FRAN SÁNCHEZ BECERRIL |
El Español | 20/01/2019
Diferencias
entre psicólogo y psiquiatra.- La principal
diferencia son los estudios que se realizan para llegar a
ejercer estas profesiones. Los psicólogos estudian una carrera específica para
ejercer su profesión, y si quieren desempeñar su función en la sanidad pública
deben tener la especialidad de psicólogo clínico (se accede a través del PIR);
y los psiquiatras estudian medicina y se especializan en esta rama.
Ni el
tiempo todo lo cura, ni si tienes un buen amigo no necesitas un psicólogo .- Para la psicóloga la creencia de que el tiempo
todo lo cura "es uno de los mayores errores que hay, mucha
veces los tratamientos son mucho más largos porque la gente ha tardado en
acudir". "Si es un problema que vives día a día normalmente el tiempo
no ayuda, lo agrava", añade.
Cientos de personas que están leyendo estas líneas probablemente
hayan sentido en algún momento de su vida que el trabajo, la familia, su
relación de pareja o los amigos le superan. Algunos habrán decidido tragar, seguir adelante y no pedir
ayuda; o peor, no habrán sabido a quién pedírsela. Y es que una de cada tres familias tiene,
ha tenido o tendrá en su seno a una
persona con problemas de salud mental, según cuenta Jerónimo Saiz, catedrático de Psiquiatría de la Universidad
de Alcalá y patrono de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental.
Este dato visibiliza la situación existente en España sobre un tema que está
muy estigmatizado, a pesar de que "cuando uno tiene un problema de salud
mental tiene un problema de salud", sentencia el especialista.
"Si
se tiene un problema de salud física se debe acudir a un profesional que pueda
ayudar, cuando uno tiene un problema de salud mental también tiene que
hacerlo", relata el catedrático. De hecho, la OMS define salud como
"un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente
la ausencia de afecciones o enfermedades". Los psicólogos y los psiquiatras son los
principales profesionales para ayudar a la gente que
siente mermado su bienestar psíquico, pero el desconocimiento y la
estigmatización frente a la salud mental lleva a la gente a no saber
diferenciar a estos especialistas y desconocer cuándo consultar a uno u otro.
Tan
importante es saber las funciones de cada uno, como tener claro a cuál acudir para evitar
que el sufrimiento aumente y pueda cronificarse. Para ayudar a resolver esta
disyuntiva, EL ESPAÑOL ha conversado con el citado psiquiatra y con Mª Jesús Álava, psicóloga y directora del Centro de
Psicología Álava Reyes, para conocer
las diferencias entre sus profesiones y cuándo se debe
acudir a cada uno para no equivocarse de consulta.
Diferencias
entre psicólogo y psiquiatra.- La principal
diferencia son los estudios que se realizan para llegar a
ejercer estas profesiones. Los psicólogos estudian una carrera específica para
ejercer su profesión, y si quieren desempeñar su función en la sanidad pública
deben tener la especialidad de psicólogo clínico (se accede a través del PIR);
y los psiquiatras estudian medicina y se especializan en esta rama.
Más
concretamente, el psiquiatra explica
que su profesión "dedica su interés
al estudio, tratamiento y
prevención de las enfermedades mentales". Estos
profesionales utilizan una "tecnología básicamente médica, en la que están
implícitos el funcionamiento del cerebro, del organismo humano, de las
enfermedades y tratamientos médicos y quirúrgicos; y por supuesto la
medicación, una diferencia clara con los psicólogos", destaca.
"Hay
un grupo importante de enfermedades psiquiátricas para las que el uso de medicación es necesario,
por ejemplo la esquizofrenia, el trastorno bipolar o los casos más graves de
depresión", ejemplifica. Pero matiza que la frase de que "los
psiquiatras solo recetan pastillas, está equivocada", ya que emplean más
técnicas, incluido el tratamiento psicológico.
Asimismo
afirma que tanto a la psiquiatría como a sus pacientes les "perjudica
el estigma que existe sobre la
enfermedad mental". Un hecho que provoca que las personas
que notan disminuida su capacidad psíquica para afrontar los problemas que
padecen prefieran ir al psicólogo aunque "ciertas enfermedades requieren
ser abordadas desde el punto de vista farmacológico".
Por su
parte, la psicóloga destaca que "la
mayoría de las dificultades del día a día son un tema de psicólogo".
Esta profesional apunta a problemas de pareja, trabajo, tensión, estrés, de sentirse
inseguro o con la autoestima baja.
"Pero
cuando llega un momento que no sabes por qué de repente te encuentras fatal y
no tienes fuerza para levantarte de la cama y al día siguiente tienes una
euforia enorme y obsesiones, o sientes que alguien te está persiguiendo, se
trata de situaciones que entran en el ámbito puro de las enfermedades mentales por
lo que se debe acudir al psiquiatra", añade la directora del centro de
psicología.
Ambos
profesionales coinciden
en que los enfoques pueden ser mixtos, lo que implica que
intervenga tanto un psicólogo como un psiquiatra. "Hay muchos casos que se
llevan en conjunto y el que se beneficia es el paciente", explica la
psicóloga. "Hay muchos tratamientos que pueden ser combinados, algo que es
muy frecuente por ejemplo en temas de depresión en los que una persona necesita
ayuda a nivel de medicación y también terapéutica", destaca el catedrático
reforzando este aspecto. Del mismo modo, señalan que entre los propios
profesionales se derivan los pacientes en función de lo que sea mejor para cada
persona.
¿A quién acudir?.- Una vez
presentados los dos perfiles de profesionales, pueden seguir surgiendo dudas de
cuál es el más adecuado. Por ello, el catedrático recomienda -desde la
perspectiva de la sanidad pública- que la persona que guíe al paciente hacia el psicólogo o psiquiatra
sea un médico de familia: "Cuando uno tiene un problema de
salud mental tiene un problema de salud y tenemos en este país un sistema de
salud pública ejemplar y con buenos medios, por ello la puerta de entrada es un
médico de familia". "Los médicos de familia tienen la formación y la capacidad,
a veces lo que no tienen es el tiempo necesario para atender de una forma
adecuada, por lo que son los que pueden recomendar una opción u otra", recalca.
Pero
matiza que "no hay
que dogmatizar, puede haber un problema determinado, por
ejemplo, con un niño que tenga un problema de rendimiento escolar y, a lo
mejor, lo más lógico es acudir a un psicólogo o quizás a un neuropediatra, pero
no hay una recomendación absolutamente clara".
Respecto a
la duración y frecuencia de cada consulta estos
expertos coinciden en que depende de cada caso y el nivel de profundización que
necesite cada paciente. En el caso de la sanidad pública (psiquiatras y
psicólogos clínicos) "hay atribuidos unos tiempos para las primeras
consultas -entre una hora y una hora y media- y otros para las revisiones
-entre 20 y 40 minutos-", explica el catedrático.
Para elegir un buen profesional, la
psicóloga señala que lo primero que hay que hacer es "preguntar cuál es la
metodología que sigue (como son la humanista, la cognitivo conductual o el
psicoanálisis), cuánto tiempo lleva ejerciendo y cuál es su especialidad".
Y por supuesto, el psicólogo "únicamente es el licenciado o graduado en
psicología, algo que es muy evidente, pero hay gente que hace terapia sin tener
la titulación".
La
psicóloga ejemplifica con casos que llegan a su consulta habiendo sido
previamente atendidos por supuestos
terapeutas o personas que se han sometido a técnicas
de coaching: "Por
ejemplo los tratamientos de la ansiedad o la baja autoestima se encuentran
dentro del ámbito de la psicología y hay que tener cuidado".
Ni el
tiempo todo lo cura, ni si tienes un buen amigo no necesitas un psicólogo .- Para la psicóloga la creencia de que el tiempo
todo lo cura "es uno de los mayores errores que hay, mucha
veces los tratamientos son mucho más largos porque la gente ha tardado en
acudir". "Si es un problema que vives día a día normalmente el tiempo
no ayuda, lo agrava", añade.
"No
es lo mismo una persona con una crisis de pánico que se acerca a la consulta
después de sufrir una, que otra que viene después de haber sufrido
cuatro, hay un sufrimiento inútil que
se podría haber evitado", ejemplifica la especialista.
Siguiendo
con frases típicas, la directora del centro de psicología desmiente por
completo aquella de "Si tienes un buen amigo no necesitas un
psicólogo". "Si
tienes un buen amigo tienes una buena persona para conversar, pero
aunque un amigo tenga su mejor intención, le faltan los recursos que tiene un
especialista para hacer un análisis adecuado", destaca a la vez que
sentencia que "a veces no solo no te ayuda, sino que pierdes al
amigo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario