María Fátima Seppi
Vinuales.
| La Mente es
Maravillosa | 24/05/2023
Escrito por Edith Sánchez
Algunas actitudes de los padres
dejan huellas psíquicas en los hijos para toda la vida. Veamos cuáles son.
Todos los padres quieren tener hijos maravillosos,
esperan que sus niños sean afables y de adultos se comporten como gente responsable
y útil para la sociedad. Sin embargo, dejar que ese ideal sea el artífice de la
crianza no suele dar muchos resultados.
Se sabe desde hace tiempo que el estilo de crianza
afecta al comportamiento durante la infancia, la adolescencia y la vida adulta.
También es mucha la información que circula acerca de heridas emocionales de la
infancia, trastornos del apego y otras dificultades derivadas de una educación
deficiente.
Por eso, en este artículo recopilamos 7 cosas que los
hijos jamás olvidan de sus padres, tanto buenas como negativas. No te pierdas
nada, pues la educación en el hogar es un trabajo a tiempo completo, para el
que nadie viene preparado. Vamos con ello.
“El problema
con el aprendizaje de ser padres es que los hijos son los maestros”- Robert
Braul-
1.Los hijos jamás olvidan el maltrato
Ninguna relación es perfecta, y mucho menos una tan
intensa, como la de los padres con sus hijos. Siempre habrá momentos de
contradicción o de conflicto, lo cual es algo normal. Sin embargo, de forma
lamentable, muchos padres asumen de manera equivocada, que la violencia es una
herramienta para educar.
Puede que con el maltrato se logre intimidar a un hijo
para que realice la voluntad de los padres. Pero, hay que tener en cuenta que
esos malos tratos se convertirán en el germen de la falta de
autoestima, apego desorganizado,
trastornos de ansiedad y depresión y, no menos importante, indefensión aprendida.
Exponer al niño a estas situaciones de violencia, lo
sitúan en una panorámica muy compleja: ama y odia al mismo tiempo. También
aprende a temer. Nadie debería profesar miedo a sus cuidadores, y mucho menos
interiorizar las relaciones familiares y sociales, mediante la
agresión-sumisión.
2. El trato que se le da al otro tutor
La relación entre los padres es
el modelo del que parte el niño para forjar una actitud frente a las relaciones de
pareja. Es muy probable que, de manera consciente o inconsciente,
en la adultez repita con su cónyuge lo que observó en casa durante su crianza.
La manera en la que se relacionen los padres influirá
en las relaciones futuras de los hijos.
Además, los conflictos entre los padres generan angustia en el hijo.
Yendo más allá, los
niños que crecen en contextos de violencia parental, a
menudo desarrollan trastornos emocionales y ven afectado su autoconcepto y el
modo en el que se relacionan con los demás.
3. Los momentos en que se sintieron protegidos
Los miedos de los niños son más
grandes e insidiosos que los de los adultos. Los
pequeños no logran distinguir bien la frontera entre realidad y la imaginación.
Los padres son las personas en las que más confían para obtener la sensación de
seguridad que necesitan para aprender y explorar lo desconocido. De manera que,
si son los padres los que causan este miedo, van a sentirse bastante desprotegidos.
Los padres deben escuchar con
atención esos temores, sin criticarlos ni minimizarlos. Deben
hacerles entender a los infantes que no se encuentran en peligro. Esto
incrementará el sentimiento de seguridad de los hijos y hará mucho más fuerte
el vínculo de amor y de respeto con los padres.
4. Los hijos jamás olvidan la falta de atención
Para un niño, el amor que le
profesan sus padres está relacionado con la atención que reciben de ellos. Los
infantes no tienen la experiencia vital necesaria ni los recursos psicológicos
debidos para comprender situaciones, como por ejemplo: que sus padres trabajen
más de la cuenta para poder pagarle un colegio caro.
El hecho de compartir tiempo de calidad con ellos y,
por supuesto, atender a sus necesidades físicas y psicológicas es lo que otorga
garantías de que crezcan sanos e independientes. De lo contrario, estaríamos
hablando de negligencia parental.
En este último caso, se sabe que la negligencia parental es una
de las causas de depresión en niños. Si esta negligencia se acompaña de un
estilo de crianza autoritario, puede desembocar, en casos graves, en ideación
suicida infantil.
5. La importancia que se les da a los vínculos
familiares
Los hijos van a recordar
siempre que su padre o su madre fueron capaces de poner como prioridad a la
familia en distintas circunstancias. Es
importante tomar en cuenta que la vida de un niño es mucho más limitada que la
de un adulto, por lo que la familia cobra una importancia mayor.
Si los padres colocan a la
familia por encima de todo, el hijo aprenderá el valor de la lealtad y del
afecto. Así, de adulto, también será capaz de dejar de lado
otros compromisos para cuidar de los suyos, cuando lo necesiten.
La necesidad de pertenencia se tiene toda la vida. En
la educación se establece cómo se van a buscar y mantener los vínculos con los
demás.
6. Los hijos jamás olvidan las injusticias
Con seguridad, la mayoría de los padres habrán
escuchado a sus hijos decir «esto no es justo», sobre todo, cuando no se les
deja hacer algo que desean, o tener algo que quieren. Pero, aunque su sentido
de la justicia aún no esté desarrollado del todo, eso no quita el hecho de que
los niños puedan percibir acciones o expresiones que denoten un trato no justo
o igualitario.
Por ejemplo, cuando los padres acusan al niño de algo
que no hizo, o reconocen los esfuerzos de uno de sus hijos, pero del otro
no, provocan en el pequeño una herida emocional, la
cual va asentándose y afectando al resto de la vida del niño, si la injusticia
se convierte en costumbre.
7. Las expresiones de afecto y cariño
Por último, algo que nunca olvidan los hijos es el
amor recibido por sus figuras principales de apego. Todos los niños deberían crecer
en un ambiente de contención y afecto, que les permita
cultivar la confianza en sí mismos y el amor propio.
Si bien es
cierto, que algunos niños precisan más demostraciones de amor que otros, este
ingrediente nunca debe faltar. En un artículo publicado en la revista Psicoeducativa: reflexiones y
propuestas, en el año 2019, se señala que: «la alta capacidad
de sostén, de cuidados, manteniendo acercamiento corporal, contacto ocular y
comunicación gestual frecuente con su bebé» son factores que inciden en el apego seguro.
Todas esas huellas que se imprimen durante la infancia
nos acompañan durante el resto de nuestra vida. Muchas veces representan la
diferencia entre tener una vida mental saludable y una vida plagada de
conflictos. Una crianza impregnada de amor y cariño es el mejor regalo que puede hacerle un ser
humano a otro que está bajo su cuidado.
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