Las personas
con trastornos mentales graves no son más violentas que las demás.
JOSÉ MANUEL ARÉVALO LÓPEZ | El
país | 25/ 03/ 2013
- Como en el mito
de Sísifo, las personas con enfermedad mental, sus familiares, los
profesionales socio sanitarios y todas las personas implicadas en la salud
mental empujamos cuesta arriba una pesada piedra, la del estigma y la
discriminación que padecen estas personas desde buena parte de la sociedad. Tan
pesada que está reconocida como una “segunda enfermedad” y como principal
obstáculo para la recuperación. Pese a los progresos realizados en los últimos
años en la concienciación social de este problema y en corregir falsas
creencias, en ocasiones algún suceso puntual magnificado por medios de
comunicación deshace nuestro trabajo, la piedra escapa de nuestras manos
rodando con fuerza cuesta abajo y nos obliga a empezar de nuevo.
- Hace unos días,
un incidente en un unidad de hospitalización de Málaga en la que un interno ha
agredido a otro ha sido utilizado por algún medio de comunicación para seguir
extendiendo ideas erróneas sobre la enfermedad mental grave y perpetuando así el
estigma. En concreto, una de las noticias, titulada “Un psicótico le arranca
los ojos a otro enfermo en el Clínico”, estaba impregnada de la atmósfera de
las películas de terror. Una tentación fácil a la hora de visualizar la
enfermedad mental: dolor, sufrimiento, violencia, crimen, asesinato… Utilizar
el morbo de estos titulares para llamar la atención del público supone una
falta de ética profesional, responsabilidad, y agresión a los derechos de
imagen del colectivo, que además están protegidos por una normativa al más alto
nivel, y por tanto podrían ser objeto de denuncia legal.
- La evidencia
científica nos dice que las personas con trastornos mentales graves no son más
violentas que las demás. Al contrario, suelen ser víctimas y no agresoras. Su
enfermedad las convierte en objeto de desprecio, burla y violencia, una
situación que no se da en otras patologías.
- También hay que
decir que otros medios han realizado el tratamiento correcto y esperado de
profesionales informados y conscientes de la delicada situación que vivimos
respecto a la imagen de la enfermedad mental: que un grupo de enfermedades que
pueden afectar a una de cada cuatro personas a lo largo de su vida, lo que en
la práctica afectaría a todas las familias, siga envuelta en un manto de
ignorancia, prejuicios, miedo y desprecio.
- Noticias con un
tratamiento sensacionalista y basadas en justificar hechos violentos usando la
enfermedad mental como detonante provocan un daño irreparable a personas,
familiares y profesionales que día a día luchan contra el estigma al que les
somete la sociedad y que relega su sufrimiento a un segundo plano. Tengan en
cuenta que la información que recibe la sociedad sobre la enfermedad mental
proviene casi exclusivamente de los medios de comunicación. Si se distorsiona
de forma negativa, se ataca directamente a la propia concepción de la
enfermedad que tienen las personas que la padecen, influyendo negativamente en
su autoestima, la aceptación de la enfermedad o la posibilidad de buscar ayuda
profesional. Y por supuesto, también les afecta, indirectamente, al reforzar
las concepciones negativas que de la enfermedad mental tiene la sociedad.
- Por todo ello,
decimos Basta Ya de acercarse a la enfermedad mental con las ideas
preconcebidas que han estigmatizado durante siglos a las personas con esas
patologías y a sus familias. Pedimos que los medios de comunicación y de
entretenimiento sean responsables y en todo caso se informen e informen sobre
salud mental en los términos justos y objetivos: de la necesidad de la
promoción de la salud mental de las personas como parte indivisible de su salud
y bienestar y de los avances en el tratamiento y recuperación de las
enfermedades mentales, que pueden afectar a cualquier persona. La pesada piedra
del estigma de la enfermedad mental puede aplastarnos de forma individual, pero
si la manejamos entre todos puede hacerse tan llevadera hasta que ni la
percibamos y desaparezca.
José
Manuel Arévalo López (En
Primera Persona, Plataforma Andaluza de Asociaciones de Usuarios/as de Salud
Mental)
He puesto este artículo en el blog, porqué dice unas verdades como puños. Los medios de comunicación, no todos gracias a Dios, deberían ser menos sensacionalistas y tener respeto hacia los enfermos mentales Si el periodista que escribe un artículo sobre este tema tuviera algún familiar con enfermedad mental, seguramente emplearía otras expresiones. Por favor señores periodistas midan sus palabras. Gracias.
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