NEUROLOGÍA | Día Nacional
LAURA TARDÓN | Madrid | El Mundo | 24/05/2014
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Un
taller enseña a los niños a abordar estos episodios
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Ante
una crisis, conviene colocar a la persona de lado
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Durante
la crisis, no debe meterse nada en la boca
Ni
la epilepsia es una enfermedad psiquiátrica ni hay que poner ningún objeto en
la boca cuando el afectado sufre una crisis. Los expertos aseguran que aún a
día de hoy, hay gente que prefiere ocultar este trastorno por miedo a ser
excluido, ya sea en el trabajo o en un entorno más personal. "En la
consulta tenemos muchos padres reticentes a comentar esta situación en el
colegio de sus hijos, por temor a que les aíslen", apunta Jaime Parra,
neurólogo y coordinador de la Unidad de Epilepsia del Hospital San Rafael
(Madrid).
Hace años, argumenta el especialista, la epilepsia se asociaba a
fenómenos mágicos y se creía que quienes sufrían este tipo de crisis
estaban endemoniados. Aunque este pensamiento ha quedado en el pasado,
"aún queda algo de misticismo, sigue habiendo mucho estigma que hay que
superar". Con este objetivo, este es el cuarto año que la campaña 'Conocer la Epilepsia Nos Hace
Iguales' se acerca a los colegios de todas las regiones
españolas. A través de cómics, un vídeo y explicaciones de los profesores (a
quienes se les facilita el material pertinente), los niños (hasta la fecha,
13.700) pueden entender en qué consiste este trastorno, despejan dudas,
desechan mitos y aprenden a actuar por si en algún momento presencian una
crisis epiléptica.
Para
empezar, remarca Parra, "la epilepsia no es contagiosa, como algunos creen
[...] Es comprensible que la caída y las convulsiones de un afectado puedan
impactar mucho a la vista, sin embargo, estas crisis son transitorias y se
pasan en menos de dos minutos".
Posición de seguridad
¿Cómo
se debe actuar ante un caso así? Lo que hay que hacer es desterrar por completo
la idea que se tiene de meter algo en la boca para evitar que la persona se
muerda la lengua. "Se puede causar más herida, incluso obstruir la vía
respiratoria". Está totalmente desaconsejado, así que estos son los pasos
clave: "poner un cojín en el cuello de la persona (si lo hubiera), colocarle
en posición seguridad (de lado) para que la vía respiratoria quede libre (por
si apareciera algún vómito) y esperar (acompañando al afectado) a que el
episodio se supere por sí mismo", enumera el neurólogo, quien recalca que
"aunque estos momentos pueden hacerse eternos, terminan en menos de dos
minutos".
Además
del error de meter objetos en la boca, "algunos padres me traen a la
consulta recomendaciones que encuentran en la red que no son ciertas". Por
ejemplo, "es falsa la sentencia de que no conviene comer salchichas porque
contienen nitratos que favorecen las crisis", sentencia Parra.
Tampoco es cierto que las jóvenes medicadas no puedan quedarse embarazadas.
"Hay fármacos que no generan ningún riesgo extra, por lo que conviene que
la paciente planifique su embarazo y avise con antelación a su especialista.
Así, si fuera necesario, éste le cambiaría el tipo de fármaco".
En
este tipo de talleres de primeros auxilios para las crisis epilépticas, además
de desmitificar el trastorno y enseñar a abordar la situación, a los niños se
les explica la etiología de la enfermedad: es un trastorno neurológico,
"no psiquiátrico", que se expresa por predisposición genética o porque
existe alguna lesión en el cerebro. Según cifras facilitadas por la Sociedad
Española de Neurología (SEN), en España padecen epilepsia unas 400.000
personas. En el mundo, hay unos 40 millones de afectados.
Cualquier persona puede tener
una crisis
Independientemente
de esta estadística, expone el especialista, "cualquier persona puede
tener una crisis en un momento dado, porque baje la glucosa en el cerebro,
algún ión o cualquier otro componente de la sangre". Se calcula que entre
el 5% y el 10% de la población experimentará alguna crisis a lo largo de su
vida.
Una característica muy propia de la epilepsia es que afecta a todos los
grupos de edad, especialmente a los niños, adolescentes y mayores de 65
años. "La epilepsia de la población infantil está relacionada con el
crecimiento y el desarrollo cerebral. Existen muchas probabilidades de que, con
la madurez del cerebro, desaparezca este trastorno", señala Parra.
En
cuanto a los adultos por encima de los 65 años, "suele haber una causa
estructural, como trombosis cerebral -una región del cerebro se queda sin
riego-, demencia...". En estos casos, la lesión y, por lo tanto, la
epilepsia perdurará.
Con el tratamiento farmacológico actual, el 75% los pacientes puede
controlar bien su enfermedad. Sin embargo, "en el 25% de los
casos no se consigue controlar la epilepsias de forma completa", afirma
Juan Mercadé Cerdá, coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la SEN.
"Para ellos, se necesitan cada vez más fármacos nuevos", apunta
Parra.
Hay un subgrupo de pacientes (100.000) que padecen epilepsia
farmacorresistente y en ellos aumenta el riesgo
de muerte prematura, traumatismos, alteraciones psicosociales y una
calidad de vida reducida. Aunque en algunos de ellos, este trastorno puede
remitir con el tiempo (un 4% de los casos al año en adultos y un porcentaje
mayor entre los niños), "la identificación de estos pacientes es de suma
importancia para optimizar, dentro de lo posible, el tratamiento farmacológico
y, si existe indicación, propiciar la cirugía [para eliminar la lesión cerebral
que genera las crisis epilépticas]", explica Mercadé.
El coste medio anual de los recursos utilizados por un paciente
farmacorresistente en España se estima en 7.000 euros, según la SEN.
"En este sentido, las unidades clínicas de epilepsia (UCE), constituidas
por médicos y profesionales sanitarios con experiencia, muy probablemente
mejorarían la eficiencia del cuidado global de toda la población
epiléptica".
"Uno de los retos
principales en esta línea sería encontrar medicación capaz de revertir el
proceso de hiperactividad neuronal que define la epilepsia. Los medicamentos
actuales sólo 'tapan' las
crisis", propone Parra.
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