lunes, 25 de noviembre de 2024

Paricia Ramírez (Patri Psicóloga): "Para saber disfrutar de la vida hay que decidir èrdermos cosas y gozar de las que tenemos (II)

 JUAN PRIETO      |      granadadigital      |      17/11/2024

Con más de un millón de seguidores en redes sociales, la conocida divulgadora habla de su nuevo libro ‘Cómo tener tiempo para todo’ y recuerda los años que vivió en Granada

( Es una entrevista continuación del artículo anterior)

P: Hay que aprender a saber disfrutar la vida

R: Y para saber disfrutar de la vida, tenemos que soltar, hay que decidir perdernos cosas para gozar de las que tenemos, o sea, desconectarnos para conectar y también dejar preocupaciones que no son nuestras. Si tu hijo ha suspendido un examen, no eres la responsable de eso. Es él quien no se ha puesto. No puedes estar pensando: "Y porque no estuve encima, mira que sabía que no se iba a ocupar". No, es la persona la que tiene que responsabilizarse de su nota y aprender la consecuencia de suspender un examen y cómo se siente uno cuando suspende, y ayudarle a tomar medidas para la próxima vez. Pero no puedes sentirte responsable ni hundirte emocionalmente con todo lo que pasa a tu alrededor que no depende de ti. 

P: Hemos vivido un drama terrible con una situación como la provocada por la DANA. ¿Cómo se gestionan estas pérdidas? No solo las más importantes que, por supuesto, son las vidas de quienes han fallecido, sino también los bienes materiales, lo que ha cambiado tu vida en un momento, los recuerdos que se han perdido... 

R: Esto es un proceso de duelo hayas perdido a una persona o tu casa, porque el duelo es esa parte emocional que sentimos cuando se pierde algo importante en la vida. Está claro que lo más importante que alguien puede perder es un ser querido. Pero las personas que no han perdido un ser querido y han perdido su vivienda hipotecada que tienen que seguir pagando, sus muebles, sus fotografías o sus recuerdos tienen que pasar por un proceso y el duelo tiene un proceso. Hay un momento de negación, de "esto no me puede estar pasando a mí", y uno tiene la sensación de "por favor, que retroceda la vida para que cambie el curso de la historia que estoy viviendo". Cuando aparece ese momento de negación, hay veces en que sentimos esa tristeza, depresión o ira contra los que vemos responsables de la situación. Luego llega el momento de aceptación. Y esto depende un poco de las estrategias de afrontamiento que tenga cada persona. Hay quienes vienen de vivir una desgracia anterior que igual ya tienen herramientas para afrontarla o que esta se le junta y hace que todavía sea mucho mayor. Va a depender de las herramientas psicológicas que cada persona tenga para trabajar su resiliencia, que es la capacidad de venirnos arriba ante la adversidad. Y una vez que uno lo acepta, que esto ha pasado y que he perdido, empiezas a construir, a ser posible con ayuda, bien del Estado, ayuda económica, ayuda de otras personas, ayuda de las instituciones, ayuda para volver a construir otra vida y aceptar que eso es así. Si te quedas anclado en el momento en el que debería llegar la fase de aceptación, en seguir rumiando con el pasado de "la vida me debe una", "esto por qué ha pasado" y no trabajas el perdón, al final no despegas de ahí.

P: Y también ayuda psicológica.

R: La ayuda psicológica es importantísima para hacerle entender a la gente las diferentes emociones por las que atraviesan, para validar esas emociones, porque igual hay una persona que se siente muy deprimida por haber perdido su casa y se está culpabilizando porque hay otra gente que ha perdido a personas y ella piensa que no debería sentirse de esa manera. La ayuda psicológica que te enseña a validar emociones y a trabajar estas fases del duelo es muy importante. Pero la ayuda psicológica en este momento de crisis es, sobre todo, estar ahí dando apoyo y validando, porque ahora poco puedes hacer hasta que la persona encaje mentalmente todo lo que le ha pasado.  

P: Hay otra tragedia que pasa cada día en nuestra sociedad que es la violencia machista o los abusos sexuales y una triste situación de que las mujeres prefieren denunciar en las redes sociales antes que denunciar en los juzgados.  

R: ¿Cómo van a denunciar si cuando lo hacen las culpan, las cuestionan, las juzgan...? Y por qué decidiste, por qué fuiste, por qué lo acompañaste, es que no te diste cuenta, te subiste al ascensor, fuiste a su casa... Además de víctima, te vuelven a victimizar otra vez. Es muy duro tomar la decisión y, sobre todo, cuando la persona tiene poder y piensas cómo denuncio a esta persona con el prestigio que tiene, la repercusión, la credibilidad, lo que difunde, las ideas que tiene, nadie me va a creer a mí. Tomar la decisión es muy complicado.

P: ¿Qué consejo desde un punto de vista psicológico se le puede dar a estas mujeres?

R: Por supuesto, denunciar. Es que si no se denuncia a esa persona sigue abusando de otras mujeres, ya sea a través del poder, de la sexualidad o de lo que sea. Hay que denunciar y, sobre todo, tenemos que trabajar las propias mujeres esta sororidad de tratar de comprender, apoyar y no juzgar y no saber cómo actuarías en esa situación porque no sabes los miedos que tendrías ni las inseguridades. No digas de este agua nunca beberé porque no sabes si en ese momento te sientes segura para acompañar a esa persona y luego, en un momento determinado, dices que no quieres estar ahí y quieres huir, pero no puedes. Ojo porque ponernos en los zapatos de otra persona es muy complicado. Si no eres capaz de ponerte en el lugar de otra persona, no juzgues. En el feminismo tenemos que estar todos, los hombres y las mujeres, para apoyarnos y para apoyar lo que es justo. 

P: Has regresado a Granada para presentar tu nuevo libro. ¿Qué supone para ti esta ciudad en tu vida?

R: Para mí, volver a Granada es un momento muy bonito. El año pasado traje a mis amigos de Zaragoza a la Semana Santa y fue un lujo poder enseñarles la ciudad, los rincones, aunque vimos muy pocas procesiones, pero pudimos ver la del Silencio y fue un disfrute tremendo. Cuando vuelvo a Granada son veinte mil recuerdos. Llegué de estudiante, porque mis padres no vivían aquí, y me hice una familia aquí, que es un grupo de amigos con el que llevo teniendo una relación desde los 19 años. Para mí es mi familia. Ayer empezamos a tomar café a las cuatro y terminamos cenando luego. Se te van ahí las horas recordando tantas cosas... Los miraba y les decía si se daban cuenta de que somos iguales, que aprendimos a convivir juntos a una edad en la que fuimos conformándonos como personas y que hemos vivido nuestros matrimonios, nuestros hijos, la separación de alguno, como la mía, nuestro trabajo, nuestros fracasos, nuestros éxitos y que jamás hemos tenido una discusión como amigos, nunca hemos tenido esa piel sensible para que algo nos moleste, hemos sido compasivos y tolerantes, siendo todos tan distintos, incluso, con algunas ideas. Para mí, Granada es hogar, es familia, mis dos hijos son granadinos, mi experiencia profesional empezó y se fraguó en Granada y hago un montón de cosas aquí. Cuando vuelvo es regresar a un sitio en el que me dejé el corazón, el alma y muchas cosas. Ahora paseo por Granada con la mente de quien visita, y no de quien vive aquí, y me voy fijando que en cualquier lugar hay belleza. Cada vez que vengo tiene más encanto. 

P: Aunque eres de Zaragoza y a los cinco años te fuiste a vivir a Canarias, llegaste a Granada para estudiar en la Universidad. ¿Por qué elegiste Psicología?

R: Cuando estaba en Canarias, en un colegio alemán, tuve una profesora de Filosofía que fue para mí un 'Pigmalión', alguien inspirador, esa persona que llega a tu vida, te saca lo mejor, te descubre, te valida, te potencia y te hace ver tu dignidad como persona. Pensé el bien que esa mujer había causado en mí y solo quería ser como ella, que había estudiado Psicología. Por eso estudié Psicología. Mi segunda opción era INEF, porque hacía gimnasia deportiva, y la tercera era periodismo. Al final he terminado mezclando la divulgación y la psicología en mi vida y al deporte como hobby, así que no he renunciado a nada.

P: Fuiste pionera en la psicología deportiva.

R: El primer deportista con el que trabajé fue Paquillo Fernández. Se había retirado en Edmonton cuando su entrenador, Manuel Alcalde, estaba con el cáncer y él estaba tan preocupado por él. Ahí empezamos a trabajar y a los tres meses batió el récord del mundo en Turku, en Finlandia. A partir de ahí empezó a llegar un montón de trabajo.

P: Después el CB Granada y el fútbol profesional. La gente no estaba habituada a que una psicóloga entrara en un vestuario.

R: No, ni una psicóloga ni un psicólogo. Lo hizo Benito Floro hacía muchísimo tiempo y también había psicólogos en las canteras, pero no era lo usual. En mi caso, por mi trabajo con Paquillo, me conoció Gregorio Manzano y fuimos hablando, le fui presentando un poco mi manera de trabajar y me dijo que la siguiente vez que tuviera equipo trabajaríamos juntos. Y así fue. Llegué al Mallorca, donde estuvimos seis temporadas y de ahí fui al Betis, que me llamó Pepe Mel. Y después también en el Granada CF.

P: Desde ahí, en 2013, ha llegado un boom de Patri Psicóloga en la última década. 

R: Sí, pero ha sido como muy orgánico porque nunca he sido una persona que haya ido buscando nada. Recuerdo que cuando estaba en el Betis, el primer año vivimos aquel ascenso increíble, que es una de las emociones más intensas que he vivido en mi vida, con una relación muy especial con todos los jugadores. Siempre me he sentido muy acogida, muy querida y muy respetada por ellos. Formamos un equipo y era un miembro más del cuerpo técnico, viajaba con ellos y la verdad es que el trabajo que hicimos tanto en el Mallorca como en el Betis fue muy bonito. Tras el ascenso, el primer año del Betis en Primera División empezamos muy bien y ganamos los cinco primeros partidos y me invitaron a una entrevista en televisión. De ahí, la editorial con la que antes trabajaba antes me vio y me ofreció escribir un libro. Al final de esa temporada, estaba publicado mi primer libro, 'Entrénate para la vida', que fue un bombazo. Fui a presentarlo a La 2 de Televisión Española y Quim Cuixart, el director, me ofreció hacer un espacio de psicología. Y ahí me quedé y llevo catorce años en 'Para todos La 2'. Todo ha sido un poco así. He escrito en Marca, El País Semanal, en ABC Bienestar, en Sportlife... Pero todo eso lo he ido dejando, por la teoría que hablo en el libro del 'mete saca', dejen salir antes de entrar. Cada vez que me involucro con algo nuevo saco algo de mi vida, porque el todo no cabe. Obras de teatro

P: Desde hace un tiempo, estás también haciendo obras de teatro que, además, sorprenden porque son muy originales, la gente se ríe muchísimo y aprende.

R: Antes de la pandemia hice una charla teatralizada con otra compañera que se llamaba 'Diez maneras de cargarte tu relación de pareja', y la dirigió Rafa Blanca, que es actor y director. En pandemia, Rafa y yo pensamos que había que hablar de la ansiedad y empezamos con un proyecto. Luego alguien nos dejó tirados y tuvimos que darle un giro, pero Rafa me dijo que él iba a hacer de ansioso. A partir de ahí empezamos los dos a hacer obras de teatro. Con 'La ansiedad no mata, pero fatiga', que llevamos ya tres años de gira, empezamos a divulgar psicología a través de la comedia. Lo que hacemos es divulgar herramientas psicológicas, pero dentro de una obra de teatro. Tiene un guion, sus escenas donde él hace de, en este caso, ansioso. Hay otra, ‘Tenemos que hablar’, que es sobre relaciones de pareja y relaciones sexuales, y él hace de la libido. En todas hace de un personaje con el que puedo jugar para transmitir esas herramientas de psicología.

P: ¿Te habías visto alguna vez como actriz? ¿Lo habías pensado?

R: No, en mi vida. Me he sentido siempre muy cómoda dando conferencias. Nunca he tenido miedo escénico o de hablar en público. Me he dedicado a dar clases en másteres, en formación, durante mucho tiempo di clases en la ONCE, en formación profesional... Y como la primera vez fue una charla teatralizada... Pero en 'La ansiedad no mata, pero fatiga' ya llega un momento que tengo un papel que ya no es psicóloga, sino que es un papel puntual que, además, aparece en diferentes obras, que es 'la terapeuta fake', que es una terapeuta que está loca como una regadera, sin ninguna formación de psicología, sino de estas de los chakras y demás, y ahí me meto en ese papel. A veces me digo que me estoy creyendo que soy esta zumbada que dice auténticas animaladas, ironizando o sacando de contexto todo aquello que no debería hacer un terapeuta.

P: En tu papel de divulgadora has conseguido algo que es muy importante y es bajar la psicología de ese púlpito en el que estaba y convertirla en algo simpático y popular, pero que cala el mensaje.

R: A mí me divierte muchísimo y lo paso bien. La gente nos dice que ha llorado en la obra de la risa porque, además, Rafa Blanca es un cómico espectacular. Y divulgas en un ambiente de ocio relajado, en el que la gente empatiza con el personaje que está viendo porque Rafa, por ejemplo, en la obra 'La ansiedad no mata, pero fatiga', hace de un hombre que ha decidido dejar de ser heterobásico y hace un curso para ser un padre comprometido, como dice él, "un padre presente pretérito futuro". Y cómo se le empieza a liar la vida cuando deja de ser heterobásico, pues las mujeres empatizan con él. Y es muy fácil entonces aprender psicología en ese ambiente. Es una forma de divulgar que me parece muy chula.

P: En España se puede acudir al psicólogo en consultas privadas, pero quizás falten más psicólogos en las empresas, en la Seguridad Social, en los centros educativos... Que el psicólogo sea uno más de la plantilla al que el trabajador que lo necesite pueda acudir. En otros países sucede así, pero en España, no.

R: Te pongo el ejemplo del fútbol. Estuve en cuerpos técnicos muchos años, tuvo repercusión y éxito, porque funcionó bien, y pienso: "¿Cómo haciendo eso hace un montón de años ahora no hay un psicólogo en cada equipo?". El planteamiento es muy fácil. Si en un equipo de fútbol tienes que elegir entre meter un fisioterapeuta más para los jugadores o un psicólogo, eliges un fisioterapeuta. O un nutricionista. Todavía estamos a la cola de las necesidades. Primero es una cuestión de dinero, la gente no prioriza la salud mental, pero si hubiera un psicólogo en las empresas nos daríamos cuenta de que los trabajadores estarían mucho más tranquilos, el trabajo sería hasta más exitoso, habría otro tipo de ambiente, tendríamos menos bajas laborales por factores relacionados con la psicología. Pero aun así, hasta que esto llegue, no sé si lo voy a ver.

P: Porque es verdad que estamos en una sociedad con enormes problemas de salud mental.

R: Totalmente. Graves problemas de salud mental. 

P: ¿Somos conscientes de ello o es una de las cosas que aparcamos?

R: Somos conscientes de ello, pero no tenemos tiempo para pararnos y abordarlo porque estamos en ese bucle que decía antes de la rueda del hámster y, a pesar de que sé que voy agotada, que tengo un carácter irascible, que me duele la barriga, que se me cae el pelo, que no estoy bien, a pesar de eso, no paro. Y la gente tiene que parar y tomarse en serio toda esa sintomatología para que no desemboque en algo más grave.

P: ¿La terapia online es igual de efectiva que la presencial hoy día?

R: Nosotros hacemos terapia online y funciona exactamente igual que la terapia presencial.

P: Ya has comentado cómo ves Granada cuando regresas, pero me gustaría que le sacaras algún defecto, algo en lo que la ciudad tenga que mejorar. ¿Qué le falta a Granada?

R: Es un problema de logística. Me fui a Zaragoza por amor, pero ya antes de irme, se me complicaba mucho trabajar fuera. Daba muchas conferencias en Madrid, iba al programa de televisión en Barcelona y salir y entrar en Granada es complicado. Es cierto que ahora hay un AVE, pero es un AVE lento. Vivir en Granada, si trabajas en Granada y no sales de viaje, es maravilloso. Pero si vives en Granada y tienes que viajar mucho, para mí se convirtió en un problema. Es una de las cosas que tenemos que mejorar.

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