Infocop-online | 28/02/2017
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La Fundación
Española para la promoción y el desarrollo científico y profesional de la
Psicología (PSICOFUNDACIÓN) ha presentado en el Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad, los resultados preliminares del ensayo clínico
PsicAP (Psicología en Atención Primaria), cuyo objetivo es comparar
el tratamiento psicológico frente al habitual de Atención Primaria
en el abordaje de los trastornos mentales comunes o alteraciones emocionales,
como la ansiedad, estrés, depresión y somatizaciones que presentan casi la
mitad de los pacientes.
En este
ensayo participan más de 200 investigadores, entre médicos y psicólogos,
que han evaluado a cerca de 1.200 pacientes de 28 Centros de Salud de
Atención Primaria de 10 Comunidades Autónomas.
Los
resultados preliminares, que han sido presentados por el catedrático en
Psicología e investigador principal del ensayo Clínico PsicAP, Antonio
Cano Vindel, demuestran claramente la eficacia del tratamiento
psicológico sobre el tratamiento habitual. De los 323 pacientes que han
concluido el tratamiento, y una evaluación completa, las diferencias entre
tratamientos muestran los siguientes datos:
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En España,
más de dos tercios de las personas con problemas emocionales, de estrés,
ansiedad, depresión o somatizaciones acuden a su Centro de Salud de Atención
Primaria, donde el 49,2% de los pacientes presenta síntomas compatibles con
el diagnóstico de un trastorno de este tipo. El médico de familia sufre un
exceso de demanda, en parte por la hiperfrecuentación de los pacientes con
problemas emocionales (19 veces más visitas que las personas sin este tipo de
problemas), lo que le lleva a no poder dedicar a sus pacientes más de 5
minutos de consulta, así como a prescribir en exceso psicofármacos, que
reducen temporalmente los síntomas de ansiedad, hiperactivación fisiológica,
insomnio, depresión o dolor, pero no resuelven a la larga los problemas de
base, derivados del estrés psicosocial, que requieren información y
entrenamiento psicológico en habilidades de manejo de las emociones.
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Aunque la
evidencia científica muestra que el tratamiento de elección para estos
problemas son las técnicas psicológicas, que son eficaces y eficientes, en
nuestro país un 39% de personas con diagnóstico de trastorno de ansiedad en
los últimos 12 meses no ha recibido tratamiento alguno y sólo el 0,9%
ha recibido un tratamiento psicológico sin fármacos. En cambio, España es
el segundo país con mayor consumo de tranquilizantes en el mundo, a pesar de
que las guías de práctica clínica, que resumen la evidencia científica,
desaconsejan su uso, por la falta de eficacia y su poder para generar
adicción.
El consumo de
benzodiacepinas en nuestro país, sigue aumentando año tras año, siendo en el año 2014, 2,7 veces
superior a la media de los países de la OCDE, a pesar de las advertencias de
riesgo de sufrir accidentes de circulación, caídas de señoras mayores con
rotura de cadera, o su asociación con demencia. Así, en el año 2014, casi el
10% de las conductoras maduras, con unos 50 años, dieron positivo a
psicofármacos en los controles de drogas de la guardia civil en carretera, lo
que contrasta con el perfil de reconocida prudencia para este perfil de
conductora. Además, un porcentaje significativo de los muertos en accidente
de circulación, en concreto el 10,7% de conductores y el 20,2% de peatones,
habían consumido estos fármacos psicoactivos, según los resultados de las
autopsias.
Según datos
del Instituto Nacional de Estadística, INE, en la última Encuesta Europea de
Salud, publicada en 2015, el 18,9% de los españoles con 15 o más años había
consumido en las dos últimas semanas psicofármacos de tipo tranquilizante,
relajante o somnífero; y el 8,4% había consumido antidepresivos o
estimulantes. El consumo es aproximadamente el doble en mujeres que en
hombres, aumenta con la edad y disminuye con el nivel cultural.
Este abordaje
de los problemas emocionales ocasiona un gran impacto a nivel clínico, debido
a la cronicidad y comorbilidad del proceso, así como a la discapacidad
asociada. Pero también supone un gran impacto a nivel social, por el alto
coste económico, directo e indirecto. Los costes económicos de la
depresión, la ansiedad y las somatizaciones en España en el año 2010
alcanzaron los 23.000 millones de euros, el 2,2% de PIB, más de la mitad de
los costes anuales por salud mental. La depresión en 2010 fue la cuarta causa
en España que contribuyó más al aumento de los años vividos con discapacidad,
aumentando un 35% desde 1990.
Los
resultados obtenidos en el ensayo PsicAP son acordes con la revisión de la
literatura científica previamente llevada a cabo y validan claramente
la intervención psicológica para la atención de alteraciones emocionales en
Atención Primaria. Por todo ello, sería necesario implementar este
tratamiento en el primer escalón de acceso al sistema sanitario público, para
hacerlo realmente accesible a la población.
Esto es lo
que han hecho otros países como Reino Unido, que ha puesto en marcha la
“Mejora del Acceso al Tratamiento Psicológico” (IAPT), con alta eficacia. Hoy
en día, se plantea ampliar dicha atención psicológica a los
problemas emocionales que se dan en la etapa infanto-juvenil, así como a
pacientes mayores crónicos con ansiedad y depresión, con un argumento basado
en la evidencia: “duplicar el número de personas tratadas con
técnicas psicológicas costaría cero”. Con ese rótulo se alude a que el
coste del tratamiento psicológico para cien personas con trastornos de
ansiedad o depresión, en edad laboral, se amortiza en menos de 25 meses,
rompiéndose así la tendencia a que el problema se haga crónico y genere
nuevos trastornos y más gastos. Por otro lado, se refiere a que el coste de
tratar a una persona mayor con enfermedad crónica y depresión se amortiza en
tan sólo 8 meses, lo que ahorraría unas 2.000 libras (2.340 euros), cada año,
de costes atribuidos a la depresión en pacientes crónicos.
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