Rubén García Díaz | serpadres.es | 17/01/2024
Es muy habitual que se asocie a los niños con altas capacidades a una conducta desafiante, contestona, que no acepta órdenes. Esto dicen al respecto los psicólogos especializados en la materia.
Es muy habitual que se
asocie a los niños con altas capacidades a una conducta desafiante,
“contestona”, que no acepta órdenes. ¿Es cierto que lo son? Los psicólogos
especializados en altas capacidades nos invitan a mirar esta cuestión desde
otro punto de vistas, cambiando el chip, porque quizá esta relación devenga de
factores ambientales que tienen que ver con la educación jerárquica en la que
nos han educado durante años.
En estas líneas recogemos dos reflexiones de especialistas en altas capacidades sobre la conducta desafiante de estos niños y niñas. Por un lado, unas trazas de lo que Alejandro Busto y Olga Carmona, psicólogos con una dilatada trayectoria en las altas capacidades, exponen al respecto en su libro Hijos con altas capacidades. El reto de educarlos. Y por otro lado, una reflexión compartida en sus redes sociales por la psicóloga Ana Gloria Sanchez, CEO del Centro Lazos, y especialista en altas capacidades también.
Busto y Carmona inciden
en que un niño o niña con altas capacidades puede negarse hasta a la
cosa más banal que le pidamos: ponerse el pijama, por ejemplo. Su desafío a la autoridad es real en muchos
casos, pero radica precisamente en el concepto la clave del mismo. Así lo
argumentan los dos psicólogos: “Cuando decimos que los niños y niñas con altas
capacidades cuestionan nuestra autoridad… ¿qué estamos diciendo en realidad?
Probablemente, que no obedecen, no nos hacen caso y, en definitiva, que no
aceptan órdenes ni reglas”.
En opinión de Busto y
Carmona, lo que un niño o niña con altas capacidades no acepta de manera
sencilla son las órdenes impuestas por motivos jerárquicos. “Lo que es cierto y
real es que no están dispuestos a aceptar la imposición que deriva del poder
jerárquico, pero que, sin embargo, sí son bastante sensibles al
argumento, a la negociación cuidada y al referente basado en la coherencia,
es decir, al referente ético, a la autoridad ética”, dicen los dos expertos.
Su consejo es, además de
aceptar que la negociación con un niño de 6 o 7 años no
debería verse como algo tan extraño ni atípico, es aplicar herramientas para
gestionar estas situaciones como “el humor, la paciencia, la empatía, el
cambio y la flexibilidad”.
¿Y si es en el cole dónde desafía?
En ocasiones, en casa no
se produce tanto la conducta desafiante por parte de un menor con altas
capacidades. De ser así, por cierto, es porque seguramente aceptarais hace ya
mucho tiempo que la negociación era la vía más directa al entendimiento.
A menudo, es el ámbito escolar donde aparece, según los profesores, la conducta
desafiante.
Da fe de ello Ana Gloria Sánchez, psicóloga experta en altas
capacidades. “En muchos cuestionarios que nos llegan desde los coles se apunta
muy alto en el índice de conducta desafiante y luego veo al niño en la consulta
y no veo ninguna conducta desafiante, este niño no tiene ese perfil”, expone.
La explicación que le da
a esta circunstancia discordante, entre el comportamiento en clase y en la consulta o en
casa, de la psicóloga es la siguiente:
“En muchos casos, esta forma de ser tan intensa, tan potente, el no
callarse, el preguntar tanto, el ser tan justicieros, el querer las cosas
claras, el recordar a veces: ‘oye, dijiste esto, que se te ha olvidado’”,
el querer dar esa información que tienen dentro, el querer enseñarla, esa
información tan concreta de esos conocimientos que ellos tienen de manera tan
específica, se interpreta como una conducta desafiante, pero no siempre lo es”,
reflexiona Ana Gloria Sánchez.
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