ELENA VILLEGAS |
Madrid | Hola.com |
16/02/2024
Hay que brindarles las herramientas adecuadas para
que ellos mismos puedan hacer frente a su enfermedad.
Cuando se habla de reuma, se hace
referencia a enfermedades o dolores relacionados con las articulaciones y con
los músculos y se asocia, generalmente, a personas de edad avanzada. Sin
embargo, el término reuma no existe como concepto médico (se
usa únicamente de manera coloquial) y, en contra de lo que cabría
imaginar, las enfermedades reumáticas también afectan a
los menores de edad. De hecho, “en España hay entre 8.000 y 10.000 niños y niñas que padecen
una patología reumática”, apunta la Dra. Sagrario Bustabad,
presidenta de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y jefa del Servicio de
Reumatología del Hospital Universitario de Canarias.
Algunas de las más de 200 enfermedades reumáticas diferentes que existen
debutan durante la infancia, entre las cuales habrá casos en los que la
enfermedad se cronifique, es decir, que afecte al niño o a la niña durante el
resto de su vida. Por eso, como explica la dra. Bustabad, “a pesar de que
durante las últimas décadas se han producido avances muy significativos en las
terapias, hasta un 40-50% de los casos de niños y adolescentes con
enfermedades reumáticas precisan continuar con sus tratamientos
en la edad adulta”.
Hay que tener en cuenta, además, que padecer una enfermedad reumática
puede acabar afectando a la calidad de vida del niño y a la limitación en
ciertas actividades del día a día, especialmente en los momentos de inflamación aguda y al inicio de la
enfermedad, antes de haber recibido el diagnóstico y el tratamiento adecuado.
De ahí la necesidad de que estos menores reciban, lo antes posible, el
diagnóstico.
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¿Cómo ayudar a los
menores con una enfermedad reumática?
Frente al dolor y para llevar una mejor calidad
de vida es esencial que adquieran unos hábitos saludables. “Es fundamental que los
pacientes conozcan todos los aspectos relacionados con su patología, se
impliquen y consoliden hábitos de vida saludables que les ayudarán a convivir
con su enfermedad”, asegura la Dra. Andrea Zacarías,
reumatóloga del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.
Para ello, los propios pacientes,
aunque sean menores de edad, deben ser conscientes de su situación y deben implicarse de manera activa en el manejo de su enfermedad,
para lo que habrá que ir capacitándolos progresivamente, según indica la Dra.
Zacarías. “De ahí la importancia de dotarles de herramientas y de toda la
información necesaria para que puedan hacerlo de la mejor forma posible”.
También hay que brindar a estos
pacientes apoyo emocional, especialmente en
etapas más complicadas para ellos. Así, la reumatóloga explica que “el
adolescente, en ocasiones, presenta una actitud desafiante con los
médicos y con su entorno, no siguiendo las pautas recomendadas y con
el consecuente riesgo que estas actitudes tienen para su salud”. Para evitar
esta situación, es fundamental fomentar la relación
médico-paciente, de modo que “se conviertan en aliados y en equipo”
frente a su enfermedad. “Con una mayor comunicación se conseguirán mejores
resultados en su salud”, asegura.
-La alimentación, la piedra angular de los hábitos
saludables
Seguir una alimentación saludable
y, en concreto, la dieta mediterránea es
básico para los niños y adolescentes con una enfermedad reumática (y también
para los adultos). En primer lugar, porque “previene la obesidad y las
enfermedades cardiovasculares, que son comorbilidades habituales en las
enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas”, tal y como señala Carolina Estepa, enfermera del Hospital Sant Joan de Déu.
La dieta mediterránea ayuda a controlar el peso, un aspecto “importante para
las articulaciones de los pacientes con enfermedades reumáticas”, pues podrían
sentir más dolor al sobrecargar las articulaciones con más peso corporal.
“También juega un papel esencial en el periodo de la adolescencia”.
Además, la dieta mediterránea
disminuye el riesgo de sufrir afecciones como la diabetes y “ayuda a reducir los niveles de triglicéridos en sangre y a controlar
la presión arterial”, todo lo cual repercute en una mayor sensación
de bienestar físico .
Por todo lo anterior, Carolina
Estepa recomienda a las familias de menores con una enfermedad reumática que
procuren que estos inicien la dieta mediterránea
cuanto antes, pues, como vemos, tiene muchos beneficios para la
salud. “Estas ventajas se verán en la edad adulta, donde las personas que
mantienen la dieta mediterránea desde jóvenes tienen menor riesgo de
enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades mentales y
neurodegenerativas, diabetes y obesidad”.
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