VALERIA SABATER |
La Mente es Maravillosa | 18/04/ 2020
¿Podrá el
confinamiento y la situación actual cambiar de algún modo nuestro carácter? Hay
quien indica que saldremos fortalecidos y que daremos forma a una sociedad más
solidaria, otros, que se elevará la sensación de angustia y el miedo constante
al contagio.
De algún modo u otro, el
confinamiento cambiará nuestro carácter. El efecto de la pandemia será más intenso y
traumático en cierta parte de la población, en especial en quien haya sufrido
pérdidas. Otros en cambio, lo sentirán un poco menos, pero nadie será completamente
inmune a las vivencias por las que estamos transitando estos días.
Nuestros pensadores, filósofos e historiadores tienen
una opinión dividida sobre el efecto de la pandemia y el confinamiento. Keith
Lowe, reconocido historiador señala que la sociedad de ahora no es tan sabia
como la de nuestros abuelos y que lo vivido durante este tiempo, no nos servirá
de mucho. Volveremos a cronificar los mismos defectos.
Michel
Wieviorka, sociólogo francés, tiene otra opinión. Esta vivencia nos obligará a reformular
prioridades y contribuiremos a crear una sociedad más solidaria, más
cohesionada donde valorar el apoyo mutuo. El virus, según él, nos impone una
metamorfosis que debemos aprovechar para ser mejores.
Adela Cortina,
catedrática de Ética de la Universidad de Valencia, nos recuerda por su parte
que en la lucha por la vida no sobreviven los más fuertes, sino los que se
apoyan y ese será un valor sagrado que debamos preservar
y tener presente en el futuro.
¿Cambiará el confinamiento nuestro carácter? ¿De qué manera?
Para entender si cambiará el confinamiento nuestro
carácter debemos clarificar primero a qué nos referimos cuando hablamos de esta
dimensión.
El carácter define nuestra
forma de reaccionar ante lo que sucede. Es un componente de la personalidad y surge como
consecuencia de aquello que vivimos y experimentamos, también de nuestra
predisposición genética. Ernst Kretschmer y William Stern fueron los autores
que más estudiaron esta dimensión en el siglo XX, destacando que “el
carácter se compone de nuestra emocionalidad, intereses y resonancia”.
Esta última área hace referencia a nuestro umbral de sensibilidad a la hora de que un
hecho, una vivencia o un estímulo nos afecte. Hay personas más y menos
resonantes y habrá por tanto a quien esta situación le impacte de diferente
manera e intensidad. Veámoslo.
Salud mental y personalidad
Hay personas
que ya padecían ansiedad antes de la llegada de la pandemia. Otros han
empezado a lidiar con esta condición psicológica durante el confinamiento. Así,
de entre todos los efectos que puede llegar a tener la actual situación sobre
la salud mental, los
trastornos de ansiedad van a ser lo más frecuentes.
Factores como la incertidumbre laboral y personal, el miedo a nuevos brotes de
contagios o el efecto del propio confinamiento suele agravar el barómetro de la
ansiedad.
Así, ante la
pregunta de si el estrés y la ansiedad que sufrimos durante el confinamiento
cambiará nuestro carácter, hay un factor determinante: la duración.
Si esta situación se alarga
durante meses, podremos experimentar cambios, como un mayor pesimismo,
sensación de alerta y angustia.
Estudios
como el llevado a cabo por el doctor Gran Shields de la Universidad de
California señalan este mismo hecho. La personalidad puede variar si nos encontramos en una situación en la
que el estrés es constante. En caso contrario, si esta
situación se resuelve lo antes posible, el efecto será mínimo.
Si cambian nuestros hábitos de vida, también lo harán aspectos de nuestro
carácter
Hay una relación casi determinante en lo que se refiere a la psicología
humana: el entorno nos condiciona. Si hay un contexto que ha cambiado de manera abrupta,
si se nos obliga a cambiar nuestros hábitos de vida, muchos aspectos de nuestro
carácter pueden variar.
El simple
hecho de tener que depender de mascarillas para ir a trabajar o para desenvolvernos en el
día a día puede afectarnos. El miedo
al contagio estará presente y eso elevará nuestra hipervigilancia.
Asimismo, la limitación del libre movimiento y la
limitación del contacto social también pueden pasarnos factura,
elevando la presencia de emociones como la tristeza e incluso la frustración.
El impacto de estas
realidades dependerá siempre de la duración de los presentes acontecimientos.
Niños y ancianos, los más afectados
Posiblemente,
los más afectados durante esta pandemia, sean los niños y los ancianos. Los
primeros, en especial los menores de 14 años, son los que más pueden sufrir el
hecho de haber sido separados de ese entorno escolar donde tenían contacto con
sus iguales. La socialización,
el juego y el contacto con el aire libre son esenciales para nuestros
pequeños.
Asimismo, el hecho de estar en casa y ser testigos de
la preocupación de sus padres, también puede afectarles y tener un impacto
psicológico severo.
Por otro lado, no podemos descuidar a nuestros mayores.
Muchos de ellos están pasando el confinamiento en soledad y siendo testigos a
su vez a través de los medios, sobre cómo afecta la pandemia a la población de
mayor edad.
El confinamiento cambiará nuestro carácter: vigilantes, pero con la
oportunidad de salir reforzados
El
confinamiento cambiará nuestro carácter de algún modo u otro. Todo dependerá,
como bien señalamos, de la duración de esta pandemia y los posibles cambios que
puedan producirse después. No obstante, hay un hecho innegable, nos volveremos
un poco más hipervigilantes, cuidadosos y cautos en temas de higiene. Sin
embargo, de toda crisis y
cambio social podemos salir fortalecidos en lo que a carácter se refiere.
La adversidad
nos cambia y a menudo, lo hace despertando fortalezas, avivando nuevos valores
y capacidades. En esta parte del camino, más pedregosa y abrupta de lo habitual
se requiere lo mejor de nosotros mismos. Recordemos nuestros significados vitales, nuestros propósitos y avancemos
este tramo de nuestra existencia con audacia y confianza.
A nuestro
alrededor, siempre habrá manos dispuestas a ayudarnos.
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