LAURA RUIZ MITJANA | La Mente es Maravillosa | 06/04/2022
El perspecticidio es una técnica de manipulación en la que una persona somete a otra a su total dominio. Es muy típico en las sectas. Conoce más sobre ella ¡aquí!
La
manipulación es el resultado de diferentes estrategias que buscan condicionar
el comportamiento del otro sin que este sea consciente de lo que está
ocurriendo. Está muy relacionado precisamente con ver al otro como un objeto
que podemos manipular. En
este caso, hablaremos de una de las técnicas de comunicación más extremas, es
el llamado perspecticidio.
¿En
qué consiste exactamente esta técnica de manipulación mental? Hablamos sobre
cómo funciona y sobre cómo detectar que nos están manipulando.
¿Qué es el
perspecticidio?
La
palabra perspecticidio es un neologismo, aunque se usa desde hace tiempo para
hacer referencia al lavado
de cerebro al que sometían a los prisioneros de la guerra.
Además, también se ha utilizado este término para explicar los mecanismos
psicológicos que hacen que las personas acaben “atrapadas” en sectas.
Consecuencias
del perspecticidio son las pérdidas de perspectiva, llegando a cultivar incluso el
pensamiento de que no tenemos derecho, porque no somos válidos, a tener
nuestras propias opiniones. Así,
a través de este fenómeno, podemos llegar a perder la propia perspectiva y a
olvidar qué es lo que creemos por nosotros mismos.
De
esta forma, acabamos adoptando las ideas,
metas u objetivos de la persona que nos está intentando dominar.
A raíz de todo ello renunciamos a nuestros deseos y necesidades e incluso
acabamos perdiendo la propia identidad o el propio sentido del
“yo”. Como veremos, el perspecticidio es una técnica muy utilizada por los
manipuladores.
¿Cómo funciona el
perspecticidio?
El
fenómeno del perspecticidio conlleva
una relación
abusiva, de control, dominio y manipulación por parte de una persona
hacia otra (o hacia un grupo de ellas). Con el paso del tiempo, la persona que
sufre el perspecticidio, es decir, la “víctima”, acaba cambiando su forma de
pensar y actuar, influenciada y hasta dominada por la persona que actúa sobre
ella.
Así, el manipulador o
manipuladora (el que comete el perspecticidio), acaba definiendo el mundo de la
persona a la que somete. Determina y decide cómo esta debe pensar y actuar y
por supuesto la relación que se configura entre ambos.
Como
vemos, no se trata de una influencia
mutua o bidireccional en la relación, en la que las dos
partes ejercen su dominio o su “rol”; en este caso, hablamos de una relación
unidireccional de sometimiento, control y dominio. Es decir, de una de las
partes (manipulador) a otra (víctima o persona sometida).
Restringe el mundo
de la víctima
El manipulador, de forma progresiva, acaba “lavando el cerebro” de
su víctima,
hasta que esta pierde por completo su identidad y acaba actuando como el
primero desea. La persona sometida pierde hasta su capacidad para decidir,
ya que el manipulador va restringiendo poco a poco su mundo.
Así,
la víctima es recluida poco a poco en un entorno cada vez más reducido, y se va
aislando hacia el mundo del otro. ¿Qué consecuencias tiene esto? Que la persona
no puede recibir el apoyo, la ayuda o el feedback de lo que está ocurriendo por parte de
las personas de su entorno (porque está cada vez más aislada).
En
definitiva: sus seres queridos no pueden alertarla del peligro que corre. El manipulador lo que hace es imponer su propia visión del mundo y sus ideas,
y esto es lo que acaba resultando significativo en el mundo de la víctima.
Estrategias del
perspecticidio
El
perspecticidio puede darse tanto en relaciones de pareja como en relaciones de
amistad, familia y como no, en las sectas. Algunas de las estrategias o
acciones empleadas por la persona que ejecuta el perspecticidio son las
siguientes:
·
Controla obsesivamente a
la víctima.
·
Es quien fija los
términos y las “normas” de la relación.
·
“Decide” cómo la víctima
debe invertir su tiempo (y con quién).
·
Cambia el autoconcepto de
la víctima y hasta su manera de ser.
¿Estoy sufriendo
perspecticidio?
¿Tienes dudas sobre si realmente estás sufriendo o no un proceso
de perspecticidio? Te dejamos algunas señales de alarma que podrían
estar indicando que estás siendo sometido a este fenómeno por parte de un
manipulador:
·
Te sientes cada vez más
inseguro en tus decisiones.
·
Sientes que estás
perdiendo los puntos de referencia.
·
Ya no te reconoces a ti
mismo.
·
Te sientes incapaz de
conseguir cosas por tu propia cuenta.
·
Te aplicas etiquetas
negativas a ti mismo.
·
Empiezas a dudar de tus
propias opiniones y capacidades.
Para poder decir que sufrimos
perspecticidio, todos estos “síntomas” o señales de alerta los sientes a raíz
de la manipulación, dominio o control por parte de otra persona. Es decir,
nacen como resultado de estas interacciones con el otro, no es que te sientas
así “porque sí”.
Si
sufres algunos de estos síntomas y tienes a alguien cerca que crees que te está
manipulando, pide ayuda y aléjate cuanto
antes de esta relación. No es fácil salir de las
“garras” de un manipulador, pero identificar estas señales y tomar consciencia de lo que está ocurriendo
es el primer paso para ello.
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