Silvia
Lucchetti |
Aleteia | 01/11/2019
Una mamá cuenta con el corazón lleno
de gratitud y orgullo la historia de su hijo y la generosidad de su empleador
que, ante los obstáculos burocráticos, decidió contratarlo con un contrato
indefinido, renunciando a las desgravaciones fiscales establecidas para las
categorías protegidas
En el Corriere Buone
Notizie una mamá, Nadia Basso, cuenta llena
de gratitud y orgullo la historia de su hijo Emanuele, y es realmente una
hermosa historia que vale la pena compartir.
Los protagonistas son precisamente
su hijo, un joven con asperger y su empleador, “un emprendedor rock”, así lo
define la señora Nadia, porque “tuvo el valor de apostar por una persona
“especial”.
Emanuele y la experiencia de la pasantía: ¡cuántas
mejoras!
Emanuele, tras haber terminado la
secundaria sin profesores de apoyo y en la casi total soledad, hasta el punto
que afirma “Nadie ha jugado conmigo nunca” (Corriere), es
incluido en las listas de empleo específicas y en marzo de 2017 empieza una
pasantía en una empresa que ensambla lámparas led en la provincia de Padua,
cuyo propietario es Luca Pellegrino.
Cuenta la mamá que la experiencia
laboral representa para Emanuele una verdadera y propia terapia psicológica, un
motor poderoso capaz de implementar un cambio importante y valioso en la vida
del chico que tiene dificultades, como suele suceder en las personas con
síndrome de Asperger, precisamente en las relaciones con los demás y en el
manejo de la novedad.
La primera buena noticia: el contrato temporal
El joven en la empresa se ocupa de
controlar el material que llega y hacer pequeños ensamblajes y a pesar de que
no es muy veloz es muy preciso, cuida sus tareas y es confiable. Después de la
pasantía llega la primera bella noticia: Emanuele es contratado con un contrato
temporal.
Más tarde el señor Pellegrino cambia
su actividad a la provincia de Treviso y además de volver a contratar a 30
empleados tiene la intención de llevar a Emanuele a la nueva sede. ¡Piensa qué
satisfacción para el joven y toda su familia! Pero desgraciadamente, como
cuenta la señora Basso, se presenta un obstáculo: la burocracia.
Los tropiezos de la burocracia
El centro para el empleo de Trevisto
no emite el permiso, en cambio pide que una comisión reexamine las capacidades
laborales de Emanuele. Y no importa si el dueño lo conoce y quiere contratarlo
precisamente él. El asistente social que lo ha seguido durante la pasantía
propone redactar una relación sobre el recorrido y los objetivos alcanzados.
Nada qué hacer. No lo quieren. Están cumpliendo con las normas obligatorias y
no necesitan menos de 4 meses para el informe de evaluación final (Corriere).
La inactividad hace retroceder a Emanuele
Así empieza para Emanuele un periodo
difícil de inactividad, en donde el joven…
Retrocede, sacude las manos
continuamente, camina adelante y atrás en la cocina de manera obsesiva, no sale
de casa, duerme poco (Ibidem).
La sociedad Fabbian busca de todos
los modos posibles resolver la situación pero cualquier intento es en vano…
Hasta que el dueño decide
ir al grano y contratarlo como “normotípico”, renunciando a la degravación
fiscal. Es el 21 de enero de 2019. El Instituto Nacional de
Seguridad Social convalida las capacidades laborales de Emanuel y mi hijo fue
contratado con contrato indefinido.
Donde no llega la burocracia llega el corazón de un
emprendedor
Un gesto generoso y valiente,
realmente contracorriente. Una elección que alegra el corazón de todos y que
sobre todo revoluciona la vida de Emanuele, que hoy está menos encerrado, más
autónomo y sobre todo sonriente.
Donde la burocracia se ha
ralentizado… el corazón de un emprendedor ha llegado rápidamente, que
ciertamente sabe que la riqueza más grande para una empresa es no
dejar atrás a nadie.
Aquí está mi y nuestras buenas
noticias. La experiencia laboral de estos dos años le ha dado confianza,
autoestima, hoy habla mucho más, lee Il Corriere todos los
días, lo comenta con colegas (…), cuando tenemos amigos, no se encierra en su
habitación. Ha empezado a salir solo de casa. Entra en los bares del pueblo
para tomar un café solo. Asiste al gimnasio seguido de un fisioterapeuta. Ha
comenzado un curso de inglés (nivel avanzado) y es el mejor de la clase. Y él
sonríe, ¡Emanuele sonríe! ¡Nada de esto es obvio para un niño autista! (Corriere).
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