Ser
bipolar está de moda. O al menos proclamarlo sin tapujos. No hay día que
no se publique alguna noticia sobre personajes famosos, vivos o muertos,
afectados por esta condición.
Más
recientemente se ha dicho que la misma patología podría estar relacionada con
las azarosas vidas y muertes de algunos de los jóvenes malditos de la canción moderna,
los famosos del club de los '27' años..
Ahora
bien, ¿realmente padecen o padecían una enfermedad o trastorno bipolar? Y en
caso de que así fuese, ¿sirve para algo airearlo con la escandalosa morbosidad
de los mass-media?
Veamos, la
condición bipolar se puede entender, conceptualmente, como una categoría o como
una dimensión. De acuerdo con la primera versión, se considera que una persona
es bipolar, como es hombre o mujer, blanco o negro, o está o no embarazada. Eso
se entiende muy bien desde el punto de vista clínico. Si se es bipolar es
que se padece una enfermedad concreta, de mayor o menos gravedad, mejor o peor
pronóstico, pero reconocible y diferenciable de otras posibilidades. En
consonancia con ello se diagnostica y trata con los medios al alcance de la
ciencia psiquiátrica.
Ahora
bien, si consideramos la segunda opción, la “dimensión bipolar”, entonces
decimos que cualquier persona es más o menos bipolar, como es más o menos alta,
morena o rica. Según esa versión tod@s podemos serlo o estarlo, pero sólo en
algunas personas esa condición sería tan manifiesta y relevante que sería
patológica. De hecho, sabemos que muchas personas con dotes creativas,
artísticas, geniales, ostentan rasgos de carácter o estilos de comportamiento
“bipolares”, es decir que pasan por épocas de gran euforia, de alta intensidad
productiva y creativa, y por otras de gran depresión, esterilidad y
vulgaridad productiva. Si busca en Internet encontrará miles de referencias a
esta circunstancia en personalidades creativas, geniales, etc.
Pero, se
preguntará, ¿a qué vienen todas esas disquisiciones y teorías sobre los famosos
y lo bipolar? ¿Qué interés o utilidad pueden tener para las personas normales y
corrientes afectadas por esta patología?
Pues sí,
la tiene, y no poca. En primer lugar, hablar de las afecciones de los famosos
sirve para que se hable de la enfermedad bipolar como de una condición humana
que afecta a muchas personas, incluyendo a esas personas exitosas, bellas,
ricas o admirables. Ergo, se puede ser bipolar y tener éxito en la vida, y ser
felices o, simplemente, ser personas normales y corrientes. Por otra parte,
hablar de ello sin tapujos contribuye a lograr uno de los
objetivos más difíciles de la psiquiatría: disminuir la
estigmatización, marginación, discriminación e injusticia asociadas a la
enfermedad mental. Si el sufrimiento de esos famosos sirve para este fin,
bienvenido sea el morbo mediático que lo rodea.
Pero
además hay otra cosa que podemos aprender, que quizá sea la más importante. Cuando
esos famosos personajes sufren, truncan sus carreras o mueren miserablemente
como consecuencia de su condición bipolar, casi nunca habían sido
diagnosticados y tratados adecuadamente por un médico o psiquiatra.
Recientemente, los casos de M. Jackson y de A. Winehouse lo han puesto en
evidencia. ¿Qué hubiera sido de ellos si se hubiesen puesto en manos de sus
médicos de cabecera o psiquiatras? ¿Si hubiesen tomado los
tratamientos indicados en su patología? Tal vez ahora podrían seguir
regalándonos sus dotes geniales y proclamando con sinceridad y generosidad su
condición de personas “humanas” afectadas por una enfermedad común, que,
afortunadamente, ahora podemos diagnosticar y tratar con éxito la mayoría de
las ocasiones.
Obviamente,
no es este el lugar apropiado para explicar cómo se hace esto último, pero sí
para sugerir a las personas afectadas, a sus familias y asociaciones de
autoayuda, a los sanitarios e informadores de salud, que aprovechemos estas
favorables circunstancias para mejorar la detección, el diagnóstico y el
tratamiento de esta patología y secundariamente las condiciones de vida de l@s
afectad@s. El que firma ya lo está haciendo, ahora le toca a usted.
Aclaración.-
Quiero hacer notar que esta publicación salió hace dos años, por tanto el
nombre de los "famosos" que se citan, ya han pasado a la historia,
pero así y todo me ha parecido muy interesante su contenido.
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