martes, 21 de noviembre de 2023

¿Qué es la hipervigilancia y cómo afecta a tu equilibrio emocional?


MARÍA SERRALTA     |     Vanitatis-ElConfidencial     |       06/09/2023
Estar permanentemente alerta, en un estado de elevada activación y tensión, puede provocar graves perjuicios en quienes la padecen.

Como explica la psicoterapeuta Camila Cams, “la hipervigilancia es un estado de atención excesivamente intensa y constante hacia el entorno, acompañada de una percepción ampliada de las señales y estímulos que podrían indicar posibles amenazas o peligros”. Es decir: es un estado psicológico que nos hace estar permanentemente alerta, como si estuviéramos en peligro, a la espera de que pase algo. “Quienes experimentan hipervigilancia suelen estar en un estado de alerta elevada, siempre atentos a cualquier cambio en su entorno, incluso a los más sutiles”, añade Cams. 

Este estado de alerta constante puede estar asociado con el estrés, la ansiedad o el trauma: las personas que han vivido situaciones amenazantes o peligrosas pueden desarrollar hipervigilancia como una forma de autoprotección. Podemos explicarlo, de la forma más llana, como la necesidad de estar todo el tiempo alerta, atentos a la aparición de algún peligro.

Sin embargo, la hipervigilancia puede ser agotadora, y puede provocar importantes perjuicios en quienes la padecen, puesto que, a menudo, suele llevar a un aumento en los niveles de ansiedad y estrés. Pero además de provocarlos, la hipervigilancia también puede ser parte de trastornos de ansiedad, trastorno de estrés postraumático (TETP) u otras condiciones de salud mental. 

Por otra parte, el elevado nivel de energía que exige estar permanentemente alerta es algo que produce agotamiento, tanto a nivel físico como emocional, y puede afectar a diferentes niveles, desde la sensación de debilidad a alteraciones en el sistema inmune. En los casos más extremos, puede incluso ser el origen de problemas en distintos sistemas y órganos del cuerpo, como cardíacos, respiratorios, endocrinos o musculoesqueléticos. Además, por supuesto, de alteraciones en el ciclo de sueño y vigilia, así como dificultad tanto para conciliar el sueño como para mantenerlo. Y también puede afectar, y mucho, a las relaciones interpersonales.

Para que la hipervigilancia no se convierta en un problema mayor es importante ser consciente de ella, ser capaz de reconocerla si aparece, y abordarla para que no interfiera negativamente en la calidad de vida y el bienestar emocional de la persona. 

Si sientes que estás experimentando hipervigilancia y está afectando a tu vida diaria, lo mejor que puedes hacer es hablar con un profesional facultativo especializado en salud mental para obtener orientación sobre cómo lidiar con ella.

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