LUCÍA FERNÁNDEZ | libertaddigital.com | 28/12/2024
La obsesión por ser amado es un trastorno más común de lo que parece y puede llegar a producir ansiedad o miedo al rechazo.
Todo el mundo alguna vez se ha enamorado tanto que ha comenzado a obsesionarse por la persona, sobre todo cuando ese amor no es correspondido y se tiende a la idealización de una futura relación.
Sin embargo, aunque a menudo se describe el amor como
una mezcla de emociones intensas que invaden la mente y el corazón, es
importante no confundirlo con el fenómeno de la limerencia.
La limerencia se define como el trastorno
obsesivo-compulsivo en forma de obsesión amorosa. Es un trastorno psicológico
involuntario que puede llegar a causar ansiedad, obsesión y miedo al rechazo
afectando de forma grave en la vida diaria de las personas que lo padecen.
Fases de la limerencia
La obsesión por ser amado suele manifestarse en tres
fases distintas, en las que el afectado experimenta diversas emociones de manera progresiva.
1.Enamoramiento
En esta primera fase se conocen ambas personas y se
establece un vínculo con una fuerte atracción. Todo son emociones fuertes: las primeras
citas y la idealización de la otra persona. En este momento, se busca pasar la
mayor parte del tiempo al lado del otro. De hecho, si se tiene pareja, aquí
comienzan las dudas, los pensamientos de dejarlo y arriesgar por una nueva
persona que comienza a transmitir sensaciones más emocionantes.
2.Cristalización
Durante esta etapa, se estabiliza el vínculo y la intensidad de la relación aumenta.
El afectado cree haber encontrado al amor de su vida y fantasea un futuro con
esa persona y una relación idílica entre ambos. En el caso de las personas que
tenían pareja, en esta fase comienzan a encontrar los fallos a su relación,
justificando así su infidelidad.
3.Deterioro
La última etapa se caracteriza por abandonar la
limerencia para comenzar a ver los defectos de la otra persona. Se comienza a perder la pasión y la
relación ideal empieza a desvanecerse. En una relación común,
esta fase resulta positiva, ya que marca el inicio del enamoramiento real,
donde se reconocen tanto las cualidades como las imperfecciones del otro.
Sin
embargo, quienes experimentan limerencia tienden a ver en esta etapa la
relación como un error. Deciden abandonar el vínculo de golpe y creen haber
perdido el tiempo, dado que no todo es perfecto y sus expectativas idílicas e
irreales no se han terminado cumpliendo.
Su impacto en la salud
Los síntomas pueden verse reflejados de forma
psicológica o física. Entre los psicológicos, destacan la ansiedad por ver a la persona amada, la
idealización del amado, pensamientos intrusivos con la persona,
miedo al rechazo, celos extremos, dependencia emocional, necesidad de
reciprocidad, fantasías constantes por el futuro, ataques de pánico o incluso
depresión.
En cuanto a los síntomas físicos, la limerencia puede
manifestarse en una sudoración
excesiva, tartamudeo, insomnio, problemas intestinales,
temblores, nerviosismo o taquicardias.
Además,
la limerencia puede ocurrir tanto con una persona conocida con la que se ha
establecido un vínculo, como con una persona que se ha visto por internet y no
se conoce en la vida real.
Cómo evitar este
trastorno y tratamiento
El tratamiento psicológico es la opción más eficaz para aquellos que crean que sufren este trastorno. Si
se tienen pensamientos obsesivos sobre alguna persona, dependencia emocional o
miedo al rechazo, lo más adecuado es acudir a un profesional.
Para
superar la limerencia, existen algunos consejos que los afectados pueden llevar
a cabo.
·
Reconocer
pensamientos obsesivos y recurrentes: preguntarse por qué se están experimentando ese
tipo de pensamientos.
·
Mejorar
la autoestima: para
eliminar el miedo al rechazo o la obsesión por ser amado.
·
Detener
los pensamientos y buscar una distracción: en el momento que los pensamientos intrusivos se
apoderen de la mente, buscar alguna actividad que los mantenga alejados.
· Trabajar la percepción del amor y las relaciones: investigar sobre el amor y abandonar los pensamientos y las creencias de que sin obsesión no puede haber amor.
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