ADRIANA DÍEZ |
La Mente es Maravillosa | 07/10/2022
Sonrío y me siento bien, hago sonreír y me hace feliz. Cuando sonrío es posible que me sienta menos estresada. Cuando sonrío
también siento que si tenía algo de dolor, lo puedo soportar ahora mejor. Una sonrisa me hace
sentir relajada y distraída.
¿Será entonces verdad eso que dicen que reír alarga la vida? Sí, algo de
verdad hay en ello… ¿Y sabes por qué? Porque si mi cerebro ríe, libera
endorfinas. La liberación de endorfinas está presente en todos
los estados de ánimo positivo y es una de las responsables más importantes de
la sensación de placer, o de que el cerebro nos anestesie con rapidez cuando
sufrimos un daño.
Además, cuando nos reímos reducimos la liberación de cortisol, la hormona del estrés;
para compensarlo, el cerebro libera dopamina, una sustancia que se asocia con
emociones positivas. Con la risa logramos también liberar energía negativa del cuerpo,
tal y como nos contó Freud.
¿Qué
más puede hacer una sonrisa?
Quiero seguir convenciéndote para que no pierdas la sonrisa, así que te
contaré que cuando activas los músculos faciales encargados de la risa tu
cerebro libera inmediatamente dopamina y endorfinas, aunque la sonrisa no sea
espontánea. Este último matiz es importante, ya que implica que cambiando nuestra
gestualización de manera consciente podemos también cambiar nuestro estado de
ánimo.
Por otro lado, ¿qué ocurrirá si me hacen reír? Pues que tu cerebro se oxigenará y tu
sistema límbico se activará y con ello facilitará las funciones de retención de
memoria. Así, no olvides hacer reír antes de contar
algo que quieras que alguien recuerde. Su cerebro estará más preparado para
codificar, retener y recuperar esa información.
“Una sonrisa cuesta poco pero vale mucho. Quien la da es feliz y quien la
recibe la agradece. Dura solo un instante y su recuerdo, a veces, perdura toda
una vida” – Mariano Aguirre -
Efectos
sociales de la risa
Después de haber visto cómo funciona mi cerebro cuando me estoy riendo,
vamos a ver qué ocurre en los demás cuando les obsequio con mi sonrisa. Lo
cierto es que la sonrisa nos hace más atractivos; alguien sonriente siempre va a
ofrecer una compañía más deseable que alguien que no sonría, o
que frunza el ceño nada más conocer a otra persona.
La risa proyecta una imagen de mí mismo de
seguridad y estima, genera más confianza e invita a que los demás se acerquen
a ti. Así, cuando sonrío me siento más optimista y puedo generar una mejor
versión de mí, una versión que luego trasladaré -y contagiaré- al exterior.
La sonrisa tiene el poder de generar sonrisas
en los demás gracias a nuestras “neuronas espejo“. Estas neuronas se
encargan de imitar de forma innata aquello que vemos del exterior. Por eso a veces
cuando oímos o vemos a alguien con un ataque de risa, nos ponemos a hacer lo mismo
sin saber porque, nos contagiamos de su energía positiva.
El humor y la risa pueden darnos un nuevo
enfoque sobre las situaciones en las que nos encontramos, ya que activan nuestra
corteza prefrontal. Esta área se encarga de las funciones humanas más desarrolladas,
como la creatividad, la perseverancia, el pensamiento más flexible y la
organización. Así lo demuestra un estudio realizado en 2010 sobre la risa y el cerebro.
“El día más malgastado de todos, es uno sin sonrisas.” – Edward Estlin
Cummings-
Rodéate
de personas que te hagan reír
Conociendo ahora todos los beneficios de la risa buscaré a personas que me
hagan reír, buscaré gente optimista y con la sonrisa en la cara. Voy a rodearme de gente que me
transmita energía y buen humor. Voy a buscar gente que
sepa reírse de sus problemas, que vea un lado cómico a las situaciones y sobre
todo que sepa reírse de sí misma. Quiero gente que desprenda sonrisas y que las
contagie.
Me comprometo yo
también a transmitir todo esto, a hacer reír, a repartir dopamina, a reducir el cortisol, a aumentar las endorfinas y a activar tus
neuronas espejo. Me comprometo porque quiero verte reír, porque el humor ayuda a superar
las adversidades y ver un poco más de luz al final de
cualquier túnel.
Quiero que sea así, porque quizás cuando ya no me quede nada más por aportar, te daré una
buena sesión de risas… y si con ello puedo ayudarte, ten por
seguro que lo haré.
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Este texto se
ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un
profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.
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