TERRY GRAGERA |
Madrid | hola.com |
26/12/2023
La adolescencia
es un periodo complicado por la revolución personal que supone. Uno de los
campos que se puede ver más afectado es el control emocional. ¿De qué manera se
puede ayudar a los adolescentes en este sentido?
En la
adolescencia desaparecen los ‘grises’; todo es ‘blanco o negro’, y esto
dificulta mucho la gestión emocional. Es una etapa especialmente convulsa en
este aspecto, porque, además, no se cuenta con la madurez suficiente como para
darle la importancia que tiene.
Hemos preguntado a Rafa Dávila, educador Social y especialista en Salud Social,
Atención a la Diversidad, Altas Capacidades y Psicología Social, cómo
debe forjarse una buena educación emocional en esta fase vital.
El control de las emociones en la adolescencia
El hecho de ser un momento de
extremos afecta a la salud social de los adolescentes que están inmersos en toda una montaña rusa emocional. En
concreto, como destaca el experto, se pueden ver afectadas “su capacidad para
entender y manejar sus relaciones con el entorno (familiar, educativo y
social), con los demás (habilidades sociales y resolución de conflictos) y con
ellos mismos (autoconocimiento, autoconcepto y autoestima)”.
Por este motivo, considera
importante que se incorpore la dimensión afectivo-emocional en los currículos
educativos, ya que los menores necesitan esas competencias básicas para
desenvolverse. Se trataría de incorporar
programas y actividades que promuevan la conciencia emocional, la empatía, las habilidades sociales y el
manejo de los conflictos.
A todo esto hay que unir que
“durante la adolescencia, además, puede verse afectada la capacidad de
concentración, motivación y regulación emocional. Enfrentarse a desafíos sociales y emocionales puede, también,
generar altos niveles de estrés y ansiedad”. Por ello insiste
en la necesidad de brindar un apoyo y unas herramientas a los adolescentes para
que puedan desarrollar esas habilidades emocionales saludables.
¿De qué depende que desarrollen una mejor o peor inteligencia emocional?
Hay
varios aspectos, según detalla Rafa Dávila, que impactan en el desarrollo de la
inteligencia emocional en esta etapa:
·
La
crianza y el ambiente familiar.
·
Las
experiencias sociales y emocionales.
·
La
educación recibida.
·
El
entorno escolar.
·
El
apoyo emocional de sus iguales y de los adultos.
·
La
capacidad de manejar emociones.
Así, el especialista, que ha
recibido el Premio Madresfera 2023 en la modalidad Adolescencia, señala cómo es
vital contar con una inteligencia emocional sana, ya que somos animales
sociales. “Para un adolescente, tener una buena inteligencia emocional significa tener conciencia y comprensión de sus propias emociones,
así como la capacidad de manejarlas de manera adecuada”, señala.
También incluye mostrar empatía hacia los demás, saber resolver conflictos y tener la capacidad de establecer relaciones saludables. “Esto será esencial para el día a día y para permitirle tomar decisiones más acertadas, manejar el estrés y la ansiedad, la salud mental y las relaciones interpersonales de manera efectiva, y tener una mayor autocomprensión, autoconocimiento, autoestima y bienestar emocional general”, subraya.
¿Cómo pueden ayudar los padres?
Además del entorno educativo, la
familia es el otro pilar básico para ayudar a los adolescentes a tener una
buena inteligencia emocional. Por un lado, los
progenitores deben fomentar una comunicación abierta y respetuosa con los
hijos, brindarles
apoyo y acompañamiento emocional, además de “modelar habilidades emocionales
saludables, promover la empatía y la resolución constructiva de conflictos”,
apunta. Es recomendable también que los adultos compartan con los menores las
propias estrategias de autorregulación emocional.
Además de todo ello, los
adolescentes siempre se verán favorecidos en este propósito cuando el ambiente familiar sea seguro y estable, y cuando se sientan
escuchados y valorados. “En definitiva, hacer que se sientan por
un lado acompañados y al mismo tiempo presentes e importantes en el entorno
familiar”, explica.
Qué errores no se deben cometer
La educación emocional de los
adolescentes es algo que lleva tiempo y dedicación. Por eso conviene estar
alerta de los errores que se pueden cometer. “Es de gran importancia entender
que lo
que tenemos delante son personas, como nosotros, con su historia de vida y sus
emociones, son
sus intereses, sus miedos, sus debilidades y también sus fortalezas”, revela el
experto (@rafadavila.orientador, en Instagram).
Partiendo de esta base, en el
siguiente nivel hay que “evitar cuestiones tan importantes como invalidar o
minimizar sus emociones, ignorar o no abordar adecuadamente sus preocupaciones
emocionales, imponer expectativas poco realistas, ejercer un control
excesivo sobre sus emociones, criticar o ridiculizar sus sentimientos y no
brindar un ambiente seguro y de apoyo para expresar sus emociones de manera saludable”, comenta
Rafa Dávila. Se trata, en definitiva, de crear un ambiente respetuoso hacia los
hijos, a la vez que un hogar seguro donde puedan ser ellos mismos y crecer.
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