LUCÍA MOLINA | vanitatis.eslconfidencial.com |
25/05/2023
El castigo es uno de
los temas que más se han estudiado en los últimos años en la psicología
infantil, pues tiene muchos efectos en la mente de los niños.
La educación tradicional muchas veces
ha estado caracterizada por basarse en la rigidez, en el respeto
impuesto, en el chantaje y en el castigo. Sin embargo, en la actualidad,
cada vez es más común ver otro tipo de educación, aquella basada en el respeto y en
la comunicación.
Precisamente, es este tipo de educación la que permite que los niños desarrollen mejores capacidades de empatía, pues tener una buena relación con los padres es fundamental para que confíen en su entorno y en ellos mismos.
De esta forma, el psicólogo Rafa
Guerrero, explica que los castigos son sustituidos por las consecuencias. Un
tipo de enseñanza, que consigue muy buenos resultados en un medio-largo plazo y
que tiene en cuenta el desarrollo y las necesidades del menor.
Las consecuencias que se apliquen pueden ser de
tipo natural, es decir, aquellas que se dan sin que los
padres o maestros intervengan de ninguna manera, o bien pueden ser
lógicas, en donde sí interviene el adulto. Sin embargo,
para que una consecuencia sea efectiva, el psicólogo afirma que deben de seguir
cuatro requisitos, que te describimos a continuación.
Respetuosa
La consecuencia debe de respetar al
menor y tenerle presente en todo momento. El objetivo de este tipo de
reprimenda es que aprenda, no que sienta miedo. Además, mostrar respeto hacia tu
hijo es primordial para que estos confíen en ti y se
sientan más seguros conforme pasen los años.
Razonable
Todas las consecuencias que
apliques deben de ser sensatas y razonables, evitando la
exageración en todos los casos. Si tu hijo no comprende la reprimenda, no
aprenderá de ella. Si como padre le dices algo que no tiene sentido, los
menores sentirán impotencia y frustración, que llevará a rabietas.
Revelada con anterioridad
La anticipación es uno de los
recursos fundamentales, que los padres pueden usar con sus
hijos en su crianza. Explicarles qué es lo que va a ocurrir si
no hacen una determinada tarea o función es una herramienta muy útil de
aprendizaje, pues ayuda a los niños a anticiparse sobre las consecuencias que pueden tener sus actos.
Relacionada
Por último, este punto tiene que ver
con la segunda R mencionada, la de razonable. La consecuencia debe de tener
una relación con el acto que se ha llevado a cabo. Es
decir, si no existe una continuidad entre la acción y la consecuencia, es posible que
lo que se esté aplicando sea un castigo.
Siguiendo estas cuatro claves
podrás ayudar a tu hijo a vivir una vida más plena, no solo consigo
mismo, sino también con todo aquello que lo rodea. Los castigos pueden hacer
sentir a los niños emociones de defensa como la
rabia, el miedo o la tristeza.
Si se aplican consecuencias
basadas en el respeto y la comunicación, los menores
podrán aprender a comprender sus emociones y las de su entorno, logrando tener
esa cualidad tan necesaria en la vida, la empatía.
Precisamente, es este tipo de educación la que permite que los niños desarrollen mejores capacidades de empatía, pues tener una buena relación con los padres es fundamental para que confíen en su entorno y en ellos mismos.
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