ESPAÑA | Efectos de los recortes
· Los recortes y las políticas en la
sanidad pública han deteriorado la atención en este campo
· Psiquiatras y psicólogos se movilizan
en protesta con las nuevas directrices sanitarias
· Los pacientes se quejan de la falta de
tiempo y del cambio frecuente de médicos
ÁNGELES LÓPEZ | Madrid | El Mundo | 11/06/2014
La crisis, el paro, los recortes... El ambiente social que nos
rodea ha variado drásticamente en los últimos años, un cambio que está dejando
huella en la salud mental. ¿Cómo está afrontando el Gobierno
español estos problemas? ¿Está destinando más recursos a las consultas de
psiquiatría?.
Carlos Mañas (1966, Vigo) conoce muy bien los puntos negros de la
atención mental en el sistema público. Hace ocho años le diagnosticaron
trastorno bipolar en grado 1, el más grave en esta enfermedad. "El tiempo entre consulta y
consulta está, en mi caso, entre los cuatro y cinco meses. Si tengo un
problema entre tanto, o un brote psicótico, mi única opción es acudir a las
urgencias hospitalarias. Allí, me puede atender el psiquiatra, si mi
brote coincide con su horario, o un médico cualquiera", asegura.
Otro aspecto en el que insiste es en el desfile de caras.
"A lo largo de estos ocho años, me han tratado cuatro psiquiatras
diferentes y seis médicos de familia. El problema es que cuando cambia
el médico tienes que volver a contar todo de nuevo y, en función de
cómo lo diga o su criterio, el diagnóstico o el tratamiento pueden cambiar. La
incertidumbre que te da esto es muy difícil de aguantar".
Esta dificultad para ser atendido por un especialista cuando el
estado de ánimo se hunde es también denunciada por José Manuel Arévalo,
presidente de la Federación En Primera Persona, que reúne a unas 10
asociaciones de pacientes en Andalucía. "La
primera consulta no funciona mal, pero cuando entras en las revisiones tardan
más, unos tres meses o seis, si el proceso es más estable. Además, el
tiempo que estás con el médico también es menor, entre cinco y 10 minutos, a
veces cuando llegas ya casi están con la receta en la mano", afirma.
Tanto Mañas como Arévalo son conscientes de los recortes y las
dificultades que tienen
los profesionales para realizar su trabajo. "No tienen la culpa. Pero los
profesionales están descontentos. Hay desmotivación porque se les está
apretando mucho", explica este último.
Por estos y otros motivos, 80 psiquiatras y psicólogos han publicado
la Declaración de Atocha: En defensa de la atención pública a la Salud
Mental. Manifiesto al que se han unido las principales sociedades médicas y
asociaciones de pacientes del sector.
"En los últimos años, la situación sanitaria en salud
mental ha empeorado, los recursos han disminuido considerablemente, y no es
tanto debido a la crisis sino a la línea política que se está instaurando,
neoliberal, de libre mercado y competencia, que no es un modelo apropiado para
el sistema sanitario público en general y mucho menos para la atención
mental", explica Consuelo Escudero, psicóloga clínica en Madrid y una de
las firmantes de la Declaración de Atocha.
Quizás por este deterioro de la atención pública el número
de pacientes que recurren a un servicio privado esté aumentando. De hecho,
hasta el 30-40% de las personas con algún trastorno mental acude a la
psiquiatría privada. Pero es un dinero importante, en un colectivo
donde hay mucha gente que tiene una pensión contributiva o que no trabajan.
Como señala Teresa Suárez, psiquiatra, "cuando hay menos
recursos, fundamentalmente recursos humanos, la calidad se tiene que
deteriorar. Este tipo de prestación se ha ido debilitando y algunas cosas
prácticamente están de facto abolidas".
La situación, aunque con algunas variaciones, parece ser muy
similar entre las diferentes comunidades autónomas. "La
realidad no es la misma pero hay preocupaciones comunes. Bajo conceptos que en
principio pueden parecer neutrales o incluso positivos, como calidad o
excelencia, en realidad lo que esconden es una priorización de los aspectos
económicos sobre los asistenciales
No es sólo un asunto económico, también organizativo, asegura
José García, psiquiatra en Oviedo: "Cuando se desarrolló la reforma
psiquiátrica, se constituyeron equipos multidisciplinares que en este momento
están fragmentados porque se ha detenido el proceso de atención
comunitaria. No se fomenta el trabajo en equipo y se pierde un elemento fundamental
que es el análisis conjunto, la elaboración de tratamientos y estrategias
conjuntas.
No menos importante es otro aspecto que critican tanto pacientes
como profesionales: la reforma del Código Penal que actualmente está tramitando
el Congreso. Un cambio jurídico que cada vez puede afectar a más personas.
Nota.- El artículo es más extenso. Si se quiere leer completo puede
encontrarse en el periódico y fecha arriba mencionados.
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