Escrito por el personal de Mayo Clinic | 29/07/2021
La negación es un mecanismo de afrontamiento que
te da tiempo para adaptarte a situaciones inquietantes, pero quedarte en una
actitud negadora puede interferir en el tratamiento o tu capacidad para
afrontar los desafíos.
Cuando te encuentras en estado de negación, estás
tratando de protegerte al no aceptar la verdad sobre algo que pasa en tu vida.
En algunos casos, la negación inicial a corto
plazo puede ser algo bueno, ya que te da tiempo para adaptarte a una situación
dolorosa o estresante. También podría ser un precursor para hacer algún tipo de
cambio en tu vida. Sin embargo, la negación tiene un lado oscuro. Averigua
cuándo la negación no es saludable y cómo dejarla atrás.
Comprender la negación y su propósito
Rehusarse a reconocer que algo no está bien es una manera de afrontar los conflictos emocionales, el estrés, los pensamientos dolorosos, la información amenazante y la ansiedad. Es posible que te niegues a reconocer cualquier cosa que te haga sentir vulnerable o amenace tu sensación de control, como una enfermedad, una adicción, un trastorno de la alimentación, violencia personal, problemas financieros o conflictos en las relaciones. Puedes negar algo que te ocurra a ti o a otra persona.
Cuando te encuentras en estado de negación, haces lo siguiente:
·
No
reconoces una situación difícil
·
Intentas
evitar enfrentarte a la realidad de un problema
· Minimizas las posibles consecuencias de un problema.
Cuándo puede ser útil la negación
Negarse a afrontar los hechos puede parecer poco
saludable. A veces, sin embargo, puede ser útil un breve período de negación.
La negación le da a tu mente la oportunidad de absorber inconscientemente
información impactante o preocupante a un ritmo que no hará que tengas una gran
caída psicológica.
Por ejemplo, después de un evento traumático, es
posible que necesites varios días o semanas para procesar lo sucedido y
enfrentar los desafíos que se avecinan. Imagina lo que podría pasar si te
detectas un bulto en la garganta. Podrías sentir una oleada de miedo y
adrenalina al imaginar que es cáncer.
Entonces ignoras el bulto, esperando que
desaparezca por sí solo. Pero cuando el bulto sigue allí una semana después,
consultas a tu médico.
Este tipo de negación es una respuesta útil a la
información estresante. Inicialmente negaste el problema que te preocupaba.
Pero a medida que tu mente asimiló la posibilidad, comenzaste a abordar el
problema de manera más racional y buscaste ayuda para resolverlo.
Cuándo puede ser perjudicial la negación
¿Pero qué habría ocurrido si hubieras seguido
negando ese bulto? ¿Qué habría ocurrido si nunca hubieras buscado ayuda? Si la
negación persiste y te impide que tomes las medidas adecuadas, como consultar
con el médico, se trata de una respuesta perjudicial.
Ten en cuenta estos ejemplos de negación poco
saludable:
·
Un
estudiante universitario presencia un violento tiroteo, pero afirma que no lo
ha afectado.
·
La
pareja de un hombre mayor que está en la etapa final de su vida se rehúsa a
hablar con él sobre los deseos y las directivas de atención médica, ya que
insiste en que estará mejor.
·
Una
persona se pierde periódicamente las reuniones laborales de la mañana por haber
bebido con exceso la noche anterior, pero insiste en que no hay ningún problema
porque, de todos modos, cumple con su trabajo.
·
Una
pareja está registrando una deuda tan grande con la tarjeta de crédito que
dejan a un lado las facturas porque no pueden soportar abrirlas.
·
Los
padres de un adolescente con una adicción a las drogas siguen dándole a su hijo
dinero «para comprar ropa».
·
Una
persona que tiene dolor en el pecho y falta de aire no cree que esos síntomas
indiquen un ataque cardíaco y demora en obtener ayuda.
En situaciones como estas, la negación puede
impedir que tú o tu ser querido obtengan ayuda, como un tratamiento médico o
asesoramiento, o que enfrenten problemas que pueden salirse de control; en
todos los casos, puede haber consecuencias devastadoras a largo plazo.
Dejar atrás la negación
Cuando enfrentes una situación abrumadora, está
bien decir: "ahora no puedo pensar en esto". Tal vez necesites tiempo
para procesar lo que sucedió y adaptarte a las nuevas circunstancias. Pero es
importante darte cuenta que la negación debería ser una medida temporaria
solamente, no cambiará la realidad de la situación.
No siempre es fácil saber si la negación te está
impidiendo seguir adelante. La intensidad de la negación puede variar con el
tiempo, en especial para una persona con una enfermedad crónica; en algunos
períodos baja la actitud defensiva, mientras que en otros la negación puede ser
mucho más fuerte. Sin embargo, si te sientes atascado o si alguien en quien
confías sugiere que estás negando una situación, puedes intentar las siguientes
estrategias:
·
Examina
honestamente a qué le tienes miedo.
·
Piensa
sobre las posibles consecuencias negativas de no actuar.
·
Date
permiso para expresar tus miedos y tus emociones.
·
Intenta
identificar las creencias irracionales sobre tu situación.
·
Escribe
un diario sobre tu experiencia.
·
Habla
con un amigo cercano o un ser querido.
·
Participa
en un grupo de apoyo.
Si no puedes afrontar sin ayuda una situación
estresante, estás atascado en la fase de negación; piensa en la posibilidad de hablar
con un médico especialista en salud mental. Él o ella te puede ayudar a
encontrar alguna manera sana de afrontar la situación en vez de actuar como si
no existiera.
Cuando un ser querido necesita ayuda para ir más
allá de la negación
Puede resultarte frustrante cuando alguien a quien
amas niega un tema importante. Pero antes de demandar que tu ser querido
enfrente los hechos, da un paso atrás. Trata de determinar si solo necesita un
poco de tiempo para resolver el problema.
Al mismo tiempo, hazle saber a la persona que
estás dispuesto a hablar sobre el tema, incluso si ambos se sienten incómodos.
En última instancia, esto podría darle a tu ser querido la seguridad que
necesita para seguir adelante. Es posible que tu ser querido incluso se sienta
aliviado cuando le plantees el problema.
Si tu ser querido niega un problema de salud grave, como la depresión, el cáncer o una adicción, abordar el problema puede ser especialmente difícil. Escucha y ofrece apoyo. No intentes obligar a alguien a buscar tratamiento, ya que podría provocar enfrentamientos duros. Ofrece consultar juntos a un médico o terapeuta de salud mental.
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