ELENA SANZ | La Mente es Maravillosa | 20/08/2022
Las personas con un estilo de vinculación inseguro
suelen sufrir bastante y tener problemas en sus relaciones. Por ello, si
quieres desarrollar un apego seguro en la edad adulta, te contamos cómo
hacerlo.
Cada uno de
nosotros poseemos un estilo de apego; esto es, una forma
de vincularnos con los demás afectivamente. Este estilo viene determinado por la relación que establecimos con nuestras
principales figuras en la infancia; pero también, y en menor medida, por
experiencias posteriores con amigos, compañeros y parejas románticas.
Si nuestro estilo de vinculación no es el más
apropiado, podemos sufrir mucho a lo largo de nuestra vida. Por ello, queremos
mostrarte cómo desarrollar un apego seguro en la edad adulta.
Lo cierto es que no es una tarea sencilla modificar
esta tendencia que tan bien aprendimos durante nuestros primeros años. Hará
falta un importante trabajo personal que no siempre resulta cómodo realizar.
Sin embargo, matizar estas actitudes y aprender a relacionarnos desde la
confianza puede suponer un enorme y positivo cambio.
Las personas con apego seguro se vinculan
con los demás de forma sana.
Los estilos de apego
El estilo
de apego de una persona comienza a formarse durante los primeros años, en
función de la atención y los cuidados que el bebé recibe. Así, pueden
diferenciarse cuatro tipos de apego:
·
Apego
seguro: se forma
cuando los cuidadores son sensibles y receptivos a las necesidades del
niño y responden de forma consistente. Ese pequeño crece
sintiéndose amado y seguro, es capaz de confiar en otros y tiene un buen
concepto de sí mismo.
·
Apego evitativo: en
este caso los cuidadores ignoran las necesidades y
llamados del bebé, no cuidan ni responden a sus emociones. Al
crecer, este niño aprende a reprimir lo que siente y a ser excesivamente
independiente. Evita por todos los medios mostrarse vulnerable y no puede
confiar en los demás, no intima emocionalmente.
·
Apego ambivalente: se crea cuando los cuidadores son inconsistentes e impredecibles; esto
es, en ocasiones responden con rapidez y amor a las demandas del niño, y en
otras se muestran hostiles y desinteresados. Esto crea una sensación de
ansiedad e inseguridad que lleva al niño a no sentirse valioso y a tener que
asegurarse constantemente el afecto y la presencia de quienes ama.
·
Apego desorganizado: se forma cuando el pequeño vive abusos, negligencia grave o abandono.
Presenta entonces una mezcla de síntomas ambivalentes y evitativos, puede tener
conductas explosivas, gran frustración y un fuerte rechazo (y a la vez anhelo)
de vínculos emocionales.
Cómo desarrollar
un apego seguro en la edad adulta
Lo ideal, en términos de felicidad personal y éxito en
las relaciones, es tener un apego seguro. Cualquiera de los otros casos nos
traerá complicaciones, dolor y frustración. Afortunadamente, hay algunos pasos
que podemos dar para matizar nuestro estilo de apego, incluso siendo ya
adultos.
Partiendo del apego evitativo
El reto para una persona con apego evitativo es aprender a confiar y permitirse crear intimidad emocional.
Así, es importante atender a las siguientes cuestiones:
·
Comprender
de dónde surge este apego evitativo y sanar las heridas infantiles. Es necesario aceptar que en
cierto punto llegamos a sentirnos rechazados o minimizados, y que por eso
huimos de la intimidad. Igualmente, hay que tomar conciencia de que ese
rechazo no tiene por qué volver a ocurrir y que, si sucede,
ahora somos adultos y podemos afrontarlo. Los muros que hemos levantado no nos
protegen, nos mantienen aislados.
·
Es
fundamental dejar de evitar,
ya que este mecanismo no nos permite avanzar. Piensa qué situaciones evitas
(por ejemplo, las discusiones que impliquen sentimientos o el compromiso en las
relaciones) y permítete irlas afrontando. Ve dando pasos, aunque te saquen de
tu zona de confort.
·
Adquiere
alguna herramienta que te ayude a gestionar la inseguridad que te genera vincularte
emocionalmente con otros. La respiración diafragmática es una técnica sencilla que te
permitirá volver a tu centro y tomar mejores decisiones cuando surja el impulso
de huir.
·
Aprende
a expresar tus emociones sin ocultarte y
mostrándote vulnerable. Tu pareja necesita saber qué sientes, qué deseas y
necesitas. Sé asertivo y comienza a abrir tu interior.
Partiendo del apego ambivalente
Si tienes un apego ambivalente, tu reto es superar la dependencia emocional, dejar de
buscar desesperadamente el amor y la presencia de las otras personas. Para esto,
puedes tomar las siguientes pautas:
·
Entiende
que tus actitudes surgen de un niño herido que se sintió confuso, carente de afecto y no aceptado
incondicionalmente. Es por esto que hoy te sientes siempre inseguro y necesitas
asegurarte constantemente de que los demás te quieren y están ahí para ti. Recuerda que ahora eres un adulto y no dependes de nadie
para sobrevivir.
·
Es
fundamental que refuerces tu autoestima, trabajes en tu amor propio y comiences a darte eso que tanto anhelas de los demás.
Esto es, amor incondicional, aceptación, consuelo y apoyo. Priorízate, ocúpate
de ti y de tus necesidades y mejora la relación contigo mismo.
·
Cuida
tu diálogo interno y las inferencias que haces de la conducta de los demás. En
este estilo de apego es común estar muy alerta ante el comportamiento de los
otros y preocuparse y culparse ante cualquier cambio en ellos. En lugar de
pensar que es tu culpa, que has hecho algo mal y que van a dejar de
quererte, procura ajustar tus pensamientos y no dejarte
llevar.
·
Puede
ser muy positivo que amplíes tu círculo social con personas
nutritivas y enriquecedoras. Para las personas que necesitan y
disfrutan la intimidad emocional, tener relaciones significativas es
importante. Esto ayudará a no recargar toda la responsabilidad y las
expectativas sobre tu pareja.
Partiendo del
apego desorganizado
En el caso del apego desorganizado, puede ser necesario trabajar en las dos vertientes
anteriores para desarrollar un apego seguro. Sin embargo, dado
que este estilo de apego surge de un trauma complejo vivido en la infancia, lo
más recomendable es buscar apoyo profesional.
Sanar el
pasado, aprender a gestionar los disparadores de ansiedad y a vincularse
sanamente puede ser especialmente difícil en este caso; por tanto, la
psicoterapia será de gran ayuda.
La
terapia psicológica ayuda a trabajar los traumas vividos en la infancia.
Desarrollar un apego seguro es posible
Ciertamente, trabajar el apego es una de las
cuestiones más complicadas, por lo arraigado que se encuentra desde tanto
tiempo atrás. Sin embargo, todos podemos superar nuestro estilo
de apego inseguro y avanzar hacia una mayor seguridad, confianza y bienestar.
El cambio
llevará tiempo y en muchas ocasiones surgirán de nuevo esas antiguas
tendencias, pero con conciencia, perseverancia y trabajo personal podremos
aumentar nuestro bienestar y la calidad de nuestras relaciones.
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