aficiones, actividades y talentos que pueden convertir tu vida en
algo mucho más pleno y con lo que podrías mejorar la vida de otros si empezaras
a darle valor. ¿A qué te gustaba jugar de pequeño? Si ahora te sobrara el
tiempo, ¿a qué se lo dedicarías?
2. Aburrirte a ratos, no hacer
nada.
De hecho, aburrirse es de las
cosas más atractivas de las vacaciones. Significa tener tiempo para perderlo.
Poder estar tumbado en una hamaca, leer, pasear, vivir sin la exigencia de
estar sujeto a horarios. El aburrimiento y
no hacer literalmente nada es absolutamente reparador para nuestro cerebro. La
mente está sometida a mucha exigencia todos
los días, pensar, tomar decisiones, concentrarse, estar atenta, crear,
organizar, encajar… Hay que darle un respiro.
¿Eres
de las personas que llena la agenda porque así te sientes bien, exitosa?
¿Cuántas personas no se ponen nerviosas cuando no están ocupadas con algo? Como
si estar ocupadas las validara como mejores, más eficaces, mas productivas. No
se dan cuenta de que han encontrado su valor en estar estresadas. Y esto es un
error.
Mente y cuerpo necesitan
descanso. El descanso es
reparador. Y no solo me refiero al sueño. Sino al hecho de estar tumbado en el
sillón sin hacer nada. En un estudio se demostró que estar tumbado toda una
tarde del fin de semana viendo series, leyendo, no haciendo nada, era mucho más
reparador a nivel de vitalidad que estar el fin de semana visitando museos y
realizando otras actividades.
3. Quedar con amigos
La química que tenemos con
los amigos es distinta de cualquier química con otros vínculos sociales. Ya sea
por los años de amistad,
por lo que hay en común, por las batallas pasadas, por la complicidad, con los
amigos hablas y te ríes de cosas que los de fueran no entienden. Hay un código
especial con ellos.
Yo tengo un grupo de amigas
que cuando quedo con ellas a desayunar llego a mi casa a la hora de la cena. Y
es que no sabes cuándo parar. No hace falta hablar de nada profundo, ni de
tener la obligación de sacar un tema, el tono humor que se genera es común a todas. Pasamos
del humor a los temas profundas, a reírnos las unas de las otras, y eso siendo
muy distintas.
Tener amigos con los que reír y llorar, con los que
puedes ser tú, con los que no te sientes obligado a nada, es un tesoro. Debemos
aprender a relacionarnos en ese tono divertido, desenfadado, fácil, que es
emocionalmente reparador.
Pasar tiempo con amigos requiere de
tiempo. Tienes que buscar tu hueco en la agenda para poder hacer sitio a este
tipo de placeres.
4. No tienes que demostrar nada
a nadie
En septiembre retomamos el
trabajo, los proyectos, y a veces vicios profesionales que dañan nuestra seguridad
y autoestima. Estar más horas en el trabajo o contestar correos a las once de
la noche no es sinónimo de estar comprometido con tu empresa. Es tiranía por parte de tu
jefe o inseguridad por
tu parte. Buscas que te vean presente,
que sepan que estás dándolo todo, que la empresa te importa más de lo que te
importas tú a ti mismo.
Nuestro valor como
trabajadores está en ser
responsables, en cumplir con los objetivos, en aportar valor, no en no tener vida. Yo no quiero
trabajadores así en mi empresa. Quiero gente que tenga un equilibrio en su
vida, con sus aficiones, su familia, su propio tiempo. Una persona que no mantienen un equilibrio en
sus diferentes roles difícilmente tendrá un equilibrio personal y emocional.
Yo quiero gente que esté de buen humor, que sean serviciales, buena gente, que
estén comprometidos con las ideas, con los proyectos, con el tiempo que es
necesario para sus vidas al margen del trabajo.
Grábate este mantra “no tengo que demostrar nada a nadie, ni
siquiera a mí mismo”. Si alguien no está a gusto con tu trabajo
ya te lo hará saber. Los
excesos de servicialidad, de amabilidad, de compromiso, de presencia, son eso,
excesos. Y todos los excesos son negativos.
5. Piensa en lo mejor
¿Anticipas
lo peor? Anticipar lo peor es una
práctica muy común. Con ella pensamos que tendremos un
mayor control con aquello que nos rodea. Pero no es así. Cuando anticipas lo
peor “ya verás, en septiembre me toca chequeo y miedo me da”, “me lo veo venir,
con lo movidito que es Marcos en clase ya verás como la tutora lo señala desde
el inicio”, “solo le veo problemas al nuevo proyecto”, “no me fio un pelo de
este nuevo jefe, con la cara trae”, tiendes a estar más pendiente de aquello
que anticipas que de la totalidad del momento. Es decir, si esperas que tu nuevo
jefe sea un tirano, exigente o miserable te quedarás más con todo lo que
confirme tu anticipación, en lugar de quedarte con otro tipo de muestras que
contradicen lo que te anticipas.
Anticipar
lo negativo te enfoca en ello, genera emociones incómodas y aumenta la
probabilidad de vivir lo anticipado, porque sencillamente tu mente se prepara
para ello.
6. No cedas el control de tu
vida a tu móvil
En vacaciones vivimos menos apegados a la tecnología. La tecnología secuestra gran parte de nuestro tiempo de ocio y de nuestra paz. El móvil, así como todas sus facilidades y entretenimientos, debería jugar en nuestro equipo, no en contra. Juegan en contra cuando le robamos tiempo a otras actividades en pro del móvil, cuando lo utilizamos para meternos en redes en hilos absurdos criticando sin mesura, cuando nos comparamos con otras personas creyendo que sus vidas son mejores que las nuestras, etc. Decide a qué vas a prestar atención, cuánto tiempo le vas a dedicar, qué momentos tendrás de cero tecnología. Decide no utilizar el móvil para fines laborales fuera del horario laboral. Este punto es muy importante.
Te deseo un feliz septiembre, una feliz
entrada de nueva temporada, un último cuatrimestre sereno y mucha ilusión para
disfrutarlo todo.
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