TANIA CARBALLO | El Español | 12/08/2024
La autora y experta en coaching, Anna Fargas, profundizó con su libro
en la clave para dejar de sufrir y eliminar aquello que nos hace daño.
Hay muchos factores en la vida que pueden condicionar nuestra vida presente, aunque ni siquiera seamos conscientes. Ya no solo
experiencias traumáticas que marquen un antes y un después, sino también
nosotros mismos con los pensamientos negativos, falta de confianza o incluso, matices a los que les
damos una importancia desmesurada.
Cada vez nos preocupamos más, y, por tanto, estamos
más tristes. Según un informe elaborado entre mayo y agosto de 2022 por la
Confederación Salud Mental España y Fundación Mutua Madrileña, el 60% de los españoles se siente triste, mientras que este 2024 han aumentado los casos
de depresión.
Hay muchos factores en la vida que pueden condicionar nuestra vida presente, aunque ni siquiera seamos conscientes. Ya no solo
experiencias traumáticas que marquen un antes y un después, sino también
nosotros mismos con los pensamientos negativos, falta de confianza o incluso, matices a los que les
damos una importancia desmesurada.
Cada vez nos preocupamos más, y, por tanto, estamos
más tristes. Según un informe elaborado entre mayo y agosto de 2022 por la
Confederación Salud Mental España y Fundación Mutua Madrileña, el 60% de los españoles se siente triste, mientras que este 2024 han aumentado los casos
de depresión.
"¿Cómo se explica que, en una sociedad que se
autodenomina de bienestar, el consumo de antidepresivos no pare de crecer año
tras año?", es lo primero que se pregunta la experta y coach Anna Fargas, quien tras
no saber la respuesta, simplemente propuso una visión renovadora: el minimalismo emocional, una filosofía que propone reducir lo
innecesario y enfocarse en lo esencial.
Qué es el minimalismo emocional
Crecemos
bajo la premisa de que la plenitud llega con la adquisición, o lo que se
traduce como cuanto más tengamos, más felices seremos. Más dinero, más
relaciones, más planes de vida, más amistades… de hecho, siempre buscamos el
éxito: un empleo estable, un príncipe azul y una familia feliz, una vez lo consigamos seremos plenamente
felices.
"En esa
frenética búsqueda de más, ¿no estaremos, sin darnos
cuenta, incrementando nuestro propio sufrimiento?", se
pregunta la autora del libro Minimalismo
emocional, Anna Fargas. Un concepto que consiste en eliminar
cosas superfluas: hábitos, comportamientos, tipos de pensamientos… que nos
restan energía.
Todos hemos
oído hablar del minimalismo alguna vez, en especial, en los últimos años,
cuando se volvió tendencia en los hogares que buscaban reducir lo esencial
y despojar elementos sobrantes o lo que también se conoce como "menos
es más".
El
minimalismo emocional es justamente lo mismo, pero en el ámbito más personal.
Consiste en simplificar nuestras emociones y relaciones. En
lugar de aferrarnos a emociones negativas o relaciones tóxicas, esta tendencia
busca que aprendamos a dejar ir y a enfocarnos en lo positivo.
Mientras que
en el hogar es evidente cuando una habitación se encuentra desordenada y
sobrecargada de objetos, nuestra falta de orden emocional es
mucho más difícil de percibir. Acumulamos emociones, nos
aferramos a ideas oscuras y olvidamos que podemos tener pensamientos positivos.
La gran mayoría de nosotros
luchamos con cargas emocionales innecesarias, que impiden nuestro objetivo
de ser felices. En ocasiones porque no queremos liberarnos de ellas, y en
muchas otras porque directamente no sabemos cómo hacerlo.
Por este motivo, la autora ofrece, a
través del minimalismo emocional, estrategias para identificar y liberar
las piedras emocionales que cargamos a lo largo de nuestra vida con una regla
fundamental: elegir qué queremos que forme parte de nuestra vida —y, sobre
todo, mente— y lo que no.
Cómo aplicar
el minimalismo emocional
Lo cierto es que aplicar el
minimalismo emocional puede resultar muy complejo, y de hecho lo es, ya que
tenemos que hacer una evaluación honesta y clara de nuestros sentimientos,
pensamientos y hábitos emocionales para ordenarlos y priorizarlos con base en
lo que necesitamos y lo que no.
Para poder
eliminar aquello que nos hace sufrir es crucial identificarlo. Entre los
principales motivos del sufrimiento que destaca Fargas al medio WeLife están nuestras
expectativas no cumplidas, como aferrarnos a lo que no
podemos controlar, la resistencia al cambio, la tendencia a vivir en el pasado
o preocuparnos excesivamente por el futuro.
De todas
ellas, hay algunas que no podemos cambiar, como el paso del tiempo, por lo que
simplemente tenemos que aprender a vivir con ellas, pero emplear
estrategias que nos hagan "disfrutar" en vez de "sufrir"
por ellas, como disfrutar el presente.
Para
simplificar nuestras emociones, también tenemos que ser conscientes acerca de ellas: qué nos hacen sentir y cuáles debemos trabajar o
reducir en determinados momentos. Una vez reconocidas, podemos separarlas para
reconocer cuáles nos hacen sentir bien y cuáles nos hacen sufrir.
Una vez sepamos las emociones malas,
podemos trabajar en los motivos por los que aparecen. Quizás nos enfadamos
cuando no nos escuchan, cuando no somos el centro de atención, cuando aparece
una persona determinada o cuando algo se escapa de nuestro control.
Es muy posible que muchas de esas
veces sea lógico que aparezca esa emoción; sin embargo, otras
muchas son innecesarias, pero nos aferramos a ellas como
la rabia, el rencor o el miedo. Debemos centrarnos en las positivas,
identificar qué nos hace felices y saber cómo podemos hacer que
aparezcan.
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