jueves, 26 de junio de 2014

La atención a las enfermedades mentales, en la UCI

ESPAÑA | Efectos de los recortes
·        Los recortes y las políticas en la sanidad pública han deteriorado la atención en este campo
·        Psiquiatras y psicólogos se movilizan en protesta con las nuevas directrices sanitarias
·        Los pacientes se quejan de la falta de tiempo y del cambio frecuente de médicos

ÁNGELES LÓPEZ | Madrid | El Mundo | 11/06/2014

La crisis, el paro, los recortes... El ambiente social que nos rodea ha variado drásticamente en los últimos años, un cambio que está dejando huella en la salud mental. ¿Cómo está afrontando el Gobierno español estos problemas? ¿Está destinando más recursos a las consultas de psiquiatría?.

Carlos Mañas (1966, Vigo) conoce muy bien los puntos negros de la atención mental en el sistema público. Hace ocho años le diagnosticaron trastorno bipolar en grado 1, el más grave en esta enfermedad. "El tiempo entre consulta y consulta está, en mi caso, entre los cuatro y cinco meses. Si tengo un problema entre tanto, o un brote psicótico, mi única opción es acudir a las urgencias hospitalarias. Allí, me puede atender el psiquiatra, si mi brote coincide con su horario, o un médico cualquiera", asegura.

Otro aspecto en el que insiste es en el desfile de caras. "A lo largo de estos ocho años, me han tratado cuatro psiquiatras diferentes y seis médicos de familia. El problema es que cuando cambia el médico tienes que volver a contar todo de nuevo y, en función de cómo lo diga o su criterio, el diagnóstico o el tratamiento pueden cambiar. La incertidumbre que te da esto es muy difícil de aguantar".

Esta dificultad para ser atendido por un especialista cuando el estado de ánimo se hunde es también denunciada por José Manuel Arévalo, presidente de la Federación En Primera Persona, que reúne a unas 10 asociaciones de pacientes en Andalucía. "La primera consulta no funciona mal, pero cuando entras en las revisiones tardan más, unos tres meses o seis, si el proceso es más estable. Además, el tiempo que estás con el médico también es menor, entre cinco y 10 minutos, a veces cuando llegas ya casi están con la receta en la mano", afirma.

Tanto Mañas como Arévalo son conscientes de los recortes y las dificultades que  tienen los profesionales para realizar su trabajo. "No tienen la culpa. Pero los profesionales están descontentos. Hay desmotivación porque se les está apretando mucho", explica este último.

Por estos y otros motivos, 80 psiquiatras y psicólogos han publicado la Declaración de Atocha: En defensa de la atención pública a la Salud Mental. Manifiesto al que se han unido las principales sociedades médicas y asociaciones de pacientes del sector.

"En los últimos años, la situación sanitaria en salud mental ha empeorado, los recursos han disminuido considerablemente, y no es tanto debido a la crisis sino a la línea política que se está instaurando, neoliberal, de libre mercado y competencia, que no es un modelo apropiado para el sistema sanitario público en general y mucho menos para la atención mental", explica Consuelo Escudero, psicóloga clínica en Madrid y una de las firmantes de la Declaración de Atocha.

Quizás por este deterioro de la atención pública el número de pacientes que recurren a un servicio privado esté aumentando. De hecho, hasta el 30-40% de las personas con algún trastorno mental acude a la psiquiatría privada. Pero es un dinero importante, en un colectivo donde hay mucha gente que tiene una pensión contributiva o que no trabajan.

Como señala Teresa Suárez, psiquiatra, "cuando hay menos recursos, fundamentalmente recursos humanos, la calidad se tiene que deteriorar. Este tipo de prestación se ha ido debilitando y algunas cosas prácticamente están de facto abolidas".
La situación, aunque con algunas variaciones, parece ser muy similar entre las diferentes comunidades autónomas. "La realidad no es la misma pero hay preocupaciones comunes. Bajo conceptos que en principio pueden parecer neutrales o incluso positivos, como calidad o excelencia, en realidad lo que esconden es una priorización de los aspectos económicos sobre los asistenciales

No es sólo un asunto económico, también organizativo, asegura José García, psiquiatra en Oviedo: "Cuando se desarrolló la reforma psiquiátrica, se constituyeron equipos multidisciplinares que en este momento están fragmentados porque se ha detenido el proceso de atención comunitaria. No se fomenta el trabajo en equipo y se pierde un elemento fundamental que es el análisis conjunto, la elaboración de tratamientos y estrategias conjuntas.

No menos importante es otro aspecto que critican tanto pacientes como profesionales: la reforma del Código Penal que actualmente está tramitando el Congreso. Un cambio jurídico que cada vez puede afectar a más personas.


 Nota.- El artículo es más extenso. Si se quiere leer completo puede encontrarse en el periódico y fecha arriba mencionados.



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