viernes, 27 de septiembre de 2013

Lápiz y papel mercromina para las heridas

ALEJANDRA AGUDO | EL PAIS | 31/07/2013
         
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Elizabeth Broadbent, psicóloga del departamento de medicina que ha dirigido el estudio ‘Escritura expresiva y curación de heridas en personas mayores’, publicado en el número de julio de Psychosomatic Medicine, asevera que la escritura funciona como cicatrizante cuando versa sobre eventos tristes “o los sentimientos más profundos de la persona”.

“El estrés y la depresión están relacionados con una curación de las heridas más lenta”, dice el informe. “Hasta ahora solo se había investigado cómo se puede reducir ese estrés en personas mayores con ejercicio físico”. Sin embargo, “una alternativa factible puede ser la escritura expresiva, que es breve, fácil de administrar y barata”, subrayan los autores. “Creemos que puede ser útil, pero para su aplicación necesitamos testar la escritura expresiva en otro tipo de heridas”.

 Consejos para la escritura terapéutica
   El profesor James W. Pennebaker, de la Universidad de Texas, nos da sus consejos:
·         Buscar un momento y lugar en el que no vaya a ser molestado ni interrumpido.
·         Escribir de forma continua durante al menos 20 minutos.
·         No se preocupe por la ortografía o la gramática, no importa. Recuerde que lo que escriba es solo para usted.
·         Escribir sobre algo muy personal e importante. Este es el momento para ello. No se quede en la superficie, sea sincero.
·         Trate solo de acontecimientos o eventos que realmente pueda afrontar ahora.

María Ángeles Muñoz, psicóloga en una clínica madrileña, aplica este tipo de terapia a sus pacientes. “Cuando una persona está deprimida su sistema inmunológico también lo está”, explica. Por eso, cualquier ayuda para reducir la depresión, el estrés, los sentimientos de tristeza o agobio, revierte en un mejor estado físico de la persona, añade. “Con la escritura hacemos un vaciado, exteriorizamos ideas nocivas que rondan el pensamiento”, apunta.

En este sentido, ¿qué diferencia hay entre redactar y hablar? “Verbalizarlo también es importante, pero normalmente hay un interlocutor que va a intentar aconsejarnos o consolarnos. Eso no pasa cuando escribimos. En un papel, que sabemos que nadie va leer, solemos ser más sinceros y puede resultar más terapéutico.

Para Nuria, de 33 años y enferma de lupus, escribir sus sentimientos, sus dolores y padecimientos en Internet fue “un alivio”. Tras un año “tumbada en el sofá, sin trabajo y hundida”, decidió relatar su historia. Lo bueno y, sobre todo, lo malo. Al principio escribía pequeñas notas en un papel a su pareja. “Me costaba comunicarme con él. Cuando tienes una persona delante y le dices lo malhumorada o dolorida que estás, piensas que te está juzgando, que no te comprende”, recuerda. Con el tiempo dio el salto a la Red con su blog Tulupuesesmilupus, aunque mantenía su identidad en secreto. Era un desahogo que la sacó de la desidia y la ayudaba a expulsar de su cabeza pensamientos oscuros. “Cuando escribes estás solo contigo mismo y te sueltas”, reconoce. Pronto ese espacio se transformó en una vía para comunicarse con otros enfermos, “personas que te comprenden y no te sientes solo”.

Pero cuando se utiliza la escritura como terapia para superar un trauma, superar el estrés o la depresión, el profesor Pennebaker considera que “escribir de una manera rutinaria es menos beneficioso”. “Es mejor hacerlo cuando te estás sintiendo mal o tienes una herida que sanar”, opina. En un papel o un ordenador, da igual, pero preferiblemente para uno mismo y que el relato verse sobre “cualquier evento o asunto importante en la vida de la persona”.

El profesor de psicología de la Universidad de Texas ha llegado a esta conclusión tras veinte años de investigación sobre la materia, también tras el atentado del 11 de Marzo de 2004 en Atocha (Madrid). En aquel estudio, publicado junto a Itziar Fernández, profesora en la UNED, y Darío Páez, de la Universidad del País Vasco, en International Journal of Clinical and Health Psychology en 2009, concluyeron que “la confrontación de hechos traumáticos, mediante expresión tanto verbal como escrita, tiene efectos positivos sustanciales en personas con dificultades para verbalizar sus emociones”.

Las investigaciones están ahí, aunque todavía queda mucho terreno por explorar respecto a la escritura terapéutica, los expertos coinciden en señalar que, en los malos momentos, el boli y el papel pueden ser excelentes compañeros para el desahogo. Las pautas son tan fáciles como ponerse, ser sinceros y, por supuesto, no preocuparse por la gramática. Lo que importa es lo de dentro.


Nota.- Por cuestiones de espacio, el artículo no está entero tal y como salió publicado. Si a alguna persona le interesa, puede encontrarlo en el periódico y la fecha que se indica al principio.



1 comentario:

  1. Tengo depresión endógena severa, y desde hace algunos años estoy escribiendo todo lo que me ocurre "por dentro" aunque no siga todas las pautas que aquí se indican como son; escribir 20 minutos seguidos ni sólo sobre los acontecimientos que pueda afrontar ahora,
    Empecé a hacerlo para ser más clara y objetiva en las visitas al psiquiatra, y a parte de conseguir ésto, es verdad que una vez escrito con sinceridad total lo que pienso y siento, me da la sensación de haber vaciado el saco y me tranquiliza bastante. No siempre ocurre así, como tampoco los ejercicios de relajación son siempre un bálsamo, pero en la mayoría de los casos, la escritura, es la mercromina que hace que la herida no moleste tanto.

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